Batman existe… yo lo leí

En conmemoración a los 75 años del personaje creado por el dibujante Bob Kane y el guionista Bill Finger el 30 de marzo de 1939, la editorial DC Comics declaró el 23 de julio como el Día Internacional de Batman. En .cero bancamos fuerte al encapotado, así que no podíamos dejar pasar la oportunidad de rendirle un humilde homenaje.
Antes de arrojarse a la profundidad de la noche para salvar a Gotham de los planes de su mentor Rah’s Al Ghul, el caballero oscuro dio media vuelta para responder al pedido de su amiga Rachel Dawnes, para que confesara su identidad secreta antes de partir. “No importa quién soy debajo del traje, lo que hago es lo que me define”, contestó él y se dejó caer.
¿Existencialista Batman? Claro que sí
Toda la inocencia que pudo haber tenido el niño de alta cuna Bruce Wayne desapareció por completo tras atestiguar en el asesinato de sus padres en aquel callejón en el que su periplo comenzó a trazarse. Una tragedia marcó su existencia y sentó las bases que determinarían -años más tarde- su dualidad.
¿Es el destino creador del Hombre o este es creador de su propio destino?
En uno de los inmejorables diálogos de la filmografía de Quentin Tarantino, Bill (David Carradine) le confiesa a Beatrix Kiddo (Uma Thurman) que uno de sus personajes favoritos es Superman, el otro superhéroe emblemático de la factoría DC. Esta preferencia estaba basada en que, a su entender, el alter ego del hombre de acero no era más que la patética interpretación que hacía el kriptoniano sobre la raza humana. Mientras que Clark Kent es un bonachón tímido que nunca va a poder conquistar por sus propios medios a la mujer de sus sueños, Bruce Wayne es el heredero de una fortuna inagotable que decidió gastar en féminas impracticables y lujos caprichosos.
¿Cuál de estos dos senderos resulta más seductor para el imaginario popular?
La gran diferencia entre ambos justicieros no radica en que uno es un extraterrestre con súper poderes desarrollados desde su niñez en Kansas y que el otro es un multimillonario que emplea la más alta tecnología para vengar el asesinato de sus progenitores. El meollo del asunto se encuentra en la cosmovisión particular de cada uno en referencia al mundo que les toca proteger.
En contraposición a la ilusoria búsqueda de valores utópicos y la defensa del denominado “sueño americano” pregonado por el último hijo de Krypton, Batman eligió siempre el camino más pragmático. Así lo ha demostrado a lo largo de sus 75 pirulos este ícono de la cultura popular que nació en paralelo a la Segunda Guerra Mundial y que, a través de las décadas, ha sabido redefinirse y adaptarse a distintas coyunturas, formatos, exigencias de mercado e incluso a pezones en trajes de hule.
Tal como concluye el comisionado Gordon (Gary Oldman) en la segunda parte de la trilogía del realizador Christopher Nolan: “Él es el héroe que se merece esta ciudad, pero no el que necesitamos ahora, así que lo perseguiremos hasta el final de los días. Porque él no es un héroe, es un guardián silencioso”.