Campazzo es NBA

Facundo Campazzo tuvo una excelsa actuación en esta ventana de eliminatorias con la selección argentina y demostró, una vez más, que tiene nivel de sobra para jugar en la NBA, la mejor liga del mundo.

Para quien todavía tenga alguna duda, basta con ponerse a ver lo que hizo en el 4° cuarto contra Venezuela el pasado jueves, remontando una desventaja de dos dígitos prácticamente él solo; o el partido que jugó este domingo frente a Panamá donde, por momentos, lo manejó prácticamente como quiso.

Actualmente, el base no tiene contrato con ningún equipo luego de su paso por Denver Nuggets y aún, con los riesgos que eso implica, decidió ponerse nuevamente la camiseta albiceleste para ser factor decisivo y fundamental en estas dos victorias importantísimas que consiguió Argentina como visitante, que acercan cada vez más al Mundial. Tomó su papel de líder, figura y referente en este nuevo proceso del conjunto nacional y no le pesó ni un poco. Al contrario, lo hizo aún mejor jugador.

Luego de prácticamente no jugar y estar fuera de la rotación en Denver en el tramo final de la temporada regular tanto como en playoffs, el cordobés posiblemente tenía la «sangre en el ojo» y guardaba ganas de demostrar lo que vale. Además, llegaba con un mensaje para toda la NBA: tiene nivel para jugar allí, pertenece a ese lugar y está esperando una nueva chance. Y cumplió de sobra. Se lo vio a un nivel y una velocidad distinta del resto, cuando aceleraba era imparable y se percibía dicha superioridad.

Tras su paso irregular por la franquicia de Colorado en su primera experiencia en la NBA, donde tuvo momentos muy buenos y otros tantos malos o con nula participación, recibió varias críticas, sobre todo hacía su capacidad de anotación, aspecto en el que realmente no estuvo bien. También es cierto que su rol en el equipo no era el que estaba acostumbrando y tampoco era el más favorable: lejos está Facundo Campazzo de ser un tirador que solamente espera en una esquina que le descarguen el balón para tirar sino, más bien, es un base armador y que necesita tener el control de la pelota para generar juego. Y las pocas veces que Mike Malone, entrenador de los Nuggets, le dio la chance de poder hacer eso, el «7» dejó destellos de su calidad.

En la NBA actual, en esa que mandan los triples y se valora muchísimo más que otra cosa cuántos puntos podés aportar, es cierto que Campazzo tiene porcentajes bajos y debe mejorar mucho su tiro a distancia. Pero no por eso deja de ser un jugador útil para cualquier franquicia. Es un base que cumple a la perfección la esencia pura del puesto en la ofensiva y, defensivamente, es casi de élite. Posiblemente, lo más destacado en estos 2 años en la mejor liga del mundo fue cómo pudo defender a jugadores que son del más alto rendimiento y su esfuerzo en el costado defensivo siempre fue valorado por su entrenador, los asistentes, sus compañeros, la prensa y hasta el público. De hecho, por sus grandes actuaciones defensivas se ganó el apodo de “Bandido”.

Si bien no se puede decir que terminó cerrando un buen paso por Denver, sí estuvo a la altura de las circunstancias. Teniendo en cuenta el contexto, se puede decir que Facundo aprobó el examen con la nota mínima y, sin dudas, le deja la puerta abierta para una nueva chance que, como ya dijo, es su prioridad máxima y en lo único que piensa, sin tener en sus planes retornar a Europa por el momento. Ojalá que alguna de las franquicias piense lo mismo y pueda continuar en Estados Unidos.

Pese al hermetismo en cuanto a cuál será su futuro, que por el momento es una total incógnita, no tendría que pasar mucho más tiempo para que se confirme. Lo único claro es que, pase lo que pase y digan lo que digan algunos «expertos», Facundo Campazzo es un jugador de nivel NBA. Y lo demuestra -casi- siempre que juega.