Cristian Aldana tras las rejas

La Justicia resolvió condenar a 22 años de prisión efectiva al cantante de la banda El Otro Yo, Cristian Aldana, por «abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores». Esta es una causa que sienta precedente, ya que para este tipo de delitos se contempla una pena de hasta 20 años de prisión.

Aldana, por su parte, no estuvo presente en la lectura del fallo pero horas antes se presentó en la audiencia con un cartel colgado de su cuello que decía: «Sin defensa no hay juicio», negando su culpabilidad, y acusó que lo que él vive es una condena mediática.

Este juicio tuvo más de un año de duración y fue dilatado por parte de la defensa de Aldana y por él, a través de diversas estrategias y la principal fue el cuestionamiento y descreimiento hacia las víctimas.

Recordemos que la causa comenzó a ser investigada en el año 2016 por la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) cuando se dieron a conocer en forma pública en la red social Facebook en el perfil «Víctimas de Cristian Aldana» relatos de jóvenes (que en su momento eran menores), que contaban situaciones de abuso sexual por parte del líder de la banda, además de denunciar que otras jóvenes menores también fueron víctimas de este hombre que utilizaba su rol de cantante y de poder para el aprovechamiento de sus seguidoras.

Las víctimas se animaron y realizaron la denuncia en conjunto ante la Justicia. Fueron siete las denuncias que se presentaron formalmente, por las cuales el cantante estuvo con prisión preventiva desde el 22 de diciembre de 2016 en el Penal de Marcos Paz. Aunque meses antes negó las acusaciones, fue capaz de presentarse en una marcha que se realizaba en su contra en el centro porteño y circulando en bicicleta, disfrazado de monja, desfiló frente a varias de sus víctimas, cantando y gritando su inocencia.

El tribunal que lo juzgó a Aldana estuvo integrado por la jueza Ana Dieta de Herrero y los jueces Rodolfo Bustos Lambert y Rodolfo Goerner. El fiscal,  Guillermo Peréz La Fuente, había pedido 35 años de prisión por la reiteración de sus delitos hacia las víctimas y las querellas habían pedido entre 20 y 40 años de cárcel. Por su parte, la jueza De Herrero expresó que ella consideraba que la condena debía ser de 35 años como pidió la fiscalía, aunque los otros miembros del Tribunal coincidieron en dictar 22 años.

Esta fue una causa sin precedentes no solo por la sentencia obtenida sino por la valentía y el acompañamiento que las víctimas fueron recolectando a lo largo del proceso judicial. Por un lado, comenzó a desterrarse este «mito» del personaje rockero que tiene la impunidad para relacionarse sexualmente con mujeres mejores de edad, y que la fama puede ocultarlo, y por el otro anima a las víctimas a no callar más y animarse a denunciar.