Che para jóvenes y tango para todo el mundo

Ricardo Horvath es investigador y escritor. En el ámbito periodístico se codeó con grandes como Paloma Efron, Blackie, a quien le dedicó el libro “Memorias y recuerdos de Blackie” (que luego basaron este libro en el documental “Blackie, una vida en blanco y negro”).
Es conductor de «Café Bar Billares», ciclo radial con casi 30 años en el aire dedicado al tango con diferentes puntos de vista. Su primer libro homónimo tuvo éxito y ahora saldrá la segunda parte.
“En su momento se editó Café Bar Billares con textos míos y de Norberto Polino, que era mi socio en este programa (que inició en 1984 y se emite actualmente en Radio Madre, AM 530, los sábados de 9 a 13 horas), donde damos distintas posturas u opiniones sobre el tango o sobre figuras del tango. La idea es un tomo dos en el cual esté el material que quedó afuera. Los textos de Polino los tengo yo gracias a la viuda que me los entregó en su momento. Y, en este caso, reproducimos también un texto de Luis Alposta que fue el presentador del primer libro. Y a su vez, un prólogo del arquitecto Rodolfo Livingston.”
¿En esta segunda parte del libro contás el actual momento del programa?
No, cuento distintas historias. Por ejemplo, una reivindicación de mi viejo vinculándolo al tango. Cuento el rol de los inmigrantes en el tango, desde el punto de vista de mi viejo como inmigrante. A partir de este homenaje, expongo cómo el inmigrante transformó al tango, que nació alegre y dicharachero, de burdel, picaresco, inclusive tomando cosas del couple; en nostálgico, junto al inmigrante más pequeño que existe, el bandoneón, que viene desde Alemania. El inmigrante le dio al tango el sufrimiento, esa tristeza, esa melancolía que esta música tiene de aquel que abandonó su patria engañado. Porque la propaganda publicitaria de la oligarquía en esa época era que vengan al país, que es el país de las mieses y la salvación, y demás. Y tuvieron que trabajar acá como esclavos, aprender el idioma y sortear miles de dificultades, pero finalmente llegaron a formar su familia.
Y el tango cuando te dice “ni el tiro del final te va a salir”, está hablando del mayor fracaso que podés tener en la vida, que te fracase el intento de suicidio, ¿te das cuenta? Eso es uno de los textos que analizo. Y después otros temas, homenajes a distintos intérpretes, autores de tango, música o cantores. Y lo mismo Polino. Es decir, textos que tienen que ver con la ciudad y con el tango.
¿Qué diferencia notás del viejo tango al actual, donde los músicos incursionan y fusionan ritmos con el tango clásico?
Hay de todo. Eso es lo interesante que, en mi opinión, ha surgido en los últimos años. También, mi teoría es que a partir de los ’90, del neoliberalismo y de la liquidación de la cultura nacional y popular, los jóvenes se volcaron al tango en forma masiva. Lo que pasa que en este momento vivimos en otra sociedad y no en el ’40 o ’50 donde el tango se desarrollaba en los barrios y en los clubes de barrio, que han ido desapareciendo. Y los jóvenes, como el caso de la orquesta Fernández Fierro, crea su propio club, donde no solamente actúan ellos sino que abren las puertas para el resto de los tangueros, tienen un espacio propio. Han surgido numerosas orquestas, numerosos solistas y un fenómeno notable que es la mujer incorporada al tango. Hoy en día, hay más cantantes femeninas de tango que masculinas.
Y el tango está triunfando en todo el mundo. Muchos artistas como Alvarado, que vive la mitad del año en Europa y la otra mitad aquí en Argentina para volver a sus raíces, tienen actuaciones fenomenales en el Viejo Continente. Cualquier agrupación juvenil va allá y vuelve con el dinero suficiente para editar sus propios discos. Las discográficas de ahora no auspician a los nuevos grupos y solamente reiteran las viejas orquestas del ’40, en una reproducción que no les sale un mango. Y todo extranjero que viene aquí va y compra esos discos.
Para los jóvenes es dificultoso, y además con internet. El material se encuentra en la red y es difícil vender un disco.
Pero lo interesante es eso, la incorporación de los jóvenes, me parece un aspecto interesantísimo, como la politización, porque además esa politización la llevan al tango en letras. Por ejemplo, hay orquestas como La Imperial que ha dedicado tangos a Facón Grande, que era el rebelde entrerriano en la Patagonia, que cuenta Osvaldo Bayer. Hay tangos a Salvador Allende, hay tangos dedicados al Che Guevara. Es decir, hay un tango comprometido que sigue presente.
Por otro lado las orquestas están buscando distintas líneas, y la dificultad que encuentran es que después de Piazzolla, ¿qué? Esto me lo decía Rodolfo Mederos: “Me cuesta pasar ese muro que es Piazzolla, me cuesta encontrar esa línea…”. Bueno, pero los jóvenes lo están buscando. Bien. Mal. Regular. Mejor. Peor. Todo evoluciona. Eso ya lo había dicho Villoldo a comienzos del Siglo XX. Entonces, el tango de Villoldo que lo hacía picaresco, reconoce que la evolución del tango lo lleva a otro tipo de estilo que es el que perduró hasta los ’40, los ’50. Hoy aparece otro tango renovado que está en mano de los jóvenes, que son el futuro. Esto lo reivindicaba Pugliese, un viejo tanguero, diciendo que los jóvenes van a seguir en el tango, y no se equivocó.
Pero ellos a su vez aprenden de las viejas orquestas, ¿no?
Claro, estos jóvenes están inspirados en la línea de Pugliese o en la de Troilo, pero hay numerosas líneas dentro del tango. En general, por ejemplo, aparecen otros grupos inquietos por el tema musical profundo, de seguir la línea de Darienzo que era más liviana, sin profundidades. La mayoría está dentro de esos lineamientos, y también del lineamiento de Piazzolla, ya más mezclado con la música clásica pero bien porteña. ¿Cómo logra Piazzolla esa mezcla? Como ocurre siempre, al principio los tangueros clásicos, cuadrados, que siguen esa línea cuadrada del tango de Darienzo, lo negaban a Piazzolla y hoy en día lo reconocen. ¿Por qué? Porque Piazzolla se peleaba con todo el mundo, después se fue a Europa, triunfó allá, y luego acá lo tuvieron que reconocer. Porque siempre lo de Europa es lo mejor, para cierta clase media argentina porteña, donde todo lo mejor está afuera.
El tango no es su única pasión, también lo es la cultura cubana (“Cuba, la oculta”, libro escrito por Horvath) y la ideología guevarista. Por esta razón, y por tener una nieta llamada Alegría, que no supera los 6 años de edad y conoce a fondo a Ernesto Che Guevara, Horvath decidió hacer un libro para acercar este personaje a los jóvenes. Pero no lo hizo solo, lo logró con el apoyo de Rubén Dry, quien redactó el prólogo del libro, y de Norberto Galasso, quien le otorgó una nota para esta edición.
“El título es El Che para jóvenes. Hemos observado que los jóvenes se han incorporado a la política, y que llevan la remera del Che, ya como algo internalizado. Saben el compromiso que tienen con esa remera, y también lo vemos en las marchas con banderas del Che junto a Evita. Entonces, la idea surgió de una charla que tuve con Galasso cuando él observaba que los jóvenes se están politizando, porque les interesa la política. Por ahí confundían algunos personajes, no conocían a fondo, pero les interesaba.
La idea es un libro, no para conocer a fondo al Che, porque hay autores que han escrito bastante sobre ello, sino dar un resumen del significado del Che, como un hombre concreto, como un símbolo, como un hito, cómo se transforma en un mito. Y también, a su vez, dar a conocer su obra periodística. Es un aspecto que han dejado de lado.
También, con algunas de las canciones que hemos descubierto y recuperado, dedicadas al Che que son esplendorosas”.
¿En qué tipos de géneros encontraste estas dedicatorias, o es en la música en general?
Hay tangos, hay temas de rock, hay ritmos cubanos, hay ritmos latinoamericanos… realmente es sorprendente que en todos los pueblos esté. Por ejemplo, ahora me acuerdo del grupo Quila Payún, que son chilenos. Pero a su vez están en los temas cubanos y uruguayos. Es decir, los artistas populares de Latinoamérica le rindieron su homenaje a través de la canción, de la misma manera que otros lo homenajeaban a través de libros o de escritos, o de actos en torno a su figura.
¿Crees que los jóvenes tomaron las canciones dedicadas al Che de sus ídolos musicales para entrar a la militancia o interiorizarse más sobre la figura del Che?
Yo creo que sí, porque la música ayuda a la comprensión. No es solamente un divertimento. También adquiere poesía, y esto hace que aquel atento escucha se de cuenta. Como el tema ‘Gallo negro, gallo rojo’, o temas hechos por rockeros argentinos. Hay muchos grupos que le han dedicado temas desde el punto de vista del rock, también.
Este último libro, “Che para jóvenes” de la Editorial Acercándonos, ya está a la venta en todas las librerías. Y esta tarde, a las 19 horas, presentará su material en el Antiguo Mercado de La Boca, Olavarría 713 (esquina Del Valle Iberlucea, a dos cuadras de Caminito).