En Buenos Aires se come menos

Según un informe del Centro de Estudios Metropolitanos (CEM), el 36% de las y los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires disminuyó la porción de sus comidas, mientras que un 38% tiene temor a perder su empleo.

El IX Monitor del Clima Social hecho en el área metropolitana (la Ciudad de Buenos Aires y los 24 partidos vecinos) señala que 18 por ciento de los porteños pasó hambre en algún momento de 2018, mientras que si consideramos el Conurbano, los porcentajes se incrementan a más del 60 por ciento en el caso de disminución de alimentos y aproximadamente un 50% respecto de la consulta si tuvieron hambre en algún momento del año pasado. A nivel general, el 65% afirma que los ingresos del grupo familiar no son suficientes para afrontar los gastos.

El CEM es un espacio de investigación creado por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y las universidades nacionales de Hurlingham y Arturo Jauretche. Los monitoreos sobre el clima social tienen la finalidad de evaluar la situación económica y social de la población en aspectos vitales como empleo, educación, ingresos, salud y transporte. Para este nuevo análisis se realizaron encuestas a teléfonos fijos a 1.523 personas entre el 26 de febrero y el 2 de marzo de este año. Los resultados del informe muestran las peores percepciones de la gente desde el inicio de la serie, en diciembre de 2016.

El director del CEM, Matías Barroetaveña, indicó que el Monitor del Clima Social «fue pensado como un termómetro del impacto de las políticas socioeconómicas en las percepciones de los catorce millones de habitantes del AMBA. Una herramienta que permite medir las grandes desigualdades de esta región en términos geográficos y de estratificación social».

«Decidimos hacer un monitor de clima social para tener un termómetro del impacto del Gobierno y sus decisiones en la economía: según las nueve mediciones que hicimos para ver cómo se fueron dando esos números, luego de las elecciones en 2017 comenzó un descenso por la devaluación, el impacto en precios y la pérdida del poder adquisitivo», subrayó. Sobre los resultados de este último estudio, Barroetaveña indicó que «lamentablemente hay empresas como Arcor y La Serenísima que se endeudaron en dólares y hoy están muy complicadas: el Gobierno ha logrado instalar una mirada sobre la sociedad en la que ‘el futuro es incierto’ y en un mundo moderno la responsabilidad es de cada uno y salir o no depende del mérito».

Pese a esto, el directivo enfatizó las capacidades de Argentina para salir del estancamiento: «Contamos con una estructura educativa muy fuerte, con creatividad: lo que hace falta y está pendiente es el modelo de integración, qué queremos ser en el mundo».