Virgo, un signo muy ordenado

Virgo es el sexto signo del zodiaco, es un signo de tierra y de energía mutable. El símbolo que lo representa es una virgen con una espiga de trigo en la mano. Esotéricamente, Virgo representa a María, virgen y madre del Salvador del mundo. Es un signo que expresa, igual que ella, la pureza.

Virgo trae una energía meticulosa, cuidadosa, pulcra, ordenada, sintética y servicial. Los nativos de este signo suelen ser muy ordenados, analíticos, detallistas y, por sobre todo, perfeccionistas. Aman la corrección y la calidad. Recordemos, sin embargo, que muchos virginianos pueden adquirir características de Piscis por polarización (leer aclaración debajo de la nota), con lo cual se vuelven caóticos, despistados, desordenados, cósmicos y soñadores.

Este es un signo regido por el planeta Mercurio. Este astro es ágil, veloz y siempre lo encontramos cerca del Sol. Recordemos que en la mitología griega Hermes (Mercurio) es hermano menor de Apolo (Sol) y varias aventuras relatan las travesuras del primero y los enojos del segundo. Mercurio también rige al signo de Géminis, pero se expresa de forma muy diferente en Virgo. Este planeta adquiere características más analíticas, concretas, precisas y minuciosas en este signo. En Géminis Mercurio suelta su curiosidad y sus dotes para la comunicación, mientras que en Virgo se estructura y se vuelve más analítico y detallista.

Gracias a su capacidad para enfocarse en las partes y en detectar los errores con especial minuciosidad, Virgo es conocido como el signo de la crítica. Son capaces de ver aspectos y detalles que nadie ve y suelen marcarlos y tratar de corregirlos a causa de su alto perfeccionismo. Marcado por su orientación a la pureza, Virgo trata de destilar todos los procesos hasta depurarlos al máximo. De hecho, rige los intestinos dentro del cuerpo humano, órgano que discrimina aquello que sirve para nuestro desarrollo de aquello que debe ser expulsado.

Es un signo sumamente importante para la evolución humana, pues trabaja la humildad y el sacrificio en pos de quienes nos rodean. Virgo viene luego de Leo, el signo del ego y el brillo protagónico. Con ello el zodiaco nos muestra que en la evolución psíquica es importante adquirir una fuerte noción de nosotros mismos para luego descentrarla y seguir progresando. Al igual que Piscis, Virgo trae a la importancia de ofrecer algo de nosotros para el bienestar general. Son energías de entrega, humildad y respeto por los demás.

Dentro de los arquetipos mitológicos, Virgo tiene cierta relación con Quirón, el sanador herido. De hecho, Alice Bailey plantea que el asteroide Quirón es el regente esotérico de este signo. Virgo, además de representar el orden, el análisis y el perfeccionismo, es el signo del cuerpo y la salud. Recordemos que Quirón era un centauro experto en medicina, formador de otros grandes médicos como Esculapio. A partir de recibir una herida de flecha en su cuerpo, se aboca seriamente a tratar de sanarse. Es en ese intento de autocuración que Quirón se vuelve un maestro de la medicina. No obstante, no logra recuperarse y renuncia a su inmortalidad a causa del dolor constante que le acarreaba convivir con su herida. De allí viene el nombre de «sanador herido». Muchos terapeutas podemos actuar en los tratamientos desde este arquetipo, sanando desde la propia herida. Lo aconsejable es tener conciencia de la cicatriz que las heridas nos han dejado, de modo de acompañar al paciente libre de resonancias contratransferenciales que nos impidan estar disponibles para él.

Aquí el análisis didáctico de los propios terapeutas (o cualquier persona que trabaje con la sanación) cobra su máxima necesidad.

Pero volvamos a hablar de Virgo. Este signo está fundamentalmente aliado al concepto de sanación y servicios de salud. Es, muchas veces, a partir de la conciencia de la propia herida que empezamos a despertar al sanador que existe en cada uno de nosotros. Los terapeutas que mejor pueden comprender a los pacientes son aquellos que se han prestado a vivir verdaderos procesos de sanación que los transforman y dejan como legado cicatrices y marcas de guerra.

Por ello, este signo nos trae el arquetipo del sanador en todo su esplendor. Luego de vivenciar la potencia del ego en Leo, tenemos que enfrentarnos a la dura auto crítica de Virgo, tomando conciencia de nuestros errores y de nuestras heridas. Es este maravilloso signo el que nos permite también emprender el camino de la reparación.

Cuando Virgo expresa su polaridad oscura, su sombra, se vuelve sumamente crítico y por tanto, destructivo. La insistencia de la crítica y la inconformidad constante pueden acarrear una gran desvalorización, lo cual deriva en la posición de víctima por polarización a Piscis. En lugar de potenciar al sanador, esta energía puede potenciar al destructor. No hay nada que esté lo suficientemente bien y la herida se vuelve cada vez más grande.

Por otro lado, muchos fenómenos de compulsión y obsesión se explican astrológicamente desde la sombra del signo de Virgo. El cuadro TOC con todos sus rituales y obsesiones, es una gráfica de lo más extremo y sombrío de Virgo.

Esta poderosa energía nos invita a utilizar la capacidad de análisis en su justa medida, para conocernos y descentrarnos del ego, pero no para lastimarnos. Es a partir de recortar el brillo egoico que logramos asumir una posición humilde y sincera frente a nuestras heridas, y allí empezar a activar el arquetipo del sanador.

La propuesta es aprender a utilizar las energías virginianas a favor de nuestro desarrollo humano y no quedarnos retenidos en el goce masoquista de la herida. Cuando logramos desplegar la luz de Virgo, la sanación, la reparación y la cicatrización llegan a nuestras vidas.

Aclaración

«Virgo forma un par opuesto complementario con Piscis, el doceavo signo. El sistema zodiacal se maneja por polaridades de oposición y complementariedad. De esta forma, los doce signos se agrupan en seis pares de ejes. Cada eje maneja un número de conceptos y describe una energía arquetípica con sus diferentes manifestaciones. Podemos imaginar cada eje como un continuo con diferentes grados y matices energéticos. Los extremos son las polaridades y los individuos pendulamos en ese gradiente expresando diversas tonalidades arquetípicas.

El eje Virgo-Piscis trabaja el concepto del servicio. En Piscis el servicio adquiere dimensiones universales y redentoras, mientras que en Virgo es un servicio acotado, profesional, técnico y específico. Piscis representa la inspiración, el caos y la disolución, mientras que Virgo representa la técnica, el orden y el análisis. De esta manera, ambas energías se complementan y permiten un interjuego pendular. El trabajo que debemos hacer con las energías polares es de integración. Esto explica por qué muchos piscianos manifiestan características de Virgo y viceversa. Esta polaridad también nos trae la oposición entre lo infinito (Piscis) y lo finito (Virgo)…”