La semiosis se quedó sin palabras

Este martes 15 de abril tomó público conocimiento el fallecimiento del destacado semiólogo y filósofo argentino Eliseo Verón. La noticia me sorprendió mucho y el hecho de tratar escribir algo breve en calidad de humilde homenaje me encuentra con una gran dificultad. ¿Cómo resumir en unas palabras sus aportes? ¿Cómo abarcar toda su obra en unos párrafos?
Creo que no hay mejor manera de recordarlo que haciendo foco en su más reconocida producción teórica, que fue fundamental para acercar a nuestro país el estudio de la producción de sentido y, sobre todo, del reconocimiento.

Verón, perteneciente a la generación de grandes intelectuales como Umberto Eco y Pierre Bourdieu, nos dio una teoría colmada de categorías y razonamientos que es vital para abordar la problemática de la significación y del proceso de creación de sentido. Con publicaciones como “La semiosis social” (1988) o “El cuerpo de las imágenes” (2001)  se convirtió en un autor paradigmático en el estudio de la dimensión significante de los discursos sociales.

Más allá de su condición de autor, de persona, en lo que respecta a su vida privada y a su función como asesor de Eduardo Duhalde en las últimas elecciones presidenciales, o en sus trabajos ligados al Grupo Clarin, cabe recordarlo en sus discursos. Todos aquellos que nos dediquemos al estudio de los medios vamos a seguir encontrándolo al frecuentar su gran obra, tan fructífera y compleja. Su producción teórica es inmortal.