Simbología del árbol cósmico

El árbol tiene una simbología muy especial, ya que todas las culturas hicieron reverencia de él. Sin ir más lejos, Sidharta Gautama (El Buda) se iluminó bajo el árbol Bodhi. De ahí que estos sean sinónimos de abundancia, felicidad y bienaventuranza.
El árbol siempre está en el centro del universo representando los tres planos de la creación: el cielo o el plano mental donde se encuentran las ideas y los Dioses, la tierra o el plano material donde se encuentran los hombres y las diferentes especies, y el plano del mundo subterráneo en el que se encuentran las mayores riquezas, desde donde el árbol se alimenta por los nutrientes en sales y minerales del suelo y donde también es llamado el mundo de los muertos. Como podrás observar, en el árbol está representado el ciclo de vida, muerte y renacimiento.
El Árbol Cósmico siempre sale de las profundidades del espacio sideral, un árbol siempre representa la vida, que se perpetúa en sus frutos (en este caso son planetas), que toma su esencia a través de las raíces, que representa (como todo árbol) a los 4 elementos de la naturaleza porque necesita agua para crecer y porque se conecta con la tierra a través de las raíces, el sol le da la vida y vitalidad que requiere y el aire nutre sus hojas.
Los frutos son representaciones de los cuerpos celestes y existen “planetas sagrados” y “no sagrados”: los primeros o llamados dorados están en relación a que están regidos por los siete dioses más importantes del sistema solar y eso le da el estado evolutivo del planeta. Los planetas no sagrados o plateados están en un proceso inferior.
Quiero aclarar en este punto algo importante: cada planeta tiene un regente y ese es un ser, una entidad que cuida y protege a ese mundo. Lo que vemos nosotros con nuestros ojos físicos es simplemente “la cáscara” o el cuerpo planetario y, como el hombre está hecho a imagen y semejanza, es como decir que cada ser humano tiene un “regente” que es el alma, la que debería gobernar cada acto de nuestros días. Si la que prevalece es el alma nuestras acciones serán doradas para hacer la analogía con los frutos, pero si nos regimos por nuestra personalidad sin tener en cuenta la identidad, nuestras acciones serán plateadas o de plomo, haciendo que nuestros frutos no tengan sabor, color ni forma.
Dice la «Doctrina Secreta», libro escrito por Helena Petrovna Blavatsky, que hay muchos más planetas aún sin descubrir. Alice Bailey, en el libro de «Tratado de Fuego Cósmico» nombra cerca de 70. Los planetas aún no descubiertos no significan que no tengan apariencia física, es nuestra conciencia quien los tiene que incorporar y aceptar, y cuando la humanidad esté preparada para aceptarlo, se hará visible ante nuestros ojos.
El árbol, para serlo, necesita del cosmos como una gran entidad que es y sostiene a todo lo que crea, y por lo general siempre está en el centro de ese gran mar como columna vertical y eje de vida. En la Tierra los árboles frondosos son indicadores de buena energía para pensar y meditar, especialmente los pinos que emanan una energía de amor por su aura rosada y su forma piramidal.
Los árboles en la Mitología
Aparecen en muchas narraciones para dejarnos una enseñanza, como por ejemplo el árbol del Edén o árbol de la vida. En Grecia, a los dioses también se los representaba con un árbol para dar a conocer las características de ese dios. Por ejemplo: Zeus-roble, Poseidón-fresno, Hades-mirto, Hera-manzano o peral o incluso sauce, Atenea-olivo, Apolo-laurel o palma, Dionysos-vid y Perséfone-álamo.
Otro muy importante es el Jardín de las Hespérides, una huerta que tenía Hera (la esposa de Zeus), donde daban manzanas doradas como símbolo de la eternidad. Gea, la abuela de Zeus, fue quien regaló e hizo el ritual de plantar la primera semilla de este preciado árbol que era custodiado por tres deidades, “las Hespérides” y un dragón llamado Ladón.
El simbolismo del árbol eterno es que alcanzar la eternidad es un acto iniciático, solo Hércules pudo llegar a adquirir las manzanas doradas y todo gracias a los embates que se le presentó en el signo de Géminis, abriéndose camino (palabra clave de este signo), sorteando el espejismo y, principalmente, algo que él debía adquirir que era descentrarse de sí mismo y lograr ser un Servidor Mundial. Solo a través del servicio se pueden adquirir las manzanas del conocimiento y de la eternidad.
Créditos de las fotos: Cuadros Atenea.