Comida vigilada

Alguna vez nos ha pasado, o hemos sido testigos. Salimos de un local de ropa o de una librería y… ¡suena una sirena y se arma un gran revuelo! Todo a causa de las alarmas que se colocan en la ropa o en los libros para evitar robos. Claro, muchas veces el producto no tiene el dispositivo pero puede fallar y el papelón y la vergüenza lo pasamos igual.

Foto: @biancafrenkel
Foto: @biancafrenkel

Ahora esta situación puede ocurrir si compramos comida. En algunos supermercados los alimentos de características premium están siendo protegidos por este tipo de dispositivos. Con el argumento de frenar la cantidad de robos en estos negocios a los fiambres, quesos, mantecas, vinos, frascos de champú y latas de atún se les colocan estos aparatos que funcionan con un código de radiofrecuencia.
Desde la la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) señalaron que “nuestra sensación es que en los últimos meses la tendencia de hurtos ha ido en aumento». Directivos de la entidad explicaron que  está previsto que las alarmas se coloquen en todos los productos. Por ahora se prioriza la relación tamaño-precio para decidir qué mercancía estará controlada en forma electrónica.
Otro aspecto que se señala como importante para tomar esta medida es el caso de elementos como pilas o máquinas de afeitar descartables, vinos y aperitivos que han visto una suba pronunciada en sus precios.
En una cadena de supermercados se apuntó al sector de lácteos como una de las mercancías a proteger. «Decidimos poner alarmas en los quesos de primera marcas, en los fiambres y hasta en los paquetes de quesos rayados porque en los últimos seis meses la gente comenzó a llevárselos», explicó un empleado que dio el testimonio y prefirió el anonimato.
@patomerlani
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«Los quesos pasaron a ser un alimento premium, ya que un trozo envasado cuesta entre 70 y 80 pesos, por eso decidimos vigilarlos más», detalló.
Además, los comerciantes se asombran ante el ingenio de quienes deciden hurtar productos. «Se esconden alfajores en las capuchas y es muy común que se lleven un pan de manteca escondido en los puños de los buzos», explicó la encargada de un supermercado en San Telmo.
Otro tanto pasa con los productos para el cabello, se dejaban las cajas vacias y se llevan los pomos o envases que contienen la tintura, ejemplificaron.
Los supermercados chinos todavía no llegaron a una medida tan extrema, pero controlan exhaustivamente desde la línea de cajas los movimientos de los clientes.
Los vinos, el whisky y el fernet están entre los primeros productos señalados como predilectos para ser robados, por lo cual se los ubica cerca de donde están las cajeras. La CAS expresó que «cada vez hay más gente dispuesta a llevarse cualquier cosa de los locales».