"Gypsy", una serie sin definiciones

«Gypsy» es un producto original de Netflix creado por Lisa Rubin e interpretada por Naomi Watts. La serie pretende ser un thriller psicológico que rodea la vida de una terapeuta llamada Jean cuyos «deseos ocultos»la hacen interesarse por la exnovia de un paciente.
«¿Quién eres cuando nadie está mirando?» es el atractivo slogan que representa la premisa total de la serie junto con todo lo que pone en riesgo esta mujer en pos de cumplir su aparente fantasía con la ex de este paciente: entre otras cosas mentir sobre su nombre, profesión, básicamente sobre su identidad y negar a su familia compuesta por un esposo y una hija.

Un poco decepcionante

Al mismo tiempo, vemos algunos fragmentos de sesiones con pacientes y algo de su vida privada, en cuotas demasiado pequeñas que no nos permite meternos bien en el mundo que se quiere configurar, al igual que los personajes de los pacientes que no concretan por demasiado tiempo el rol que cumplen en el programa. Lo mismo sucede con el núcleo familiar. Todos tienen un despliegue lento y, al final, no terminan por incidir de la forma que uno espera… puede ser un poco decepcionante.
El ritmo es excesivamente lento para capítulos que tienen una duración de una hora, un tiempo bastante largo por lo que, al no haber casi avances significativos dentro de cada uno, genera una sensación de «no está pasando nada». La serie carece de conflictos a desarrollar en semejante extensión de tiempo y, sin exigirle que sea una serie clásica y redonda, tampoco podemos decir que apela a un espectador atento y reflexivo, ya que hay mucho recurso explicativo de todo lo que sucede.

Naomi siempre bien

A Naomi Watts la conocemos, suele estar muy bien en sus interpretaciones y en ocasiones hasta destacarse. Aquí creo que, quizás, hay una confusión entre personaje desdibujado y personaje misterioso, que no nos revele todos los movimientos que está por hacer no significa que no los sepa. Sin embargo, parece que nunca está pensando en hacer nada y, simplemente, aparece aquí y allá y hace cosas sin un objetivo claro y sin una motivación aparente.
Otras confusiones tienen que ver con el concepto de que el solo hecho de que exista una relación homosexual femenina genera sensualidad, lo cual lleva a un trabajo absolutamente vacío en el juego de seducción que pretenden transmitir y que, por otro lado, no hay motivos para que este juego se desarrolle de esta forma. Parece ser algo más pensado para un cierto público que de forma funcional a la historia.
Y también creo que hay una tendencia a creer que el no revelar la trama genera intriga. No. Thriller psicológico es una catalogación que remite a una sensación, a un suspenso que no se transmite en ningún momento, lo cual es llamativo si ellos mismos venden la serie en esos términos.

Difícil identificarse

Si hablamos de series, el primer capítulo es el elemento fundamental de todo lo que pretenda ser. En este primer episodio lo ideal es que se desplieguen todos los conflictos o, por lo menos, algunos y que otros se puedan sentir latentes de la mejor forma para captar la atención y las ganas del espectador de indagar en ellos.
A «Gypsy» le sobraría el tiempo que ya mencionamos (que es de una hora), sin embargo se toma tres capítulos (sí, tres) de esta duración para plantar conflictos, y algunos que podían vislumbrarse desde el comienzo que podían ser interesantes o atrapantes… los abandona. Es muy difícil identificarse de esta forma con la serie o con los personajes, uno termina con una sensación de que «Gypsy» podría haber sido una interesante película de dos horas y la estiraron demasiado y un tanto vacía para una eterna película de diez horas dividida en partes.