Curioso y entretenido partido fue el que se jugó en Fortaleza entre el seleccionado alemán y los elegidos de Ghana. Ambos equipos brindaron un gran espectáculo y por consecuencia de lo ofrecido, nada está dicho aún en el Grupo G.
Alemania comenzó el juego bien plantado, con la explosión que todos conocemos en sus salidas y el criterio e inteligencia en sus mediocampistas para capitalizar cada ataque. Pero enfrente no había un rival que se iba a convencer en ser inferior que la potencia europea. Ghana se paró muy bien y contó con un gran nivel de sus futbolistas en todas sus líneas. Por eso el encuentro fue de ida y vuelta, ambos tenían sus chances y, aunque tardó mucho en llegar el primer tanto, el partido era entretenido y dinámico.
La jugada más destacada del primer tiempo la tuvo la selección africana con un disparo de Sulley Muntari a los 33′ que tapó el arquero Manuel Neuer. A pocos minutos de comenzado el periodo complementario, a los 51′, abrió el marcador Alemania con un centro de Thomas Müller que aprovechó Mario Götze picando en diagonal hacia el medio del área para definir de forma muy poco convencional. Primero la bajó con la cara (intentó cabecear) y luego le pegó en su propia rodilla para poner el partido 1-0. Inmediatamente después, igualó el marcador Ghana a través de un centro desde la derecha para que salte Andre Ayew y, pese al empujón del defensor teutón Shkodran Mustafi, la ponga en el segundo palo con un cabezazo elevado.
Con el gol africano, se polarizó el juego. Alemania se perdió en el campo y se quedó sin ideas para llevarse los puntos, mientras que Ghana se consolidó y comenzó a ganarle terreno con presión en las salidas y toque rápido para llegar hasta el fondo de la cancha. Fue así que llegó el baldazo de agua fría para los máximos candidatos a llegar a la final. Una recuperación de pelota en la mitad del campo de juego a los 63′ permitió que le llegue la pelota a Asamoah Gyan tras un pase largo y preciso para que le defina fuerte y cruzado a Neuer y así dar vuelta el tanteador.
Evidentemente, el gol tocó el orgullo de los alemanes y pusieron en cancha a su arma más letal en la historia: Miroslav Klose. El ahora máximo goleador en la historia de Copas del Mundo entró y en la primera pelota que tocó a los 71 minutos (tras el cabezazo de Benedikt Höwedes que se colocaba abajo en el segundo palo), puso las cosas 2-2.
En el tiempo que quedaba el juego se puso más emocionante aún, cada ataque en ambos bandos se volvía una ocasión de gol y los dos buscaban la victoria aunque se descuidara el fondo, sobre todo la defensa alemana que se mostró muy vulnerable durante todo el encuentro. Alemania y Ghana igualaron y ahora deberán salir a buscar la victoria en la tercera jornada para soñar con la clasificación.
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