Nuevamente, y a menos de una semana de transcurrido el anterior temblor, la costa norte de Ecuador volvió a sufrir un terremoto que se registró en un horario cercano a las tres y media de la madrugada del miércoles.
En esta ocasión se trató de un sismo de 6,1 grados en la escala de Richter que volvió a azotar al país sudamericano en una región localizada a poco más de 200 kilómetros de la capital, Quito, y se dio tras el acontecido el sábado pasado que dejó como saldo, hasta el momento, 525 pérdidas humanas (518 ya identificados), 231 desaparecidos, más de 4.000 heridos y más de 20.000 desplazados.
Recordemos que el terremoto del fin de semana que tuvo como epicentro Pedernales (una localidad de 55.000 habitantes) alcanzó los 7,8 grados cuando se produjo casi a las 19 horas del sábado en lo que podría considerarse «la mayor tragedia de los últimos 67 años», según expresó el presidente ecuatoriano Rafael Correa. Además, el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica detalló que al sismo le siguieron aproximadamente 200 réplicas que se acercaron a la medición del acontecido este miércoles.
Por su parte, Ricardo Patiño, ministro de Defensa, anunció que la labor de ayuda y contención incluirá a toda la población de la zona, porque «si bien no se ha visto directamente afectada por el sismo, sufre por los problemas de abastecimiento y la falta de agua». Al respecto, el Presidente manifestó que la inversión en el área requerirá de unos 3.000 millones de dólares.
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