Malvinas: referéndum, ¿y después?

El resultado del referéndum hecho en las Islas Malvinas para que los habitantes decidieran si querían seguir con el estatus de territorio Británico de Ultramar tuvo el resultado que se descontaba por una abrumadora mayoría, la respuesta a la pregunta: «¿Quiere que las -Islas Falkland mantengan su estatus político actual como territorio del Reino Unido en ultramar?»
ReferendumEl interrogante estaba acompañado de un preámbulo en el que se mencionaba que el actual estatus político del archipiélago es el de territorio autónomo en ultramar del Reino Unido, que mantiene las competencias sobre defensa y asuntos exteriores. La respuesta debía ser sí o no.
De los casi 3.000 habitantes, estaban habilitados para votar casi 1.700, de los que el 90 por ciento concurrió a expresar su opinión. Y los números ratificaron las presunciones: 1.517 isleños votaron afirmativamente contra tres que sufragaron por el no. En porcentajes: 99,8 por ciento a favor y un escaso 0,2 por ciento de votos negativos.
Ante el esperable resultado, ¿cuáles son las consecuencias para Argentina? En esto los especialistas y los políticos coinciden: ninguna.
Marcelo Scaglione, especialista en Estrategia y Desarrollo Internacional, señaló: “No cambia absolutamente nada, el referéndum es una cuestión interna cuya validez jurídica en el plano internacional es nula”. Preguntarle a los británicos si quieren ser británicos es “una parodia”, explicó el diputado por Nuevo Encuentro, Carlos Raimundi. “Si en Argentina preguntáramos si las islas son argentinas ganaría ampliamente el sí” mencionó Scaglione.
falkland islandsY el hecho de señalar que los habitantes de las Malvinas son británicos no es antojadiza, ya que la British Nationality (Falkland Islands) Act 1983, sancionada por el Parlamento Británico en marzo de 1983 les otorga a los pobladores de las Malvinas los mismos derechos que a quienes habitan las islas británicas. Más aún, en el año 2002 se sancionó la Ley Británica de Territorios de Ultramar que garantiza la nacionalidad británica a los habitantes de la totalidad de los territorios británicos de ultramar, entre los que se encuentran las islas Malvinas. En palabras de Scaglione, “han avanzado, hasta antes de la guerra eran ciudadanos de segunda”.
El hecho de que los kelpers sean considerados británicos es uno de los puntos que sostiene Rodolfo Terragno quien manifestó que, con el resultado del referéndum, está demostrado que los isleños no forman un pueblo y, por consiguiente, carecen del derecho de autodeterminación. Este hecho los inhabilita para ser árbitros en un conflicto entre su país y la Argentina.
Al respecto, Carlos Raimundi respaldó la opinión de Terragno, ya que “esto refirma una vez más la posición argentina de que es una negociación bilateral entre dos países”. Por su parte, el diputado de la Coalición Cívica, Carlos Comi, calificó al referéndum de tema “irrelevante ya que no está enmarcado en las doctrinas del derecho internacional que establecen la autodeterminación de los pueblos. La población de Malvinas no es un pueblo sojuzgado para que se den las características de autodeterminación. Es una población implantada”, sostuvo el legislador santafesino.
La cuestión es cómo seguir con las negociaciones, algo que Argentina ha reclamado infinidad de veces en la Organización de Naciones Unidas donde, el 16 de diciembre de 1965, se aprobó la Resolución 2.065 por la cual se instaba a ambos países a dialogar para solucionar la disputa por la soberanía de las islas. Sin embargo, desde esa fecha y a pesar de que hubo aproximadamente 40 resoluciones del organismo llamando al diálogo e incluso un conflicto armado, no se ha llegado a una solución.
“Gran Bretaña bloquea desde 1964 la primera resolución que pide la negociación y la cuestión seguirá bloqueada mientras lo decida el Reino Unido”, dijo Scaglione a la vez que advierte un tema en el que nuestro país puede encontrar un resquicio para actuar. “Les juega en contra el tema de los movimientos independentistas en Escocia e Irlanda, donde hay posiciones muy fuertes a favor de la independencia del Reino Unido”. Igualmente, aclaró que es muy difícil que los isleños se propongan ser un país independiente, “es insostenible” para ellos, podrían quedar dentro del paraguas del “Commonwealth y que Reino Unido les maneje las Relaciones Exteriores y la Defensa”. Este último aspecto es clave para los isleños, aunque Scaglione manifestó que “no veo posibilidad de conflicto pero para los kelpers es una posibilidad que no podrían afrontar”.
malvinasRaimundi sostiene que, para avanzar en la negociación por la soberanía, “hay que construir consensos y ya tenemos el respaldo de África, de América Latina, el G20, de China. Tenemos mucho respaldo, incluso Estados Unidos ha cambiado su posición, no es como dice la oposición que estamos aislados.”
En ese punto hay total coincidencia por parte de Comi, quien señaló que “Argentina debe discutir la soberanía en el marco de los organismos internacionales como la ONU y para desbloquear la negativa británica hay que insistir para conseguir apoyo en los foros internacionales, que es donde corresponde. El reclamo del Gobierno nacional en los foros internaciones es correcto y por eso lo apoyamos Malvinas es una cuestión nacional, de Estado y lo respaldamos, al margen de las diferencias en la política interna que son muchas”, expresó.
Es importante señalar que antes y después de que se hiciera el referéndum, tanto el gobierno argentino como el inglés habían expresado su postura respecto del mismo. La embajadora argentina en el Reino Unido, Alicia Castro, aseguró que esta votación “no cambiará nada” y que Argentina seguirá reclamando la soberanía de esas islas del Atlántico Sur como lo viene haciendo hasta ahora y lo calificó de “causa regional e internacional” y señaló que el “referéndum no está supervisado por la ONU y ni siquiera el Reino Unido pidió a la ONU que lo hiciera”, a la vez que pidió al gobierno británico que los dos países den un “ejemplo histórico” y resuelvan el contencioso de forma diplomática.
David Cameron, primer ministro inglés, ya desde el año 2012 dijo que “los habitantes de las Malvinas han decidido celebrar un referéndum para demostrar que creen en la autodeterminación y creo que es muy importante, porque Argentina trata continuamente de ocultar este argumento y pretende que las opiniones de los isleños no importan” y pidió a nuestro país escuchar el resultado. Tras la votación, expresó que «las Islas Malvinas pueden estar a miles de millas de distancia, pero son británicos hasta la médula y eso es lo que quieren seguir siendo. La gente tiene que saber que siempre estaremos ahí para defenderles”. Y el tema de la defensa también fue un tema de contrapuntos entre ambas administraciones ya que, mientras el gobernador de Malvinas, Nigel Haywood, rechazó que exista una militarización del archipiélago, el diputado Raimundi dijo que “es hecho objetivo cuando cada tres habitantes hay un militar”.
MalvinasTras el referéndum, la Cámara de Diputados argentina manifestó su rechazo a la votación y la calificó de “unilateral e ilegítima”. La resolución, acordada entre los integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores y aprobada en el recinto por 175 diputados señaló “el más enérgico rechazo a la votación, por tratarse de una acción unilateral e ilegítima contraria a lo establecido por las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas, sin consecuencias jurídicas internacionales”.
Tras conocerse los resultados, el gobernador de Malvinas dijo que fue una clara expresión de lo que desean los isleños respecto de su deseo de ser británicos. Por su parte, Dick Sawle, miembro de la asamblea legislativa de Malvinas lo calificó de un resultado fenomenal y que es el mensaje más fuerte que se puede mostrar al mundo sobre la autodeterminación, un derecho por el que se peleó. Los isleños tienen un muy claro deseo de continuar siendo un territorio británico de ultramar”, sentenció.
Como se puede ver, el acto hecho por los isleños no hizo mella en las opiniones de ambos gobiernos ni en la de los pobladores. Todos estaban seguros de cuál era el resultado y lo curioso es que todos consideran que da más sustentación a la posición que sostienen. Parece un diálogo de sordos que hace casi 50 años se viene dando en el marco de organismos internacionales, pero desde mucho antes en la historia. ¿Tendrá alguna vez un final?