En defensa de la minga en Colombia

«Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie ni hacerle mal en su persona aunque piense y diga diferente» es la traducción del articulo 12 de la Constitución Colombiana a la Cultura Wayuu, que persiste a pesar del olvido de la nación.

Este proyecto que estuvo a cargo del periodista, pedagogo y humorista Jaime Garzón, cuya ausencia representa hoy un vacío en la forma de opinar libremente desde una crítica sencilla y clara. A 20 años de su asesinato, los pueblos indígenas se organizan en una minga por la defensa de la vida, el territorio, la democracia, la justicia y la paz.

¿Quiénes son y qué reclaman?

El pueblo Nasa, también conocido como los «paeces», es la principal fuerza de la minga. Debido a los desplazamientos ocurridos durante la Guerra de los Mil Días, a la posterior aprobación de la Ley 200 de 1936, y a la avalancha del río Páez de 1994, esta etnia reside en los municipios del nororiente del Cauca y suroriente del Valle, pero tiene «avanzadas» en la cordillera occidental, Huila, Caquetá y Putumayo. Actualmente cuenta con doscientos mil nativos, de los cuales se han movilizado alrededor de quince mil.

Mas de 30.000 indígenas de varias partes del país se encuentran en el norte del Cauca en esta minga por la defensa del territorio. Bloquearon la vía Panamericana y exigen la presencia del presidente Iván Duque para levantar el bloqueo. Su lucha obedece al incumplimiento por parte del gobierno de las promesas que les hicieron. En 1999 el gobierno de Andrés Pastrana, en conjunto con las comunidades indígenas, declaró la emergencia social, cultural y económica de los pueblos indígenas en Cauca.

A través del decreto 899 estableció una comisión mixta que atendería, año a año, esta problemática. En 2017, luego de sucesivos incumplimientos del gobierno de Pastrana, Álvaro Uribe (2002 a 2010) y Juan Manuel Santos (2010-2018), 18 años de indiferencia y de una decena de manifestaciones indígenas y mingas, el gobierno de Santos acordó un nuevo decreto: el 1.811 del 2017. Este decreto crea mecanismos especiales para el cumplimiento del Gobierno Nacional con el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).

De esta manera, el Estado se comprometió en esa oportunidad a hacer un plan cada cuatro años al inicio de cada gobierno para solucionar los problemas estructurales de los pueblos indígenas y cumplir los compromisos adquiridos en el pasado. Este plan debe crearse teniendo en cuenta la regla fiscal y el gobierno debe incluir estos compromisos en el Plan Nacional de Desarrollo, cosa que no ocurre en la actualidad y obliga a los indígenas a manifestar su descontento y desilusión.

El 18 de marzo de este año, autoridades indígenas y delegados del Gobierno llegaron a un acuerdo de protocolo para la llegada del Presidente. Dos días después, Iván Duque no solo no llegó sino que acrecentó la violencia. Fue quemado uno de los campamentos de concentración indígena en Cabijio Cauca por los grupos de fuerza armada enviados al lugar. Desde ese momento, la voluntad de dialogo del Gobierno se mostró a través de gas lacrimógeno y la presencia de tanquetas del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD).

Sin máscaras

La minga estalló después de que en los últimos meses el presidente Duque mostró la cara que mantuvo oculta durante los primeros cinco meses de su mandato: suspendió las negociaciones con el ELN tras el atentado terrorista en la Escuela de Cadetes de la Policía, fortaleció su alianza con el Fiscal para desprestigiar y acabar con la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) y se puso al servicio de Donald Trump en su campaña en contra de Maduro.

La minga ya cumple veinte días y en las protestas participan los pueblos nasa, misak, yanacuna, emberá y pijao, además de organizaciones indígenas como el Consejo Regional Indígena (CRIC), el Consejo Regional Indígena de Caldas (Cridec) y otras asociaciones campesinas y protectoras de los derechos humanos. Según La Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), los bloqueos generaron pérdidas cercanas a los 10.000 millones de pesos.

No es momento de callar

Luego de varios enfrentamientos, heridos y muertos, este martes en el
Boletín de Derechos Humanos N° 37 dictado en el Departamento del Cauca, Municipio de Cajibio, El Cairo, se informa el ataque sucedido en horas de la mañana que deja varios heridos, la mayoría leves, con golpes contundente en diferentes zonas corporales. También denuncian que las autoridades están usando herramientas ofensivas con la finalidad de causar heridas sobre los mingueros.

A las 8:30 horas el ataque indiscriminado avanzó en dirección al campamento, lanzaron gases en dirección de las carpas de los mingueros e hirieron a uno en la mano, Esgar Ernei Wegia Disu, afectado de gravedad en la parte inferior de su pulgar y golpes de posibles esquirlas en su pierna. La fuerza pública sigue usando todo medio de fuerza posible para despejar la zona.

El pedido que se realiza desde la comunidad indígena es que no se ignore lo sucedido, que los colombianos nos unamos en defensa del territorio y que la comunidad internacional haga eco de las injusticias que se presentan en este momento en Colombia.

«Somos pueblos víctimas del conflicto armado, victimas del Estado, es por ello que nos encontramos exigiendo nuestros derechos, porque tenemos que defender nuestro territorio, denunciar por qué nos están matando, masacrando a líderes indígenas, sindicales, obreros, defensores de derechos humanos, a todo aquel que haga o piense distinto lo mandan a callar», afirma el Programa de Comunicación CRIC.