Carteles para evitar roces

Muchas veces viajamos en colectivo apretados contra otros pasajeros o sufriste, en el caso de las mujeres, manoseos o acosos. En muchos de estos casos, pese a la sutileza o disimulo con que se hacen, conlleva una gravedad y hasta un contacto físico excesivo.
Con el fin de terminar con esta actitud, legisladores cordobeses han propuesto que se instalen en las unidades de transporte carteles que indiquen la prohibición de roces entre los pasajeros.
Una de las impulsoras, la concejala Claudia Martínez (Unión por Córdoba), señaló que la iniciativa busca que se aplique una ordenanza que data del 2012 que obliga a colocar letreros contra los roces en los ómnibus.
«La mayoría de las mujeres sufre este acoso en el transporte o lo padeció en algún momento. Y más grave aún es que también alcanza a los niños», explicó Martínez, y agregó que «el problema es que esto está planteado casi como algo natural, que muchas veces ni siquiera se sanciona con actitudes condenatorias. La norma busca generar conciencia, que la gente esté atenta, apunta a estimular el control social para evitar que esto siga sucediendo».
En ese marco la edil pidió «convocar a personas e instituciones vinculadas a la lucha y defensa de los derechos de las mujeres a participar de un concurso público para diseñar el logotipo de aviso obligatorio sobre» la prohibición de rozar a otro pasajero de manera grosera. «Es importante destacar que este hecho es un delito y está condenado, aunque es difícil comprobarlo», subrayó la concejala cordobesa, a la vez que manifestó su preocupación por una nueva práctica de la que son objeto las mujeres: «En los colectivos también nos graban con celular y luego suben las imágenes a internet», afirmó.
La ordenanza existente y que rige para la ciudad de Córdoba estipula la obligación para las unidades de contar con carteles sobre «la prohibición de roces entre pasajeros» (Artículo 27, Inciso M), pero nunca se plasmó en una acción concreta.
El problema del acoso a las mujeres en el transporte público es global y, según estudios, América Latina es una de las regiones más aquejadas por esta problemática.