«Aladdin» y la entretenida fórmula Disney

Decidido a refrescar sus clásicos, Disney emprendió una serie de remakes en versión live action de sus películas animadas más célebres. Este 2019 ya estrenó dos y durante el año se sumarán más.

Algunos hechos previos

En el año 2015 pasó «Cinderella», una versión muy fiel de la película original de 1950, con hermosos vestuarios, una espectacular Cate Blanchett y sin demasiada ambición. Quizás con una concepción de repetir las mismas premisas y buenas enseñanzas antiguas, el tono general se había quedado en 1950 y el nivel de la producción era maravilloso.

«La bella y la Bestia» en el año 2017 generó revuelo con la actriz Emma Watson en la piel de Bella. Conocida como una figura muy influyente dentro del feminismo, se propuso aggiornar la versión original, sumado a que el personaje Le Fou era el primero abiertamente homosexual de la historia de los estudios de Disney. Esa fue la clave de un producto más memorable, el batacazo ideológico de la historia de todas las películas de Disney, tan cuestionadas como inevitablemente arraigadas a nuestra infancia.

2019

La reciente «Dumbo» en manos de Tim Burton parecía tener una intención de unir la oscuridad que proponía la versión original con el expresionismo que caracteriza al director. El resultado es algo vergonzoso e, indudablemente, un desperdicio de director, demasiado artificial e innecesariamente ingenua. Allí otro de los puntos clave de estas nuevas versiones: son para la nueva generación de niños y niñas, pero también apuntan a convocar el alma nostálgica de quienes crecieron con las originales. La versión animada de «Dumbo» del año 1941 fue mucho más oscura y el intento por hacerla menos fuerte para la niñez terminó por dejar afuera cualquier atisbo del alma original.

Hoy nos encontramos frente al estreno de «Aladdin», dirigida por Guy Ritchie y protagonizada por Mena Massoud, Naomi Scott y Will Smith. Así como en «Dumbo» había una coherencia entre la noción de oscuridad de la película original con la elección de un director como Tim Burton, aquí sucede lo mismo con la noción de ritmo. No hay que esperar ver puramente la mano del Guy Ritchie de «Snatch» o «Lock, Stock and Two Smoking Barrels», porque no está. La película está empapada de esencia Disney y la presencia del director se evidencia en la destreza para dirigir las secuencias más rítmicas, escapes, persecuciones y algo del humor.

Valoramos el despliegue de producción que se propuso imágenes con más materia y no sobrecargadas de CGI, las texturas, brillos y colores son una verdadera fiesta.

«Aladdin» es muy fiel a la película original y toma un buen giro con respecto al personaje de Jasmin, de la misma manera que lo intentó con el personaje de la niña en «Dumbo» o con Bella. Esta nueva linea de películas, de manera forzada o marketinera si se quiere, está implementando los mensajes de género que queremos ver en pantalla, muy obvios pero positivos si pensamos en el público más infantil.

La participación de Will Smith es destacada, balancea el romanticismo con humor efectivo y fresco. Todo es bello y mágico como la esencia primaria del maravilloso mundo de Disney, y los números musicales que se replican de la versión original son excelentes, mientras que las nuevas canciones no son de lo mejor, sobretodo las más melodramáticas que aburren un poco. A modo de síntesis, «Aladdin» es una experiencia amable y entretenida.