Grecia golpeó la ilusión de Argentina

La selección argentina de basquet cerró su participación en la primera fase ante Grecia en un juego válido por el Grupo B de la Copa Mundial que se disputa en España. El equipo dirigido por Julio Lamas se vio superado en todas las líneas, mostró síntomas preocupantes de falta de lectura de juego y concentración, y tuvo una defensa y ataques inestables durante todo el encuentro.
Pese a estas falencias, el coraje del grupo hizo que hasta el minuto final se conservaran intactas las esperanzas, por momentos golpeada, por la solidez y templanza de un combinado europeo que puede aspirar a mucho más que simplemente participar en la competencia gracias a la adquisición del cupo mundialista a través de una transacción bancaria (nada extraño, la Federación Internacional de Baloncesto -FIBA- puso a disposición cuatro lugares para este torneo).
Desde el comienzo del partido, los helénicos mostraron mucho temperamento para adueñarse del juego y consolidar la defensa para que Argentina no pueda encontrar su juego. Y este fue uno de los factores fundamentales, ya que en ningún momento nuestro seleccionado se sintió cómodo o se desempeñó en ofensiva con liderazgo. Por ello, los europeos terminaron el primer cuarto arriba 28 a 16.
Para el segundo periodo las cosas se emparejaron y el marcador parcial fue de 17 a 16 para el conjunto nacional, por lo que la mitad tuvo un tanteador de 44 a 33 a favor de Grecia, una selección que se encuentra entre las mejores del mundo, no perdió un solo encuentro en esta Copa del Mundo y que no dejó pasar esta oportunidad para demostrar todo su potencial. Un detalle para destacar fue el cierre del cuarto con un gesto discutible (que debió ser sancionado) por parte de Nikolaos Zisis hacia Facundo Campazzo al encestar un triple ante su marca.
Más allá de los constantes fallos arbitrales que levantaron la temperatura del partido, el tercer cuarto fue el de la remontada albiceleste, con destellos de Campazzo, Pablo Prigioni y una grata aparición de Marcos D’Elía. Luis Scola (17 puntos y 5/15 en dobles) no tuvo su mejor versión y eso en esta selección se nota, y mucho.
Pero ante cada levantada anímica y deportiva del Alma, los griegos mejoraban aún más. Por eso el tercer periodo finalizó con un parcial de 17-20 y estiraba 3 puntos más la ventaja de cara al cierre del encuentro.
Y, para el segmento final, Argentina puso toda la carne al asador y volvieron a ingresar los titulares y figuras del plantel para soñar con revertir el resultado y clasificar primeros en el grupo, hecho que no pudo darse pese a la notable mejoría y buena cantidad de robos (10 en todo el encuentro). El parcial fue de 21-15 pero no alcanzó. Como dije antes, Grecia resolvió con carácter la situación, ganó con claridad el partido por 79 a 71 y le pegó un duro golpe a una selección que, solo por momentos, nos invita a soñar con grandes logros. Por eso, y hasta el momento, la irregularidad es la característica más notable de un plantel que se halla en transición generacional y afortunadamente combina la experiencia de las glorias con prometedora juventud.

Lo que viene

Argentina quedó, entonces, posicionada en el tercer lugar del Grupo B (Grecia se quedó con la zona, Croacia es el escolta) y jugará este domingo por la tarde el clásico sudamericano ante Brasil por los octavos de final.
República Dominicana enfrentará a Eslovenia el sábado, el mismo día que los cruces entre Estados Unidos y México, Francia y Croacia, España y Senegal. El domingo, además del Alma, jugarán Nueva Zelanda y Lituania, Turquía-Australia y Serbia ante Grecia.