Cerveza, el trofeo dorado

La novena edición de la feria “Caminos y Sabores” en La Rural de Palermo es una excelente oportunidad para estimular el paladar y los sentidos por la variedad de productos que se comercializan. Pero, además, todas las personas que se den cita en este evento pueden previamente degustar cualquiera de estas delicias.
caminos y saboresEstos paseos son una excelente oportunidad para conocer nuevas marcas, experimentar nuevas sensaciones y, por qué no, quedar bien con algún amigo, con la pareja o algún familiar.
En “Caminos y Sabores” nos encontramos con una amplia variedad de alimentos y bebidas y, precisamente, me voy a abocar de lleno (valga el juego de palabras) a este último rubro en las siguientes líneas.
Allí vamos a poder deleitarnos con licores, vinos y cervezas de producción artesanal, entre las que puedo mencionar a “Miller” (tal vez la cerveza rubia comercial de mejor calidad en el mercado local), “Grolsch”, “Lite” y “Warsteiner” (localizadas en el stand de esta última marca alemana citada). Pero eso no es todo, ya que encontramos las variedades que elabora “Salta”, la conocida marca del norte argentino.
Si pasamos al ámbito artesanal, tenemos a disposición “Corsario negro”, proveniente de Santa Clara del Mar. Elegí para beber la cerveza negra black porter, que para mi gusto personal le falta cuerpo, aunque se destaca su color intenso, oscuro y su bouquet a café muy definido. Recomendable.
Antes realicé una degustación de “La Uribeña”, una delicia de la localidad de Uribelarrea. Debe ser toda una experiencia sentarse a disfrutar de esta cerveza en su lugar de origen, por lo que aconsejo viajar unos pocos kilómetros y hacerse de varios porrones para beber en un clima de relax en este pueblo de la provincia de Buenos Aires, cercano a Cañuelas.
Para quienes quieran crear un mini circuito de degustaciones, es inevitable comenzar por la cerveza “Esquel” apenas entramos a la feria y conocer su intenso color dorado con un sabor acorde a la paleta. Esta marca la tiene difícil, no solo por ser la primera en probarse (por su ubicación cercana a la entrada) sino que, además, comparte el stand con excelentes licores con un precio más que accesible.
Como no podía faltar, desde la provincia de Córdoba (en Villa General Belgrano) llega la cerveza artesanal “Viejo Munich”, conocida por ser anfitriona de la feria de la cerveza más conocida de Argentina.
Pero esto no es todo, porque se viene lo mejor.
Tuve la oportunidad de conocer “Siete y ½”, una marca que ostenta seis variedades pretenciosamente acentuadas. Irish red es el nombre que tenés que pedir si te acercás al puesto, es simplemente maravillosa y no solo posee una fragancia única sino que, además, ofrece 5,5% de graduación alcohólica.
De todas maneras, si tuviese que otorgar un premio, la medalla dorada se la lleva “Beagle”, una cerveza rubia elaborada con agua de glaciar, con 4,8% de alcohol y “Sello de Calidad certificada” entregado por la Secretaría de Desarrollo Local y Pyme de Tierra del Fuego – Fin del Mundo. 11 productos poseen este reconocimiento y “Beagle” es uno de ellos. El responsable de esta delicia comentó, al intercambiar opiniones sobre las variedades rubias y negras, que “el consumo de cervezas negras en Argentina continúa creciendo, aunque todavía se mantiene la proporción 80-20” en favor de las rubias. Está en el consumidor elegir entre la golden ale (de color dorado intenso, de cuerpo y amargor medio), red ale o cream stout. Las dos primeras en mencionarse deben servirse a una temperatura de entre 4 y 5°. La negra es ideal para beber entre 10 y 12°, según sus propias recomendaciones.
Una feria para todos los gustos
Para quienes no conocen el mundo de la cerveza, se realizó en la feria un taller especialmente desarrollado para los inexpertos, donde se recorrieron desde los distintos elementos necesarios para producir esta fermentación hasta la pasión que despierta en sus adeptos, pasando antes por todo el detallado proceso de elaboración para obtener la bebida milenaria.
El “Taller & cocción de cerveza para principiantes” estuvo a cargo de Edwin Harvey, Marcos Martínez Castro, Alan Sullivan y los interesantes aportes de Horacio Gariglio.
Harvey se encargó de explicar a los asistentes qué se necesita y cómo se hace la cerveza. Asimismo, brindó conocimientos acerca de las variedades de maltas, entre las que destacó “la pilsen que es la más clara y común, la pale, viena, munich, ahumada, caramelo y tostada, que se procesa a distintas temperaturas”, además de expresar que “hay más de 130 tipos de cervezas”. Y, mientras le pasaba a cada uno de los presentes los elementos básicos (y sin proceso alguno) para lograr la alquimia, habló del lúpulo (“el más conocido es el saaz y la mayoría son alemanes, aunque Argentina tiene el mapuche y cascade, ambas de la Patagonia”), la cebada (“el producto esencial”), la malta y, por supuesto, la levadura.
Luego, Marcos Martínez Castro detalló el paso a paso para producir cerveza artesanal y reiteró, una y otra vez, la importancia de mantener el higiene extremo para “obtener algo de calidad y no vinagre”, tal como lo expresó. Además, aclaró que “las cervezas más comerciales, las lager, se enfrían a menos grados, de 10 a 12” y “al revés del vino, el oxígeno es enemigo de la cerveza”.
Para finalizar, Alan Sullivan, quien lleva más de 10 años en el rubro y según relató “dejé todo para dedicarme a lo que me gusta”, posee un restaurant que es la excusa de un templo de la cerveza artesanal en Pilar, donde realizan charlas y talleres para aficionados y expertos.
Sullivan es un apasionado, no quedan dudas al oírlo: “El lúpulo es generoso, es hermoso… no aprovecharlo es un disparate”. Su exposición se basó “en derribar mitos”, según sus primeras palabras. Entre estos, se dedicó a dejar en claro que “la cerveza no se toma helada, eso es anestesiarla” y que “las cervezas comerciales deberían venderse en seis semanas, pero la sacan en trece días, por eso les duele la cabeza cuando las toman”.
Finalmente, antes de compartir con todos los presentes un vaso de cerveza artesanal preparada por los organizadores, Sullivan planteó una inquietud: cuando hablamos de rubia, roja o negra, ¿realmente definimos a una cerveza? Luego, detalló su recomendación para degustar: aroma, apariencia, sabor, sensación en boca (“el rejunte”) e impresión general (“tan simple como decir si me gustó o no”).
Y después sí, a brindar.

Un comentario sobre “Cerveza, el trofeo dorado

  1. Diego: gracias por tus comentarios sobre nuestras Beagle. Te esperamos en Ushuaia cuando quieras para compartir unas cervezas al pie de los fermentadores.
    Un abrazo grandes desde el Fin del Mundo

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