Holanda se queda el honor y Brasil las pesadillas

La Copa Mundial de la FIFA llega a su final. Pocas veces en la historia de los eventos deportivos un anfitrión quiso que llegue la culminación como lo desea Brasil en esta ocasión. La pesadilla para los locales parece no terminar nunca y el segundo capítulo de este calvario futbolístico tiene a Holanda como protagonista.

La excusa para el enfrentamiento entre europeos y brasileros era el tercer puesto, la medalla de bronce o una diferencia de 2 millones de dólares para quien se suba al podio (20 millones para el 4° y 22 para el 3° lugar).

De todas formas, cualquiera sea el estímulo, Brasil volvió a mostrar exactamente lo mismo que ofreció durante todo el certamen y los holandeses también pusieron en cancha la misma regularidad. La diferencia estuvo en que los primeros nunca tuvieron juego en equipo, las individualidades jamás se destacaron y Holanda tiene a uno (sino el mejor) de los futbolistas más exquisitos que nos deja la Copa: Arjen Robben. Además, complementa con muy buenas actuaciones de algunos de sus compañeros y otras sobrias que se desempeñaron aceptablemente. Entre los más destacados quiero citar a Ron Vlaar, Robin Van Persie y Memphis Depay (postulado como joven revelación de la competencia).

Por todo esto detallado, no sorprende que a los 2 minutos Thiago Silva le cometa una infracción a Robben al tomarlo del brazo y el árbitro Djamel Haimoudi cobre penal. El responsable de impartir justicia vale un párrafo aparte: su actuación fue verdaderamente desastrosa tal como, en general, mostraron los jueces a lo largo de toda la Copa del Mundo. Bueno, para volver al juego, la falta había sido a más de un metro de distancia del área, pero Van Persie se encargó de cobrar y puso el disparo arriba a la izquierda de Júlio César, que nada pudo hacer pese a volar hacia ese palo.

Apenas se jugaban 16′ cuando Daley Blind recibió la pelota tras un mal despeje de cabeza de David Luiz que depositó el balón en el área, el mediocampista se acomodó y anotó el 2-0 con un toque al mismo lugar donde entró el tiro del penal. Brasil trataba de compensar su paupérrima estrategia con arrestos individuales y tuvo en Oscar su única llave para acercarse al arco de Jasper Cillessen. A los 21′ Oscar realizó un buen avance en solitario y sacó un remate que tuvo destino en las manos del portero holandés. Luego, a los 38′, otra vez Oscar se hizo cargo del tiro libre y el balón cruzó todo el arco sin nadie que la empuje al gol, aunque debo mencionar que tomaban a David Luiz y debió haberse cobrado penal para Brasil.

Con más pena que gloria se diluyó la primera parte y el segundo tiempo fueron sobrantes 45 minutos para estirar a más no poder la agonía local. Recién a los 60′ Ramires intentó con un enganche y disparó cruzado para que la pelota salga cerca del segundo palo.
Pero para que la pesadilla inolvidable que será esta Copa del Mundo para todos los brasileros se agrande aún más, a los 91′ Robben esperó el pique de Daryl Janmaat por la derecha y le dio un pase profundo para que este toque hacia el medio del área y Georginio Wijnaldum acomode el balón al primer palo y deje en las estadísticas que Holanda goleó a Brasil en su propio país por 3-0 y se coronó merecidamente como el tercer mejor equipo del planeta.

Y así, rápidamente, esta celebración y acontecimiento deportivo que esperamos por cuatro años y que reparte gloria para unos pocos, se nos va y deja a Brasil con suerte esquiva y más problemas y dolores de cabeza que tantos recibidos, lo cual no es poco: 10 goles en menos de una semana. Holanda, por su parte, se va con heridas pero con el orgullo de haberlo dejado todo y disfrutará por un buen tiempo estar entre los mejores y no haberse visto superado por nadie.