VAR sí, VAR no

Muchos debates han tenido lugar luego de la implementación del VAR (Video Assistance Referee) en el fútbol actual, y esto se debe a que las polémicas parecen no desaparecer con la nueva tecnología.
Casos como el de Chile frente a Camerún en la Copa Confederaciones del año pasado han sentado precedentes de que el nuevo método genera controversias. Múltiples jugadas en las que ha sido aplicado en el fútbol italiano, español, alemán, francés y hasta, sin ir más lejos, en el enfrentamiento entre Lanús y River Plate en la Copa Libertadores dejaron en claro que las polémicas no se terminaron. Y no solo que no se redujeron sino que han tomado otra forma.
El fútbol, y aún más en la Argentina, es mucho más que un simple deporte. Es sabido que en nuestro país ha trascendido esa categoría para pasar a formar parte de la cultura, y esto conlleva a considerarlo de una manera particular, quizás distinta que en cualquier otra parte del mundo. Sin dudas, esto trae consecuencias positivas y negativas dado que, si bien sirve como incentivo cultural, también genera violencia y refleja, de esta manera, el comportamiento de una sociedad pasional y crispada.

La potestad del árbitro

Es por esto que el VAR en el fútbol argentino genera tantos debates acerca de si se debe implementar o no. Muchos apelan a erradicar los errores arbitrales y así también eliminar cualquier especulación con respecto al arreglo de partidos. Pero lo cierto es que aún con la inserción de la tecnología, los debates siguen existiendo, ya que cada jugada sigue dependiendo del criterio del juez. El árbitro tiene la potestad de decidir si una jugada es digna de análisis o no. Ya esta particularidad del reglamento genera polémica y, aunque una jugada sea analizada, sigue dependiendo de dicho criterio.
Además de que el objetivo principal no parece haberse solucionado, el nuevo método termina por sacarle al deporte eso que lo hace tan especial, como la dinámica y la esencia propia del mismo. Si tendríamos que imaginar al fútbol como un deporte que adopta el VAR en su totalidad, tendríamos que imaginar también una transformación del mismo, con partidos mucho más «cortados» de lo habitual, dando lugar a un posible enfriamiento de los protagonistas y reclamos más frecuentes como pedir análisis de jugadas que el árbitro no considera o reclamos por los fallos tomados. Sin dudas, el fútbol sería otro deporte mucho más parecido a lo que es el rugby, por ejemplo, donde la implementación de esta tecnología se ha incorporado hace ya varios años y ha sido aceptada de muy buena manera. Distinto es el caso del fútbol.

El quiebre en Rusia

En conclusión, el VAR no es una opción viable y aún mucho menos en el fútbol argentino. Se podría llegar a realizar una prueba piloto para ciertos casos puntuales, como ser si la pelota traspasa en su totalidad la línea de gol, que no requiera tanto del criterio del árbitro. Por lo pronto, nos queda observar y analizar el papel que juegue en la próxima Copa Mundial de Fútbol de la FIFA en Rusia y, a partir de ahí, podremos seguir analizando si el nuevo método termina por clarificar las jugadas discutibles o agrega más polémica y debate.