La comicidad de Esteban Trivisonno

Esteban Trivisonno es el director de «Tito, la película» que se presentó en el último BAFICI y resultó ser la gran comedia de la competencia latinoamericana.
«Tito» es una producción encantadora y desopilante que merece atención, al igual que su igualmente simpático director, Esteban Trivisonno, con quien al instante de comenzar una charla queda en evidencia por qué la película transmite de manera tan fácil la comicidad.
Trivisonno heredó su chispa al proyecto en cada una de sus decisiones como director y pudimos charlar con él sobre la película y la comedia.

Parece una película grande para ser una ópera prima

«En realidad no lo es, es una película muy chica de 14 días de rodaje. Con mucho laburo pero con la premisa de ‘no vamos a tomarnos en serio nada de lo que estamos haciendo’, pero no desde el no compromiso sino como una forma de trabajo. El laburo con el equipo comenzó en el 2015 grabando un teaser para conseguir financiamiento y, así y todo, hubo mucho a pulmón. Por eso me molestan un poco las críticas que vieron ‘demasiada improvisación’ porque es errado. Lo que se ve es lo máximo que se pudo dar.»

¿Por qué Tito Gomez?

«Yo a Tito lo adoro. Es verdad que es una persona especial e intensa, que te llama cuatro veces por día como en la película. No todos lo pueden adorar como lo adoro, pero yo lo adoro. Y las personas que se sumaron a la película también lo conocen y lo quieren mucho.»
Se trata sobre él, pero al mismo tiempo de una persona que no es, él actúa pero hay registro de realidad. Lograste articularlo para que no parezca una burla, resulta un homenaje muy particular.
«Yo quería hacer algo con él, algo sobre él. Y me gustó el compromiso y el humor de Tito que nunca cuestionó nada, siempre propuso y fue muy gratificante trabajar. Es en sí mismo un personaje muy particular, alguien del equipo hasta pensó que no estaba actuando, que era tal cual de desopilante como es en la película. Eso es genial. Al día de hoy me sigue llamando todos los días.»

¿Qué crees fundamental a la hora de trabajar la comedia? ¿A quiénes ves como referentes?

«Siempre quiero hacer drama y termino haciendo comedia. Creo que en la comedia es fundamental tener habilidad para observar y además para universalizar. Por ejemplo, vi ‘Flora no es un canto a la vida’ y ese laburo de observación de Iair Said es brillante, igual que su comicidad. Por otro lado, Ariel Winograd me parece que también entiende el concepto de universalizar y por eso es híper comercial. También están las chicas de ‘Tarde Baby’ y ‘Por ahora’ que me encanta lo que hacen, principalmente como actrices.»

¿Qué referencias usaste para este trabajo a nivel tonal y actoral?

«Nunca jamás iba a tranzar una actuación despareja en relación al todo y al universo de la película, el equipo de dirección (Ana Berard y Julia Bastanzo, que también colaboraron en el guión) fue decisivo en esta cuestión, ya que teníamos que hacer una puesta rigurosa y yo al mismo tiempo estar encima de los actores, labor que amo, ya siendo director o asistente de dirección. Con respecto a las referencias, si bien tengo mis preferidas en la comedia negra y de situaciones que me alucinan (‘Tira a mamá del tren’, ‘El insoportable’, ‘La muerte le sienta bien’, ‘Serial Mom’, ‘Las Brujas de Eastwick’) traté de tomar el nervio y el ‘estar’ de todos esos actores y elencos locos en donde había estrellas de Hollywood (Meryl Streep, Jack Nicholson, Jim Carrey, Susan Sarandon) absolutamente expuestas y donde estaban híper corridos, logrando un sentido de la comedia y del humor que los trascendía a ellos mismos.»

¿Y Tito?

«Con Tito fue muy fácil, había que dirigirlo mucho y al mismo tiempo darle rienda suelta: nos proponía cosas geniales y otras que, como digo, ‘son de otra película’. Es un gran creador y extremadamente divertido para trabajar. Me rodee de un elenco experimentado en los secundarios (Andrea Fiorino, Raúl Calandra, Mario Vidoletti, Bárbara Peters) que no hicieron otra cosa más que sumar y acoplarse a esta fantasía que suponía usar sus nombres reales y ponerlos al servicio de mi fantasía.»

¿Cómo construiste el ritmo y el registro de diálogos?

«Los diálogos de los actores más jóvenes tenían que ser dardos, eso supuso que cada escena y el entrar al set fuesen comparables a un coacheo de algún deporte. Afortunadamente, todos estuvieron a la altura y a ellos, en lo que respecta a referencias, les dije que miren ‘Veep’, una serie protagonizada por Julia Louis-Dreyfuss como mandamás, donde ella brilla pero su elenco se mueve en masa y no hay un solo actor que no entienda ese concepto de aprovechar el momento, la línea de dialogo y confiar en que ya funciona, que el espacio ya vincula… pero siempre puede funcionar más.»

¿Futuros proyectos?

«Tengo muchas cosas en la cabeza en este momento (una comedia mezcla con gore y toques de Alex de la Iglesia, series webs muy referenciales a mi escaso trabajo como actor, un dramón de pueblo) pero creo que el futuro más cercano es crear espacios de difusión de esta película pese a lo desfavorable que está la situación a nivel país. Tenemos una comedia y siempre es costoso hallar un público que se interese, primero en ver cine argentino mega independiente como el nuestro y después que se entregue a reírse de un medio (el cine) en donde para un afuera es un mundo soñado, pero puede ser monstruoso y pesadillesco. Aniquilamos esa ‘verdad’, el cine está para eso, es un arte mutante por excelencia que se aggiorna todos los días.
Yo no puedo dejar de agradecer no haber sido abogado. Hoy estaría en otro plano, corrido, y con un deseo similar al de Tito… conquistar algo que ni yo sé qué es, pero que tiene que ver con las películas.»