El heredero de la garra charrúa

Para todo el planeta se trataba del partido válido por la segunda fecha del Grupo D entre dos selecciones urgidas de una victoria que los mantenga con vida luego de la derrota en la primera presentación en Brasil. Pero para una persona, el encuentro entre Uruguay e Inglaterra representaba mucho más. Era mucho más porque hasta último momento no sabía si llegaba a jugar la Copa, debido a una lesión de meniscos en su rodilla izquierda que incluyó intervención quirúrgica. Para Luis Suárez este era su gran regreso.
Y así fue. Uruguay arrancó el partido con mucha profundidad ofensiva y desbordes, un planteo sorpresivo para una selección de Inglaterra que se vio superada en los laterales. A los 15 minutos Cristian Rodríguez tuvo su chance al rematar desde la izquierda y tirar cruzado por encima del portero Joe Hart. Cuando iban 30 de la primera parte Steven Gerrard lanzó un tiro libre (casi un corner) que cabeceó Wayne Rooney y dio en la unión del palo con el travesaño. Ambos conjuntos atacaban, el partido era vibrante y estaba para cualquiera de los dos.
Pero el primero en asestar fue el combinado dirigido por Oscar Tabárez. El reloj marcaba 39 cuando Álvaro González encaró desde el círculo central, avanzó y abrió la cancha hacia la izquierda para que Edinson Cavani tire un centro bombeado al área chica para superar la marca de Phil Jagielka y deje solo a Suárez, quien cambió la trayectoria del balón y la deposite contra la red. Nada que hacer para Hart. 1-0 y se desató la euforia charrúa.
El entretiempo no modificó demasiado el juego. A los 52 Cavani quedó solo ante Hart pero al tener poco ángulo de tiro definió mal y la pelota se fue por la otra banda. Dos minutos después de esta oportunidad, respondieron los europeos. Rooney quedó en inmejorable posición para rematar, pero su disparo furibundo dio en el cuerpo del guardavallas Fernando Muslera, que la sacó y le dio respiro a todo un país.
Con este empuje anímico y la impostergable necesidad del gol, Inglaterra comenzó a tener más la pelota y ganó terreno. Uruguay sufría, pero también se abría la oportunidad de algún contragolpe letal. Y por esto fue que pasaron ambas cosas. Primero Rooney empujó el balón que Glen Johnson metió en el medio del área chica para poner el empate cuando transitaban los 75 minutos de juego. Posterior al gol inglés llegaría una jugada desafortunada para toda una nación. Muslera sacó del arco a los 85′, el capitán Gerrard la peinó para atrás y dejó solo a Suárez, quien acomodó la pelota con el pie derecho y le reventó el arco a Hart para decretar el triunfo uruguayo por 2-1 y la esperanza intacta para sortear la fase de grupos. Dependerá de sí mismo, pero no tendrá un rival menor por vencer. El martes se verá ante la siempre poderosa Italia… y deberá ganar.