La gran conquista de Costa Rica

Costa Rica y Grecia se enfrentaron en Recife con el estímulo más grande que un deportista pueda tener: hacer historia. Ambos seleccionados, en sus escasas presentaciones mundialistas, jamás habían alcanzado los cuartos de final y esta era una oportunidad inmejorable para alcanzar un lugar entre los ocho mejores del planeta.
Los ticos se habían ganado el cariño de todos los aficionados con mucha entrega, sacrificio colectivo, orden defensivo, destacadas individualidades y una solidaridad contagiosa. Los griegos, en cambio, venían de clasificar en el último minuto y el buen juego y la actitud eran cuentas pendientes para ganarse el corazón de todos los espectadores de la Copa del Mundo. Simplemente por estos motivos, los brasileros simpatizaron con los centroamericanos y, de alguna forma, se hicieron locales en este encuentro eliminatorio.
El primer tiempo salió a pedir de boca de los europeos, a los que no les sobraron propuestas y cedieron la posesión de la pelota a la espera de un error que les permitiera llevarse el juego mediante un contragolpe aislado. Costa Rica estudió demasiado el partido y, conociendo sus limitaciones, no quiso arriesgar el balón y así tuvimos una primera etapa soporífera y sin situaciones de gol. Bueno, en realidad una clara sí tuvimos y resulta extraño decir que fue para Grecia cuando a los 37′ un centro de José Cholevas desde la izquierda le llegó a Dimitrios Salpingidis, quien definió para concretar el gol pero Keylor Navas sacó con su pierna.
El periodo final cambió y, por fortuna para quienes observamos el partido, se volvió mucho más emotivo. A los 52′ un pase desde la izquierda de Christian Bolaños le quedó a Bryan Ruiz y este tocó rápidamente para que la pelota entre suave y rasante al segundo palo defendido por Orestis Karnezis, quien solo atinó a mirar cómo se le metía la pelota. El 1-0 despertó a Grecia y, gracias al tanto que abrió el marcador, también se abrió el juego.
A los 66′ Oscar Duarte se fue expulsado por una falta a Cholevas y esta inferioridad de jugadores para Costa Rica fue letal para todos los minutos que vendrían. Por eso, de tanto ir e ir en busca del empate, los helenos llegaron al mismo en tiempo agregado. Iban 91 minutos cuando Theofanis Gekas giró y de media vuelta disparó hacia el arco, el portero Navas detuvo pero le dejó el rebote a Socratis Papastathopoulos, que le pegó a la pelota y esta picó y entró para igualar el tanteador.
Así fueron al tiempo extra, en el que se repartieron la posesión del balón y las ocasiones para llevarse el triunfo, pero el cansancio fue el vencedor y no quedó otra que definir a través de tiros desde el punto penal.
Costa Rica impecable desde los doce pasos
Según el sorteo, los primeros en lanzar serían los ticos, que tuvieron en los pies de Celso Borges la primera de las conversiones. Luego Konstantinos Mitroglou hizo lo suyo y puso la igualdad. Bryan Ruiz (la gran figura del partido) definió con un soberbio tiro alto y Lazaros Christodoulopoulos anotó el 2-2. Giancarlo González pateó al medio y Cholevas reventó el arco. Joel Campbell (que en el encuentro hizo un esfuerzo físico sobrehumano) tocó suave y marcó, pero Gekas se vio frustrado cuando Navas le detuvo el remate. Con la serie igualada en 3 y un solo penal por efectuar, Michael Umaña tenía toda la responsabilidad de poner a Costa Rica en una ronda que hasta el momento nunca había conocido o prolongar el suspenso. Y con su tiro bien arriba desató la euforia y emoción de un equipo que ya dejó su huella en la historia y se ganó la simpatía de todo el planeta. Lo que se viene en Salvador no será nada fácil y tendrá que contar con más herramientas que el cariño de las tribunas si quiere posicionarse entre los mejores cuatro: enfrente estará Holanda.