Crisis mundial por el agua

Este viernes concluye la edición anual de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, organizada por Países Bajos y Tayikistán, con el objetivo de enfrentar la crisis en la que el planeta se encuentra y brindar soluciones concretas para los gobiernos en materia de cambio climático y contaminación.

El evento llevado adelante desde el miércoles 22 de marzo, reúne en la sede de las Naciones Unidas (ONU) en New York a organizaciones y representantes de toda índole, «en un momento crucial para que los gobiernos nacionales, las autoridades locales y regionales, las empresas, los científicos, la juventud, las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades unan sus fuerzas y para que diseñen conjuntamente soluciones destinadas a obtener agua limpia y saneamiento para todos e inviertan en ellas», expresó António Guterres, secretario general de la ONU.

«Gota a gota, este precioso recurso vital está siendo envenenado por la contaminación y absorbido por una sobreexplotación insaciable y se prevé que la demanda de agua supere a la oferta en un 40% al final de la década», amplió Guterres, y reiteró que existen cuatro iniciativas para asegurar el acceso universal al agua: políticas públicas eficaces y colaboración intergubernamental, invertir masivamente en sistemas de agua y saneamiento, resiliencia e innovación. Por ejemplo, «romper con la adicción» a la utilización de combustibles fósiles en los medios de transporte, expresó.

Al respecto del primer punto mencionado, el presidente de la Asamblea General de la ONU, Csaba Korösi, interpeló a los gobiernos y afirmó que la seguridad hídrica «empieza por la voluntad política, la inteligencia económica y la tolerancia y aceptación culturales. El reconocimiento de lo que nos llevó a la crisis del agua y la comprensión de la naturaleza integrada de las soluciones que necesitamos».

En cuanto a las personas afectadas, el organismo estima que anualmente 1,4 millones (la mayoría niñas y niños) pierden la vida por la falta de acceso al agua potable, no apta para el consumo humano, y correcto saneamiento. En este sentido, el planeta tiene que cuadruplicar los índices actuales para permitir el acceso universal a servicios de agua e higiene para el año 2030, aunque los tiempos son más acotados para los países menos desarrollados.

Finalmente, cabe mencionar que ONU alertó que más de 3.600 millones de personas carecen de acceso a saneamiento seguro, casi la mitad del agua residual doméstica no se depura de manera segura (44%) y 2.000 millones de personas no tienen acceso al agua potable. Por otra parte, también celebraron una mejora en el uso eficiente del agua, que aumentó en promedio 9% de 2015 a 2018, sobre todo en el sector industrial (15%).

«Hay que trabajar en favor de las personas y el planeta, no de la dilación y el beneficio, incluso en tiempos de creciente división geopolítica», aseguró Korösi.