Uruguay y la amenaza en Malvinas

El ministro de Defensa uruguayo, Eleuterio Fernández Huidobro, presentó un documento en el cual se califica la ocupación británica de las Islas Malvinas como una “amenaza latente” en la región y precisó que la presencia de efectivos militares del país europeo en el archipiélago significa una intromisión de una potencia extra regional que influye “negativamente en el Atlántico Sur como zona de paz y cooperación».
La cartera oriental explicó que la ocupación de las islas «afecta la zona oceánica donde naturalmente se producen las comunicaciones y la actividad económica marítima del país», según se menciona en el informe titulado “Un Uruguay integrado a la región y abierto al mundo» y que será entregado próximamente a los medios. Además, señala que «todo conflicto regional debilita el proceso de integración en curso», origina «carreras armamentísticas contrarias al desarrollo» y «pone en peligro la confianza mutua».
En el marco de una nueva política de defensa diseñada por el gobierno de Montevideo, el informe remarca la inexistencia de conflictos o disputas que hagan peligrar la integridad del territorio oriental pero, sin embargo, no descarta el surgimiento de «disputas o presiones de distinta índole» y entre ellas se cuenta la cuestión Malvinas y la controversia entre Argentina y Gran Bretaña por la soberanía en el archipiélago y el desequilibrio que provoca el establecimiento de fuerzas armadas en las islas y su influencia en el desarrollo y la cooperación en la zona.
En ese sentido, Uruguay manifiesta que «esta situación afecta la zona oceánica donde naturalmente se producen las comunicaciones y la actividad económica marítima del país».
En lo que hace a la soberanía sobre el archipiélago, Uruguay tiene una posición clara y definida. El canciller oriental Luis Almagro le reafirmó a Daniel Filmus, el funcionario a cargo de la Secretaría de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, el apoyo de Montevideo a la postura argentina de ser el país con los derechos sobre el archipiélago. El viceministro de Defensa de Uruguay, Jorge Menéndez, aseguró que «para nosotros el tema ya está laudado a nivel país. Las Malvinas se llaman Malvinas y son argentinas».
La oposición pide por Malvinas
Tras los dichos de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, que calificó a la base militar británica en Malvinas como la mayor base de la OTAN en el Atlántico Sur, algunos diputados opositores presentaron un pedido para que se lleve nuevamente ante la Asamblea General de Naciones Unidas el reclamo por la soberanía.
Rubén Giustiniani y Ricardo Alfonsín (FAP-UNEN), Adrián Pérez (Frente Renovador) y Federico Pinedo (PRO) consideraron oportuno que al cumplirse en 2015 el medio siglo de la histórica Resolución 2.065 del organismo multinacional, que fue el primer pedido a ambos países de dialogar en pos de encontrar una solución diplomática al conflicto, se insista ante el mismo para que que se lleve a cabo una negociación efectiva y productiva. La última vez que se presentó este reclamo ante la Asamblea de la ONU fue hace 26 años. Posteriormente se recurrió al Comité de Descolonización de la ONU, que cada año exhorta a Buenos Aires y Londres a entablar negociaciones para la resolución pacífica de la disputa territorial. El argumento esgrimido por los diferentes gobiernos argentinos era la falta de certeza en que una resolución de este tenor fuera respaldada otra vez en forma afirmativa.
En la carta que se le entregó a la Jefa de Estado, los legisladores señalaron que «el próximo año se cumplirán 50 años de la Resolución donde la Asamblea General reconoció la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido y esta es una oportunidad que no podemos dejar pasar».
También indicaron que «la última resolución de la Asamblea General referida a la Cuestión Malvinas, favorable a la Argentina, se produjo durante el gobierno de Raúl Alfonsín en 1988. Después, la gestión de Menem-Cavallo resolvió no seguir haciendo la presentación a la Asamblea General, situación que llega hasta nuestros días».
Giustiniani, Alfonsín, Pinedo y Pérez consideran que el próximo período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (69°), que se iniciará en septiembre, es el momento ideal para instar al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a negociar con nuestro país para poner fin al problema sobre la soberanía en las islas.
Como muestra de apoyo regional, paralelamente al documento uruguayo, los diputados habían mencionado en el texto que «hoy América Latina y el Caribe, África y la mayoría de países del mundo no aceptan la vigencia de enclaves coloniales en pleno Siglo XXI. Es así que el Mercosur y los Estados Asociados, la OEA, la UNASUR, la CELAC, el ALBA, Cumbres Iberoamericanas, la Cumbre del Sur de África (ASA), la Cumbre de países Sudamericanos y Países Árabes (AFA) y el Grupo de los 77 más China, han apoyado nuestro reclamo. También, todos los años, el Comité de Descolonización de la ONU se expide por unanimidad instando al Reino Unido a sentarse a la mesa con Argentina para discutir soberanía» y en consecuencia el tema «Malvinas, ha dejado de ser una cuestión exclusivamente argentina».
La importancia de las Malvinas
La presidente Cristina Kirchner había dado un discurso en ocasión de celebrarse el 2 de abril el día del Veterano de Guerra, en el que subrayó la importancia geopolítica del archipiélago y su característica de base militar de un país integrante de la OTAN. El ministro de Defensa, Agustín Rossi, señaló que «Malvinas para Gran Bretaña representa un objetivo claramente militar» y añadió que las islas tienen «recursos naturales, sobre todo marítimos; potencialidad hidrocarburífera y además es un enclave militar fuertemente armado con más de 1.500 efectivos, que es más o menos la cantidad de habitantes que tiene la isla (2.500 aproximadamente)».
Por su parte, Filmus mencionó los motivos que tiene Gran Bretaña para seguir con la ocupación de Malvinas: «Hay cuatro temas estratégicos para Gran Bretaña para seguir colonizando Malvinas. Uno es la base militar, que es la más grande del Atlántico Sur. Es la zona más militarizada del mundo: cada dos habitantes hay un militar».
También manifestó la importancia económica del archipiélago en lo que hace a las reservas de hidrocarburos, petróleo y gas, y de recursos ictícolas. «En tercer lugar, la cuestión geopolítica es importantísima», subrayó el funcionario y precisó que por su posición geográfica las Malvinas son un enclave ideal como punto de comunicación entre los océanos Atlántico y Pacífico tanto como con la costa africana. Finalmente, señaló que Gran Bretaña puede utilizar su cercanía con la Antártida para «reclamar la proyección territorial» en el Continente Blanco.