Las pasiones y la violencia de género

Hoy se habla de pasión principalmente en referencia al fútbol. De hecho, en la película “El Secreto de sus ojos” lo que delata al asesino es su pasión por Racing: podía cambiar muchas cosas pero no su afición.

Pasión es una palabra compleja. Por definición, implica una emoción intensa, con un sentimiento muy fuerte por una persona, una idea, una cosa o un tema. Deriva del verbo latín patior, que significa sufrir o sentir pero, por el contrario, solemos asociarla con algo meramente positivo. Pienso en “La pasión de Cristo” y lo etimológico cobra aún más sentido. No sé si somos conscientes de la arista de displacer que conlleva la pasión. Así como no hay vida sin muerte, ni día sin luz, quizás no pueda existir la pasión sin sufrimiento. Y en realidad, quién no ha visto sufrir a un fanático.
También existen los llamados “crímenes pasionales”, y aquí el asunto se torna más complicado. En principio, están mal titulados, ya que nada tienen que ver con la pasión. Un crimen es siempre un crimen, y la palabra pasión lo envuelve con un círculo innecesario de romanticismo y amor dramático. Un aura de tragedia al mejor estilo griego que nos invita a la empatía de la ficción.
La psicología, la sociología y el derecho plantean que la idea de crimen pasional no es correcta. “No son crímenes pasionales: son femicidios. Nunca he visto que cuando un barrabrava asesina a otro de un equipo adversario, se caracterice el hecho como crimen pasional (…) Salvo, claro está, que la colega sea mujer y haya existido una relación afectiva con el homicida”. Este escrito pertenece a La Casa del Encuentro (una asociación civil de envergadura nacional, encargada de combatir la violencia en todas sus formas contra mujeres y niñas). El título crimen pasional se aplica en referencia a homicidios entre cónyuges, novios, amantes, exparejas. En realidad, se trata de un caso más de violencia de género.

La doctora Ángeles Gomez Maiorano, abogada especialista en estos temas afirma nos explica que la violencia de género es la violencia (o maltrato) que se ejerce a la mujer por su condición de tal. Es un tema en boga a nivel mundial, todos los países están avanzando en sus legislaciones para dar un marco a esta problemática. En Argentina hay varios proyectos de ley que proponen incorporar la figura del femicidio en el Código Penal pero todavía no han sido sancionados. Hoy el Estado ingresa a los hogares, saca a la luz lo que tiempo atrás quedaba puertas adentro: violencia física, psicológica, acosos laborales y sexuales. El ingreso de la mujer al mercado laboral, la globalización y la intervención del Estado en temáticas familiares son cuestiones que permiten que esto sea posible.
En base a la repercusión de este tipo de violencia en los medios de comunicación uno se pregunta si los casos han aumentado o si simplemente tienen mayor cobertura en la agenda mediática. Las estadísticas impactan: cada tres días dos mujeres son asesinadas en el país como consecuencia de la violencia de género. Según un relevamiento del Observatorio de Femicidios en la Argentina en el primer semestre de este año, ocurrieron 119 homicidios de mujeres por violencia machista, y al menos en 16 casos habían llegado a hacer las denuncias. Solo por estas muertes, 161 chicos perdieron a su mamá.