Cambios en la cúpula del Ejército

Tras el pedido «por razones personales» por parte del teniente general César Milani de su pase a retiro, el gobierno nacional designó al reemplazante, que será el general de división Ricardo Cundom.
Por medio del Decreto 1168/2015 publicado en el Boletín Oficial, se oficializó el retiro de Milani y el nombramiento de Cundom, un veterano de la guerra de Malvinas. Hasta el momento ocupaba el cargo de jefe operacional del Ejército. El titular de la cartera de defensa, Agustín Rossi, afirmó que el nuevo jefe militar «va a ser un muy buen jefe del Ejército».
El ministro reiteró que los motivos del retiro de Milani fueron «estrictamente personales» y lo impulsaron a pedir su baja de la fuerza. «Yo tengo solamente palabras de agradecimiento a la tarea que llevó adelante durante estos dos años al frente del Ejército», sostuvo Rossi en declaraciones radiales.
Además, Rossi aseguró que «la situación judicial no era motivo de preocupación especial ni había sucedido en estos últimos días ninguna situación para generar una preocupación especial sobre el hecho». En ese sentido, el funcionario rechazó que la salida del militar «tenga que ver con la gestión ni con alguna cuestión puntual», y lo adjudicó a que Milani «entendió que había llegado el final de su ciclo» en el Ejército. «Cuando uno está en estos lugares, con estos niveles de responsabilidades, uno evalúa una cantidad de circunstancias y eso entiendo que es lo que ha evaluado el general Milani. No ha habido ningún hecho que tenga que ver con la gestión ni con alguna cuestión puntual que haya generado este desenlace. El hasta ayer Jefe del Ejército pensaba que había llegado el momento de finalizar su ciclo, y así lo pidió», manifestó el ministro.

La comandancia de Milani

César Milani estuvo al frente del Ejército desde julio de 2013 y había sido promovido por la entonces ministra de Defensa, Nilda Garré. En 2010 ocupó la subjefatura de la fuerza y mantenía en sus manos la Dirección General de Inteligencia, que aumentó su presupuesto un 238% en cinco años, uno de los hechos que complicaron su mandato.
Tras ocupar el cargo máximo de la fuerza declaró su respaldo al gobierno nacional y el alineamiento con el «proyecto nacional y popular», y cultivó una estrecha relación con las Madres de Plaza de Mayo, en especial con su líder, Hebe de Bonafini.
Su ascenso al grado de teniente general fue muy discutido en el Senado. La discusión se centraba en su implicancia y responsabilidad en la desaparición del conscripto Alberto Ledo en 1976, entre otras denuncias.

Investigaciones e inteligencia interna

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), cuyo referente es el periodista Horacio Verbitsky, había impugnado en dos oportunidad el ascenso de Milani. Tras conocerse su baja, el director ejecutivo del CELS, Gastón Chillier, dijo que «es una buena noticia, en tanto el CELS impugnó la propuesta del ascenso en dos oportunidades porque no tenía la idoneidad para ser Jefe del Ejército». Asimismo, expresó: «Tenía dos causas abiertas y en su momento él se comunicó con nosotros y tenía una postura de ‘negacionismo’ sobre lo que había ocurrido», explicó Chillier y manifestó que la baja «nos tomó por sorpresa, no lo teníamos previsto».
En cuanto a la situación previa, Chillier manifestó: «Fuimos muy claros oponiéndonos e impugnando su ascenso. Esto es parte del primer capítulo del informe anual que acabamos de presentar, toda la discusión sobre el ascenso de Milani. Nuestra posición fue pública y la planteamos institucional y públicamente», señaló el directivo. «Creo y creemos que es una buena noticia y le hace bien a la sociedad argentina este pase a retiro. La sensación en el CELS es de satisfacción, desahogue», añadió Chillier.
Finalmente, el director ejecutivo del CELS señaló que «esperamos que el hecho de que no esté ocupando la jefatura del Ejército realmente habilite las investigaciones judiciales y que avancen de la manera en que tienen que avanzar como todas las otras donde se investigan crímenes de lesa humanidad».
Desde la oposición, el exministro de Defensa, Horacio Jaunarena, expresó su cautela respecto de las consecuencias de esta remoción y alertó que tiene que dejar de hacer tareas de «inteligencia interna». «Acá hay una concepción de lo que debe hacer una fuerza armada que tiene que cambiar y de esto tendría que hacerse cargo la Presidenta de la Nación», afirmó Jaunarena. Al respecto, consideró que «si el Gobierno sigue dando órdenes al Ejército de que siga haciendo inteligencia interna, tenemos un problema», ya que «vamos a estar en la misma situación que estamos, con otro jefe pero haciendo en el Ejército inteligencia interna».
Además, el exfuncionario remarcó que «cuando el general Milani se hizo cargo del Ejército, en su momento, dijo que ponía al mismo al servicio del proyecto del Gobierno, por lo que estaba diciendo que ponía el Ejército argentino al servicio de una facción y no al servicio de la Nación».