«Ciclismo: deporte caro para gente humilde»

Punto Aparte tuvo el honor de entrevistar a una de las máximas figuras del ciclismo argentino. Juan Curuchet ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y el Campeonato Mundial de Ciclismo en Pista 2004. También obtuvo dos medallas de plata y ocho de bronce en Campeonatos Mundiales.

Lejos del deporte, Juan contó que hace seis años se fue a vivir al campo y que ahora mantiene una vida mucho más tranquila dedicada completamente a su familia y amigos, recuperando todo el tiempo en el que no pudo estar con ellos debido a las competiciones y sus trabajos en los últimos años.

Actualmente, es su hijo Juan Ignacio (de 25 años) quien se encuentra compitiendo en Europa. Al respecto, Curuchet declaró: «Es una descendencia que hoy lleva más de 50 años, una tradición familiar que empezó con mi papá con 20 años, yo corrí 27 años y mi hijo ya lleva 5 años».

El ciclismo es fundamental en la vida de los Curuchet, fue el deporte que unió a la familia: «Mi papá fue ciclista durante 20 años y conoció a mi mamá porque mis tíos eran ciclistas, mis primos son ciclistas». Juan se inició en aquel deporte luego de ganar su primera carrera a los 15 años, pero necesitó mucho el apoyo debido a que proviene de un hogar muy humilde.

«El ciclismo es un deporte caro practicado por gente humilde. En general, el financiamiento es muy difícil. El inicio deportivo para los ciclistas es muy complicado, principalmente, porque es muy caro. Viniendo de una familia más que humilde, tenía que hacer rifas y cenas. Mi papá colaboraba más con lo que era alimentación en casa, pero siempre con mi hermano Gabriel salíamos a buscar ayuda en la sociedad. Fuimos muy ayudados por la sociedad de Mar del Plata. Hemos tenido alcancías en diferentes lugares, en peluquerías y en almacenes. Por el año 82′ u 83′ cuando empezamos a obtener resultados, la sociedad marplatense empezó a ayudarnos muchísimo, entonces tuvimos una gran colaboración que fue esencial en toda nuestra carrera deportiva. Siempre fue muy complicado porque el deportista tiene que estar mucho tiempo afuera, viajes en avión, entonces no era fácil conseguir la plata para poder viajar. Pero creo que nosotros somos fruto del resultado social de toda una sociedad marplatense que se puso detrás de nosotros para que podamos construir nuestro sueño.»

De esta manera, Juan reconoce a los marplatenses y sobre todo a su familia los incentivos para ganar y recompensar con títulos el esfuerzo de los que lo ayudaron a lo largo de su carrera. «Cuando tenés tanta gente que colabora, que ayuda, la mejor manera de devolvérselo a ellos era cuando veíamos la satisfacción que tenían cada uno de esos sponsor con nuestros resultados. Por eso es que logramos tantas cosas: yo logré 74 medallas internacionales y creo que todas eran una gran satisfacción para la gente y para la sociedad, no era algo solo personal. Creo que todas las cosas que logré, las logré muy focalizado en esas cosas: en el himno, en la camiseta, en ser un patriota, en hacer cosas por la gente que hacía tantas cosas por nosotros… era un gran incentivo».

Al hablar de Juan Curuchet se refleja un deportista muy unido a su hermano y excompañero, Gabriel Curuchet. Confesó que uno de sus mejores momentos como deportista fue encontrarse escuchando el Himno Nacional Argentino viendo cómo se izaba la bandera y al lado tener a su hermano compartiendo el podio. También dijo que nunca se pelearon y que ni siquiera pueden pasar un día sin hablarse, por lo que fue muy duro cuando Gabriel se retiró.

«Fue una de las grandes complicaciones que yo tenía, porque todavía quería cumplir mi sueño olímpico de lograr una medalla, era quien iba a suplantar a Gabriel. No era nada fácil, entonces desde el primer momento estuve compitiendo con Edgardo Simon, con el cual la relación no fue buena, y eso es lo que tenés que tener, una buena relación, no solamente deportiva».

Así fue como llegó a competir con Walter Pérez a partir del 2003 y con él ganaron Juegos Panamericanos, sudamericanos, fueron campeones mundiales y olímpicos. «Walter era un corredor con muchísima genética muy parecido a mi genética deportiva. Pude elegir un buen compañero para suplantar a mi hermano y lograr un compañero con el cual ganamos prácticamente todo».

Un deportista que llegó a lo más alto tiene la autoridad para opinar. Entonces, ¿cómo ve Juan Curuchet al ciclismo argentino actual?

«Complicado, estamos bastante complicados, hace tiempo que no logramos grandes cosas y creo que hace falta un compromiso mayor de los deportistas. Creo que la inversión que hace el ENARD es muy buena y los resultados que están obteniendo los equipos es muy malo. Creo que pasa mucho por la falta de compromiso que tienen con la camiseta y hay que decirlo. A mí me gusta hablar claro, no pasa solamente por la capacidad sino por el compromiso que uno tenga. Mi hermano era un corredor que no tenía las mismas condiciones que yo, pero amaba tanto lo que hacía que lograba resultados. Creo que nuestros ciclistas tendrían que enfocar más sus objetivos inspirados a través de esas cosas que yo hablaba de la camiseta, del himno, de la gloria, de ser comprometido con tus amigos y con el país para lograr resultados, porque no se logran resultados a la altura de la situación que están haciendo».

Asimismo, Juan recalcó que la vida del ciclista es muy sacrificada, ya que se trata de un deporte open, es decir, que tanto amateurs como profesionales pueden correr en Juegos Olímpicos, campeonatos mundiales, Juegos Odesur. Recuerda que corrió al lado de Lance Armstrong, quien tenía un presupuesto de 20 millones de dólares mientras él apenas rozaba los 20 mil euros. Entonces se debe ser muy profesional, y aseguró que el ciclista debe estar a la altura de la élite que es el ciclismo mundial.

Es muy duro el entrenamiento del ciclista, muchos desconocen que hacen aproximadamente 124 mil kilómetros a lo largo de un periodo olímpico (4 años). Curuchet nos resolvió las cuentas, enunció que por año corren 31.000 kilómetros y que hacen 3.000 por mes. Además, hay entrenamientos de 250 kilómetros en 8 horas.

Antes de despedirse le dejó un consejo motivador a aquellos que quieran ser ciclistas: «Focalicen los sueños que los sueños se pueden cumplir, habla alguien que salió de muy abajo y puede lograr algo que muchos creen que es imposible. Hablo en idioma español, no soy francés ni italiano ni americano, así que los sueños se pueden cumplir no importa la infraestructura, no importa la plata sino lo que uno quiera. Hay que soñar en grande y perseguir el sueño cada día, cada día que te levantás, cada día que te acostás, cada día que vas a entrenar tenés que pensar en cómo mejorar. Para cumplir tus sueños tenés que educarte, ser inteligente, aprender, mirar a tus referentes y ver de qué manera cumplieron sus sueños, seguir los pasos y los caminos de los referentes que son importantes como lo hice yo en mi carrera deportiva. No hay nada que no se pueda cumplir en la vida cuando uno está comprometido con el sueño. No hay techo, el techo se lo pone uno mismo, no se pongan techos porque los sueños se pueden cumplir… lo dice alguien que cumplió exactamente todos los sueños que se propuso cuando tenía 15 años. Así que a soñar en grande y a perseguir los sueños, todo se puede lograr».

Artículo elaborado especialmente para puntocero por Lorena Barrozo.