El mundo se puso raro

Esta semana primaveral nos la jugamos por vos y, para convidarte, vamos a ser más breves que de costumbre (?), por eso te traemos el resumen de los últimos días para que te sirva como preparativo para lo que viene, en un mes electoral y más picante que nunca.

Noticias de la Gorra

Al final parece que no hubo fraude y la Junta Electoral declaró que el candidato del FpV, Juan Mazur, ganó las elecciones para gobernador en la provincia de Tucumán. ¿Tanto quilombo por un par de urnitas quemadas?

Un poco más arriba, pero del continente, el Papa Francisco ya se mandó un cuba libre con Fidel Castro y ahora se cruzó por un Big Mac con Barack Obama. Esto es lo que comúnmente se dice «con Dios y el Diablo», según del lado del mostrador en el que estés.

Según Estela de Carlotto, Daniel Scioli es la transición hasta que vuelva Cristina. Lo mismo le dijeron a Néstor, ojo.

Hablando de robo, se afanaron del Ministerio de Economía una escultura hecha de plata. Parece que están empezando a pagarle a los buitres.

Y si seguimos con el tema de robar, el «Niembrogate» sigue dando sus frutos y el que cayó ahora es el candidato a diputado de Cambiemos, Eduardo Amadeo, que le facturó 4 millones al Gobierno de la Ciudad como presidente de dos asociaciones civiles. Nos parece que Mauricio Macri se va a bajar del debate presidencial.

Además, el que ya confirmó que no va a esta iniciativa es Scioli. Ya lo dijo su mentor Carlos Saúl: «El que gana no debate».

Otro de los candidatos, Sergio Massa, dijo que va a bajar 30% los impuestos si es presidente. Ya tiramos cualquiera, ¿no? En cualquier momento busca el voto adolescente proponiendo prostitutas gratis para menores de 18.

Por su parte, Scioli propone 30 mil millones de inversión por año para su gestión. Parece que va a vender un par de sus propiedades.

Finalmente, cayó cargamento de 30 kilos de merca impregnada en arroz con destino a África para la campaña de «Hambre cero». Es decir, era como esconderla en un embarque de merluza. No subestimemos a los policías, por más boludos que parezcan.