Fiestas saludables

Llegó diciembre y con este mes se acercan fechas de eventos, cenas laborales, despedidas del año y, por supuesto, las fiestas. Estos son momentos en los que nos reunimos a comer y festejar y donde sabemos que vamos a comer alimentos altos en grasas y azúcares (muchas calorías en poco volumen). Acá lo más importante es no privarnos y tener manejo de este tipo de situaciones. La clave está en planificar y adelantarnos para evitar el típico descontrol de las fiestas y mantenernos así en un peso saludable.
A continuación compartimos algunos consejos para planificar los días festivos.

La previa

Realizá un buen desayuno y no te saltees comidas. No es la idea dejar de comer durante todo el día para poder hacerlo más en la noche.
Aprendé a consumir alimentos seleccionando lo que más te conviene en cada momento. Si salteás comidas vas a llegar con más hambre al evento o reunión, y podés perder el control sobre lo que ingieras.
Durante el día, lo mejor es consumir la mayor cantidad de frutas y verduras, ricas en fibra y agua, y otros alimentos de mayor densidad nutricional, es decir, con más nutrientes y menos calorías.
Otro punto importante es la hidratación. Si por la noche vas a tomar alcohol, durante el día optá por bebidas que no lo contengan, preferentemente agua o no azucaradas.
Un gran aliado en esta época es la actividad física. Reservate 40 minutos diarios para salir a caminar o trotar. De esta forma vas a compensar los excesos de manera más efectiva sin poner todo el peso en los alimentos.

En el evento o cena

Una buena forma de regular el tamaño de las porciones y no prohibirnos de lo que nos gusta comer, es utilizar platos de postre para servirnos. ¡Emplatar!
Antes de servirte más comida, esperá 15 minutos para pensar si realmente tenés hambre. Si es así, esta vez tratá de elegir las opciones más livianas.
Comé despacio y masticá muy bien cada bocado. ¡Disfrutá! Esto te ayuda a generar una mayor saciedad y a tener menos hambre a la hora del postre. Tratá de consumir la mitad de lo que hubieras comido en otro momento en el que no te estabas cuidando.
Elegí agua como primera bebida para hidratarte y calmar la sed y una bebida alcohólica (o la que te guste) como segunda opción, con moderación. La idea es evitar la misma bebida durante toda la noche.
Si estás a cargo de la cena, utilizá técnicas culinarias livianas (horno, parrilla, plancha, rehogado) y recetas saludables. Evitá ingredientes como la manteca, crema, aderezos grasos, sal y azúcar.
Aprovechá también los platos frescos, de poca manipulación y prácticos, como las ensaladas, brochettes de frutas, carnes magras frías, frutos secos, salsas ligeras.
Tené siempre presente que podés comer de todo pero con moderación.