El fin del Estado Islámico

Más de 400 mil muertos es lo que le ha costado este conflicto a Siria, Irak y a otros países de la región pero, principalmente, ha sido el pueblo sirio e iraquí los que más han sufrido. Se inició con una supuesta primavera árabe a la que luego le vino la separación de la rama más sangrienta de Al Qaeda, sus pares del ISIS o Daesh, como en sus siglas en árabe se los conoce.
Fueron años y años de sangre, videos de ejecuciones terribles, réplicas en Europa y Asia, represalias devastadoras en las regiones de Medio Oriente. Asesinatos, violaciones, venta de mujeres y niños, hasta se llegó a lo que nunca hubiésemos imaginado: destrucción de antigüedades como la milenaria ciudad de Palmira en Siria y una enorme cantidad esculturas en Irak.
Asimismo, se violaron todos los derechos humanos, se produjo la mayor mascare cultural en la historia y, sin embargo, muchas potencias los apoyaron. El Estado Islámico como así se autodenominó, llego a tener una amplia cantidad de grandes ciudades como Alepo, Raqqa, Mosul, Tikrit y diversos sectores petroleros. Esta organización, increíblemente, logró hasta posicionarse en el norte de África y crear miedo y generar terror en Europa. Entre sus planes macabros se encontraba el poder crear el califato con Medio Oiente, norte de África y una vasta región de Europa.

Todos los actores

A esta guerra se le sumaron actores, algunos en la intimidad ayudaron al Estado Islámico a crecer, le proveían armas, vehículos y hasta fueron económicamente financiados. Mientras tomaban sectores petroleros, estos mismos lo vendían en el mercado negro y, oh casualidad, lo compraban las grandes potencias.
Luego le sumaron al conflicto las tan temidas armas químicas y se repartieron culpas (algo que ya habíamos visto en la toma de Irak años atrás). Estados Unidos amenazó con invadir Siria, pero varias naciones se le opusieron y así llegó el salvador de Siria, Rusia. El conflicto logró tener un giro de rumbo a lo que hubiese sido una nueva Afganistán o un nuevo Irak, y así pusieron cartas sobre la mesa de ambos lados. La coalición liderada por Estados Unidos fue tomando energía junto a sus aliados de Francia, Israel e Inglaterra, entre otros. Del otro lado se encontraba Rusia, Siria e Irán, sumado a China desde el anonimato, que trataron de no dejar caer esta zona estratégica que representa la puerta de acceso de Europa a Asia.
Más tarde se sumaria Turquía, un aliado estratégico de Estados Unidos, que también se metería en el conflicto. Mientras tanto, el Estado Islámico fue avanzando y sumando apoyo de sus lobos solitarios, más ciudadanos europeos y de América que llegaban a Siria a entrenarse y luchar.

Rusia y compañía

La guerra continuó, pero ya con Rusia como gran partícipe de este conflicto, el rumbo cambió radicalmente y la amenaza del ISIS en Siria e Irak se fue desvaneciendo y aquello que se soñó como un califato hoy son puras cenizas.
De esta forma, el 90% del territorio que fue ocupado por el ISIS hoy ya está en manos del ejército sirio, de la mano de los rusos e Irán que, con su grupo del Hezbollah, pudieron aportar muchísimo para que esta guerra no fuera perdida.
Este jueves 21 de septiembre podemos decir que la guerra ya no es tal sino unos pocos conflictos aislados en Siria e Irak. Al mismo tiempo, los rusos continúan bombardeando algunas zonas de Siria donde todavía quedan blancos del ISIS. La última gran ciudad donde el Daesh estaba apostado ya ha sido recuperada casi en su totalidad: Deir Ezzor, en este lugar el ISIS ha perdido más del 80% de su capacidad de tropas.

La batalla de Kirkuk

Es por esto que en Siria ya casi no hay posibilidades de que el Estado Islámico recupere el control de los lugares que poseía un año atrás. Lo único que le queda es realizar ataques esporádicos, atentados aislados y no mucho más. En tanto que en Irak el ejército iraquí y los aliados se preparan para la batalla de Kirkuk, donde se encuentra el ultimo feudo del Daesh en aquel país. Será cuestión de días para lograr la victoria y así liberar a Irak del dominio de ISIS.
El panorama es alentador tanto para Siria y para Irak, luego de años de enfrentamientos y derrame de sangre inocente. Lo que vendrá será una reconstrucción que, al menos, necesitara de 15 años para levantar lo que han destruido. El tiempo para que estas naciones sacudidas por el terrorismo en carne propia puedan volver a alzarse de pie podría tomar hasta dos décadas. Además, nos quedan otros interrogantes de lo que podría venir, los últimos mensajes en América y en la última asamblea general de la ONU el apuntado ha sido Irán, ¿será el próximo objetivo? También surge la pregunta de si los refugiados podrán empezar a volver a casa luego de superado este conflicto.