Una botella en el espacio cósmico

Beethoven y su “Quinta Sinfonía”, algo de jazz, ”Melancholy blues “de Louis Armstrong, o un poco de rock & roll: “Johnny B Goode “de Chuck Berry. Estos son algunos de los temas que podrías elegir de una larga grilla musical. Además, viajar 19.000 millones de kilómetros y cruzarte con la sonda Voyager 1 en los confines del sistema solar intersección con el espacio interestelar.
Desde cabo Cañaveral, Florida, el 5 de setiembre de 1977 fue lanzada la sonda Voyager. Su misión, en su primera etapa, era registrar el gran cambio de densidad y temperatura que supone dejar el sistema solar. comenzó con la visita a Júpiter y Saturno, y como buena viajera, obtuvo imágenes jamás captadas de estos dos gigantes.
La sonda tardó 36 años en llegar a los límites del campo gravitacional al que pertenece nuestro sistema. Su velocidad fue en aumento gracias a los impulsos que recibió de los planetas visitados.
Por estos días nos llegan noticias de la NASA que confirman que es el primer aparato construido por el Hombre que logra salir de los dominios del Sol y entrar en el espacio llamado Heliósfera.
«Para tamaño viaje no alcanza con un buen libro», debe haber pensado Carl Sagan cuando lo convocaron para ser parte del proyecto. Era el encargado de preparar el mensaje que llevaría la misión. El astrónomo y su equipo recopilaron 120 minutos de información. Incluyeron definiciones matemáticas, imágenes del sistema solar, de anatomía, de la vida en la ciudad, grabaron sonidos de la naturaleza. Y pusieron su cuota de romanticismo: las ondas cerebrales de una mujer enamorada con el envío de su electroencefalograma, además de una selección de temas musicales y saludos en 55 idiomas, entre ellos el quechua.
Dentro de 40.000 años, la viajera estaría llegando a la estrella más cercana. En su interior llevará un disco plano de 30 centímetros confeccionado en cobre y enchapado en oro que está guardado en una funda de aluminio, con un arte de tapa creada por Jon Lomberg, artista espacial y periodista científico.
El kit incluye todo lo necesario para su reproducción, con instrucciones en lenguaje simbólico. Como detalla Sagan: “La nave espacial y el registro solo serán encontrados si existen otras civilizaciones capaces de viajar por el espacio interestelar. Pero el lanzamiento de esta botella dentro del océano cósmico dice algo muy esperanzador sobre la vida en este planeta.”
¡Von voyage!