Cumbre por la Tierra

La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra a través de una resolución adoptada en 2009. Este año, el cambio climático es el tema que marca la agenda y los compromisos expuestos en la Cumbre de Líderes sobre el Clima, convocada por Estados Unidos. El presidente de dicho país, Joe Biden, se comprometió a reducir entre un 50 y 52% las emisiones de gases de efecto invernadero del país para 2030 en relación a 2005, durante su discurso de apertura.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, indicó este jueves que el mundo está «en alerta roja» y cerca de la «catástrofe» por el cambio climático. «Necesitamos un planeta verde, pero el mundo está en alerta roja. La década pasada fue la más calurosa de la que se tiene constancia. Los peligrosos gases de efecto invernadero están en niveles no vistos en tres millones de años». Además, señaló que la temperatura global subió 1,2 grados centígrados y está «corriendo hacia el umbral de la catástrofe».

El presidente de nuestro país, Alberto Fernández, sostuvo que «la crisis ecológica y social son dos caras de la misma moneda» e insistió con la idea de una «renovación de la arquitectura financiera internacional» que posibilite un «canje de deuda por acción climática». Asimismo, aseguró que el país no solo honra las metas del Acuerdo de París sino que, además, postula mayores medidas y esfuerzos. «He instruido a nuestro Gabinete Nacional de Cambio Climático para que elabore el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación, a presentarse en la COP 26 de Glasgow. En este sentido, me complace anunciar aquí los nuevos compromisos que orientarán nuestra acción: elevamos nuestra Contribución Determinada Nacional un 27,7% respecto a la de 2016, Son dos puntos porcentuales adicionales, a la ya presentada en 2020», destacó.

También estimó que esos pasos son «consistentes con la meta de 1,5 grados centígrados, y con la neutralidad de carbono al 2050». «Asumimos el compromiso de desarrollar el 30% de la matriz energética nacional con energías renovables. Diseñamos un plan de medidas de eficiencia para la industria, el transporte y la construcción. Promoveremos la adopción de tecnologías de punta para la reducción de emisiones de metano y contaminantes de vida corta».

Asimismo, Fernández anunció que Argentina impulsará «un complejo productor y exportador de hidrógeno como nuevo vector energético», que se adoptarán medidas «profundas para erradicar la deforestación ilegal, tipificándola como delito ambiental» y que se enviará al Congreso un proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos.

Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, afirmó que «avanza con firmeza por un camino de desarrollo verde» y prometió alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2060. China es el país que más emisiones de carbono genera en el mundo.

Por otro lado, aseguró que los proyectos carboeléctricos estarán bajo estricto control para contener el aumento del consumo de carbón durante el período del XIV Plan Quinquenal y reducirlo paulatinamente durante el período del XV Plan Quinquenal. Además, expresó su deseo persistir en el multilateralismo para hacer cumplir las metas y principios de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París, y trabajar por implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. «Frente a las dificultades inéditas en la gobernanza ambiental global, la comunidad internacional debe asumir las responsabilidades y aunar los esfuerzos por construir juntos, con ambición y acciones sin precedentes, la comunidad de vida entre los seres humanos y la naturaleza».

Quien también se pronunció en relación a este tema fue el Papa Francisco, que se hizo presente a través de un video y reclamó un planeta «justo, equitativo, ambientalmente seguro» y agregó «yo también me uno a ustedes, a un llamado a todos los líderes del mundo para que actúen con valentía, que actúen con justicia y que siempre digan la verdad a la gente, para que la gente sepa cómo protegerse de la destrucción del planeta, cómo proteger al planeta de la destrucción que muchas veces nosotros gatillamos».

El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió «un solo objetivo para las próximas semanas y meses: acelerar la puesta en marcha de los compromisos para el horizonte de 2030» con un «plan de acción preciso, medible y verificable». En ese sentido, Macron se refirió a la nueva ley climática europea, adoptada esta semana, e instó a «utilizar todos los medios a nuestra disposición» para luchar contra el recalentamiento global, como la «innovación, la transformación y la reglamentación». También pidió transformar «en profundidad» el sistema financiero y «fijar un precio para la energía ligada al carbón» para integrar la dimensión ambiental en el costo de las inversiones y las relaciones comerciales, en alusión al impuesto al carbono que la Unión Europea quiere instaurar en sus fronteras. «De otro modo, no habrá ninguna transición», sostuvo y añadió: «Francia tomará todas sus responsabilidades en los próximos meses para avanzar sobre la financiación al servicio del clima».

Francia forma parte de los países que tienen un retraso en sus compromisos para alcanzar el objetivo de reducir 1,5 grados la temperatura, reconoció Macron, pero aseguró que tiene una «ambición extremadamente fuerte» y «está acelerando», en especial, en la producción de energía eólica offshore y el aislamiento térmico de las viviendas.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se comprometió a acabar con la deforestación ilegal en su país antes de 2030, al tiempo que pidió una contribución de los países desarrollados para compensar los servicios ambientales de Brasil al mundo, también agregó que para ello será necesario «eliminar la deforestación ilegal en 2030». Aseguró que si pone fin a la tala ilegal las emisiones de dióxido de carbono se reducirán un 40%.

Entre otras cosas, Bolsonaro dijo que es fundamental poder contar con la contribución de países, empresas y personas que se involucren de forma real e inmediata para solucionar los problemas ambientales de Brasil, lo cual sería una «justa remuneración» por «los servicios ambientales» que los biomas (áreas que comparten clima, flora y fauna) brasileños prestan al planeta.

Finalmente el presidente ruso, Vladimir Putin, defendió este jueves su política ambiental, aseguró que su país cumple con sus obligaciones internacionales y contó que su país trabaja «enérgicamente en la puesta en marcha de una legislación moderna» para limitar sus emisiones de gases de efecto invernadero e informó las emisiones actuales de Rusia son la mitad que en 1990, al pasar de 3.100 millones de toneladas a 1.600 millones, por la «reestructuración» de la industria tras la caída de la Unión Soviética. Además, destacó que el «mix energético» de Rusia se basa «en fuentes de energía de bajas emisiones» de CO2, con un 45% compuesto por energía nuclear, aunque Rusia es uno de los principales exportadores de hidrocarburos del mundo, e invitó «a todos los países interesados a unirse a investigaciones científicas conjuntas, invertir juntos en los proyectos climáticos de importancia práctica y dedicarse de manera más activa al desarrollo de tecnologías con bajas emisiones de carbono para suavizar las consecuencias y adaptarse a los cambios climáticos».