La leyenda del Gauchito

El color rojo, tan furioso como milagroso, representa al Gauchito Gil. Al costado de las rutas, en cada esquina de algunos barrios y pueblos se levantan altares rojos en devoción a él, un santo que no se viste de santo.
Antonio Mamerto Gil, nacido y asesinado en la provincia de Corrientes, fue un gaucho que luego de participar en la Guerra de la Triple Alianza se unió al ejercito federal para luchar contra los unitarios, pero que cargó sobre los hombros el peso de ser un desertor hasta el día de su muerte.

El santo de los desposeídos

Cristian Jure toma una leyenda que merecía una película, basada en el libro «Colgado de los tobillos» de Orlando Van Bredam. Se propuso contar la historia de un gaucho, pero con toda la estética mágica y fantástica de la fábula. Desde el comienzo, la cinta no pretende ser austera ni pasar desapercibida, sino que se pone en una piel más sensible, parada cerca de los devotos. La realización tiñe lo terrenal de magia. «Donde la fe está a la intemperie, al alcance de todos» es una frase con la que se encuentra Jure describiendo a su personaje y es un poco el rumbo de la película entera: hablar del santo pagano de los desposeídos.
Jorge Sienra interpreta al Gaucho y le saca provecho a su físico para dejar ver en cada gesto a un personaje curtido por la vida. Otro destacado del cine del momento es Diego Cremonesi que, una vez más, marca el paso firme de su talento.

Superhéroe argentino

Fotográfica y musicalmente marca una estética imponente, que quiere engrandecer y crear mítica de la historia. Una vida entera, marcada desde la infancia, de injusticia en injusticia y que forjaron un camino de héroe… y como todo héroe que combate en favor de los humildes, es perseguido por los poderosos y protegido por el pueblo.
La película trajo una impresión, en general, que la compara con la euforia actual del cine de superhéroes, y que reconoce que el director incorpora lo épico en el relato para plantar posición.

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