Chau impuesto a las Ganancias

La noticia sobre la modificación en el piso mínimo al impuesto a las Ganancias que anunció el gobierno nacional no requiere demasiado análisis para entender que afecta directamente a los trabajadores argentinos en el plazo inmediato. Por este motivo, la decisión que llevó a su implementación, desde el 1° de septiembre, fue recibida en forma positiva en la mayoría de los sectores vinculados a este ámbito, tanto como fue celebrado por el oficialismo como un logro político y social. Recordemos, para el caso, la reiterada e insistente disputa gremial y sindical contra el kirchnerismo durante los últimos tiempos.
impuestoDe todas formas, la suba del piso mínimo para el aporte de Ganancias y tope actual para percibir las asignaciones familiares más que un triunfo del gobierno representa un derecho de la masa obrera para adecuar un tributo que necesitaba de un análisis profundo para encontrar una solución que aliviane el bolsillo del trabajador sin desestabilizar la economía.
Por eso, desde el primer día del mes de septiembre los empleados solteros que cobran un sueldo inferior de $ 8.360 y los casados con un haber por debajo de $ 11.563 tendrán un piso de $ 15.000 para ser incluidos entre quienes harán el aporte antes mencionado. Además, quienes perciben asignaciones familiares modifican el tope de 8.400 por sostén y 16.800 por grupo familiar a un mínimo de 15.000 y 30.000 pesos, respectivamente. Diego Bossio, titular de ANSeS, expresó al respecto que la modificación «rige para todas las asignaciones familiares con tope de ingresos: asignación por hijo, por nacimiento, por adopción, por matrimonio y ayuda escolar anual». Asimismo, detalló que el 89,8% de los empleados registrados en relación de dependencia en todo el país dejarán de pagar el impuesto a las Ganancias y solamente 955.527 trabajadores sí lo harán, lo que representa poco más del 10% del sector. Otra de las novedades es que los trabajadores que cobran entre 15.001 y 25.000 pesos obtienen el beneficio de una suba del 20% del mínimo no imponible. Vale destacar que también se les incrementó el 30% para los habitantes de la Patagonia (en este sentido, 115.947 personas dejarán de aportar).
Además, anunció que el 99,3% de los jubilados y pensionados serán exentos del pago de este tributo. Este número comprende a casi 6 millones de personas.
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Por su parte, Ricardo Echegaray (titular de AFIP),  expresó que la exención del pago de este impuesto es “un esfuerzo fiscal de 2.581 millones de pesos para las cuentas del Estado”.
Ante las críticas sobre si es una medida electoralista de cara a las elecciones en el mes de octubre, el jefe de Gabinete de Ministros, Juan Manuel Abal Medina, fue categórico: “Si una medida aplicada por el Ejecutivo es electoralista, no me imagino cómo puede ser calificada una propuesta de campaña difundida cada dos minutos por alguno de los candidatos”. En la misma vereda, pero con el foco puesto en el crecimiento económico nacional y el diálogo con distintos actores, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, manifestó que «como se observa en la transferencia de recursos, los dividendos u otros temas, la presencia empresarial y gremial tuvo injerencia para que la medida fuese posible: el diálogo funciona en tanto se produzca más en la idea de aportar que de llevarse». Asimismo, agregó: «Es preciso ser claros. ¿Alguien puede creer que el crecimiento del país no se debe a que hay más empleo, mejores salarios y jubilaciones? Me parece que está todo dicho».
redradoPero no todas las voces concuerdan con esta decisión del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Martín Redrado, quien es miembro del equipo económico de Sergio Massa (candidato a diputado por el Frente Renovador), dijo que «evidentemente, el gobierno ha preferido dar las buenas noticias y después dar las malas noticias luego de las elecciones», a lo que acotó que «más dinero en los bolsillos de los trabajadores generaría más presión de inflación».
Lo que es seguro es que el bolsillo respira. Con más aire, entonces, es momento de oxigenar el cerebro y analizar si se trata de un hecho con connotaciones puramente electoralistas o se intentó sanear un punto altamente cuestionado y de los que más generaban conflictos y disyuntivas entre el partido elegido por la mayoría para representarnos y los ciudadanos.