Después de todo, merecemos un descanso

Siempre discutible al alegar que se trabaja menos o se reduce la producción, cuando no se pone de manifiesto la necesidad de atención al público, el otorgamiento de asueto administrativo recibe tanto celebración como queja. A modo de intentar bajar un cambio, el que quería celebrar lo hará de todas formas y la protesta es sabido que sale de quien busca cualquier excusa para hacerlo.
asuetoLo cierto es que tanto los feriados y asuetos posibilitan el incremento de otros sectores, tales como el turismo, alguna vez (y con mucho acierto) denominado la “fábrica sin chimenea”. Esta industria actualmente mueve millones de pesos y dispara el consumo de locales y visitantes.
Para quienes solamente estas fechas representan una jornada de descanso, esta época tendrá algunos días merecidos después de un año agitado, ya que la presidente Cristina Fernández de Kirchner y el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, firmaron el decreto 2111/2013 que otorga “asueto al personal de la Administración Pública Nacional los días 24, 26 y 31 de diciembre de 2013 y el 2 de enero de 2014”.
De todas formas, queda a disposición de los distintos organismos coordinar “las medidas necesarias a efectos de mantener la continuidad de los servicios esenciales”, hecho detallado en los artículos 2 y 3 del decreto antes mencionado. Asimismo, se aclara que la medida no alcanza a las instituciones bancarias ni a las entidades financieras.
transitoAdemás de los motivos que son de público conocimiento relacionados con la religión judeocristiana, el documento expresa que «conforme a estadísticas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial de los últimos años, los días 26 de diciembre y 2 de enero se registra un importante incremento en el flujo vehicular, tanto de rodados particulares como de transporte público automotor, principalmente sobre rutas nacionales, generando un potencial riesgo de siniestros viales en desmedro de la seguridad del tránsito y, por ende, de los usuarios de la vía pública «.
Si este es uno de los tantos pasos que se deben dar por parte del Estado (como así también el sector privado y la sociedad en general hagan lo suyo) para garantizar un fin de año en paz, bienvenido sea.
 

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