Una de las primeras decisiones económicas del año que recién comienza fue la de finalizar el programa de devolución del 5% del Impuesto al Valor Agregado (IVA) para todas las compras con tarjeta de débito que, para sorpresa de los consumidores, había sido contemplada en el Presupuesto del Gobierno Nacional para 2017.
Así lo dispusieron desde la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), al considerar que «a la tarjeta de débito la gente la asocia ahora mucho más a las promociones que hacen los comercios para atraer clientes, que por la devolución del 5% de IVA», manifestaron desde el organismo. Además, aseguran que este beneficio, que comenzó en el año 2001, originalmente tenía el objetivo de impulsar la bancarización, algo que consideran que ya se logró. Otro motivo del cese del programa es el alto costo fiscal que se proyecta para 2017.
Vale mencionar en relación a las transacciones con tarjeta de débito, que un informe publicado por la Cámara de Tarjetas de Crédito y de Compra (Atacyc) determinó que las compras mediante esta vía hasta noviembre de 2016 crecieron 19% en forma interanual.
«Desincentiva las operaciones formales»
Al respecto el titular de AFIP, Alberto Abad, declaró públicamente que con el cese del reintegro del IVA el Estado podrá ahorrar aproximadamente 6.000 millones de pesos en concepto del pago de impuestos para destinarlo «a los que más lo necesitan».
Por otra parte, desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) se opusieron a la medida al asegurar que esta política pública «desincentiva las operaciones formales, en un contexto donde el aumento de la venta ilegal continúa expandiéndose descontroladamente» y afirmaron que «cualquier reducción de incentivo al consumo resulta relevante teniendo en cuenta la caída de 12 meses consecutivos de las ventas minoritas, con una baja interanual promedio del 7%».
