Para que no haya más Justinas

El senador radical por La Pampa, Juan Carlos Marino, presentó un proyecto para modificar la ley Nº 24.193 que regula el trasplante de órganos en nuestro país. Con esta iniciativa, el senador señaló que se busca posicionar a Argentina «como un país a la vanguardia en trasplante de órganos». Esta idea surge a raíz del caso de Justina Lo Cane, la niña de 12 años fallecida en noviembre pasado mientras esperaba un trasplante de corazón. «Pretendemos cambiar el paradigma en la donación de órganos, que Argentina se convierta en el principal país del mundo en la materia y así poder dar respuesta a los casi 8 mil argentinos que hoy esperan un trasplante», sostuvo Marino en una conferencia de prensa realizada en el Salón Illia del Congreso de la Nación.
Para lograr ese cometido, la iniciativa presentada busca modificar seis artículos de la actual ley y derogar uno. La norma se estructura en tres aspectos: hacer cierta la presunción de ser donante de manera tal que, de no explicitarse la negativa, todo argentino capaz y mayor de 18 años es donante. De esta manera, se evita que la familia tenga que tomar una decisión en un momento doloroso. El segundo aspecto es destinar un 20% del presupuesto del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) para implementar campañas y capacitación permanente que alcance a médicos, enfermeros y personal de guardia. Además, impulsar iniciativas para informar y concienciar a la población sobre la importancia de la donación de órganos. El tercer y último punto es la incorporación del Defensor del Pueblo dentro del Directorio del Incucai a través de un representante de ese funcionario. Es decir, con los cambios en la legislación se busca incrementar el número de donantes y capacitar al personal sanitario.

Salvar vidas

La madre de Justina, Paola Stello, exhortó a «los diputados y senadores de todas las bancas a que apoyen este proyecto que será infinito, porque ayudará a salvar vidas. Tenemos la fuerza de acompañar a todos aquellos que están en la misma situación que ella, porque esto le puede pasar a cualquiera».
Al respecto, Marino remarcó que «esta ley se apoya en tres pilares: desmitificar, simplificar y liberar a las familias de tomar una decisión en el momento trágico de la muerte de un ser querido. Se busca cambiar el paradigma sobre trasplante de órganos en la Argentina ya que, de prosperar, todos seremos donantes salvo que manifestemos nuestra voluntad en contrario y no sea necesario consultar a ningún familiar para confirmar o rechazar esa decisión».
Además, el legislador señaló que la iniciativa apunta a que «el proceso tenga más celeridad y que nuestro país sea de vanguardia. Confiamos en que muchos senadores nos acompañen y vamos a militar este proyecto para que así sea. Es lo que Justina quería y creía».

Legislación confusa

Si bien en el texto vigente se establece la figura de donante presunto la legislación es confusa, las bases de datos dificultan saber si la persona acepta ser donante a lo que se suma la necesidad de consultarlo con la familia, lo que no solo dilata los trámites sino que puede resultar en que la decisión de los familiares sea contraria a la voluntad del fallecido. Si una persona no expresó su voluntad de donar, aunque sílo hubiese querido, la última palabra es la de la familia que «puede disponer del cuerpo».
Por otra parte, si bien se puede indicar la voluntad de donar cuando se entrega el DNI al votar o señalarlo en el registro de conductor, puede suceder que el Incucai no tenga registrado ese deseo por problemas en el cruce de información. Para subsanar esta falla, el artículo 3 del proyecto establece que se analice como primera medida la documentación del fallecido para saber si expresó su voluntad de no ser donante en el Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina (SINTRA). «Con esta modificación, la única forma de no ser donante es que la persona se inscriba como no donante. De lo contrario, no van a haber situaciones confusas o entrevistas con la familia. Así se vuelve efectivo el hecho de ser donantes porque la mayoría de los argentinos no sabe cómo expresar su voluntad», explicaron asesores del Senador.
«La donación de órganos no va a ser una imposición. Se creará un registro para no donantes. O sea que será al revés. Si se aprueba nuestra propuesta, a partir de los 18 años todos somos donantes, salvo que expresemos por escrito nuestra negativa», remarcó Marino.