¿Hacia dónde va Brasil?

No hubo milagro para Fernando Haddad y el Partido de los Trabajadores. Jair Bolsonaro había quedado a un paso de ser electo presidente de Brasil en la primera vuelta y en el ballotage cumplió con ese formalismo. El exmilitar de 63 años obtuvo un 55,18% de los votos, mientras que Haddad llegó al 44,82 con más del 99,7 por ciento de los votos válidos escrutados.
En números, representan 57,8 millones de votos para Bolsonaro y 47 para Haddad. El mapa de Brasil quedó divido en dos mitades: el sur y el este para Bolsonaro y el nor noreste para Hadad. La excepción fue el Estado de Amapá, donde triunfó Bolsonaro y quedó rodeado de Estados del PT. Ni bien se conoció su triunfo, Bolsonaro señaló que «no se podía seguir flirteando con el socialismo, el comunismo, el populismo y el extremismo de Izquierda».
El mandatario electo aseguró que «nuestro gobierno será constitucional y democrático. Lo que ocurrió en las urnas no fue la victoria de un partido, sino la celebración de un país por la libertad». Desde su casa en Río de Janeiro, Bolsonaro afirmó que «haremos un gobierno decente, comprometido con nuestro país y nuestro pueblo» y que construirá una «nación grande, libre y próspera». Además, Bolsonaro convocó a hacer un «Brasil de diversas opiniones, colores y orientaciones».

Libre de tinte ideológico

Asimismo, Bolsonaro sostuvo que «nuestro Gobierno será constitucional y democrático», y subrayó que «no hay brasileños del sur y del norte, somos todos una sola nación. Gobernaremos con el ojo en las próximas generaciones y no en las futuras elecciones. Liberaremos al país del tinte ideológico que tienen nuestras relaciones internacionales. Dejaremos de estar lejos de las naciones desarrolladas».
El cierre del discurso quedó para dos frases de cabecera, una de las cuales usó como slogan durante su campaña. «Somos un gran país, vamos a transformarlo en una gran nación. Brasil por encima de todos, Dios por encima de todo». Cualquier parecido con el «Make America great again» de Donald Trump… ¿será coincidencia?. El 1º de enero de 2019 Bolsonaro recibirá los atributos presidenciales de parte de Michel Temer.

«No tengan miedo»

Fernando Haddad reconoció su derrota sin felicitar a su contrincante e indicó que «vivimos un período en el que las instituciones son colocadas a prueba en todo instante». También sostuvo que «tenemos una tarea enorme en el país que es, en nombre de la democracia, defender el pensamiento, las libertades de los 45 millones de brasileños que votaron por nosotros» y les pidió a sus seguidores que «no tengan miedo» por lo que vendrá.
Por su parte, Michel Temer dijo estar convencido que Bolsonaro gobernará con «paz y armonía» y garantizó una transición tranquila y ordenada dándole toda la información y datos que necesite el nuevo presidente. Finalmente, Temer remarcó que «cuando se cita a unas elecciones el pueblo ejerce un poder que es suyo y hoy (por el domingo) decidió quién dirigirá el país con soberanía».

Argentina, por ahora no

En un claro mensaje acerca de cuáles serán las prioridades e intereses del nuevo gobierno, el probable ministro de Hacienda, Paulo Guedes, indicó que «Argentina no es una prioridad. El Mercosur tampoco es una prioridad y es muy restrictivo». Al respecto, consideró que «Brasil quedó prisionero de alianzas ideológicas. Y eso es malo para la economía. El Mercosur no es prioridad. Argentina no es prioridad. Para nosotros, la prioridad es comerciar con todo el mundo».
Sobre las cuestiones fiscales, Guedes señaló que «Brasil tiene 30 años de expansión de gastos públicos descontrolados, ese modelo corrompió la política, hizo subir los impuestos, los intereses e hizo crecer la deuda como bola de nieve», dijo. Vale mencionar que Paulo Guedes es un ultraliberal formado en la escuela de Chicago. Amplió sus conceptos y fustigó «el modelo socialdemócrata. Ese modelo socialdemócrata es pésimo, somos prisioneros del bajo crecimiento, tenemos impuestos altos, intereses altos, negociamos con pocos países».
Las primeras medidas en el área económica serán la restricción del gasto, una reforma del régimen de jubilaciones y un programa de privatizaciones «porque no es razonable que Brasil gaste 100.000 millones de dólares en intereses de la deuda», expresó Guedes.
Otro detalle a tener en cuenta sobre las relaciones exteriores de Bolsonaro está en los primeros viajes al exterior del presidente que serían a Chile y Estados Unidos. En el primer caso, el diputado Onyx Lorenzoni señaló que «es un compromiso que el presidente había asumido con el presidente Piñera». Sin embargo, no esta definido si viajará antes o después de la asunción del mando. Lorenzoni señaló que el otro destino en la agenda de Bolsonaro es Estados Unidos, para entrevistarse con Donald Trump, por quien el presidente electo de Brasil confiesa una «gran admiración».
Parece que la mirada del gigante sudamericano está a nuestro costado y hacia arriba. Habrá que ver cuando las palabras queden atrás y se vean los hechos.