Del ostracismo a un presente con futuro

Cuando se busca en Google las noticias que se destacaban sobre el fútbol femenino hace diez años las primeras que aparecen son «Jugadoras desnudas para promocionar el fútbol femenino» de As, una de FIFA sobre los mejores jugadores y jugadoras asiáticos del año, una entrevista a la árbitra Estela Álvarez de Olivera en Pagina12 y una sobre el premio FIFA World Player que se había llevado Marta ese año. Es muy difícil encontrar notas argentinas, al igual que del resto de Latinoamérica, de la primera Copa Libertadores femenina en 2009, en la que participó San Lorenzo de Almagro (primero en romper la hegemonía River Plate y Boca Juniors), qué hizo la selección ese año o qué había pasado en el campeonato.

Mucho para destacar de la última década pero no mucha información. Internacionalmente, hubo tres Copas Mundiales, de las que Argentina solo participó de la última. Japón consiguió el batacazo en Alemania 2011, Estados Unidos se recuperó en Canadá 2015 y luego repitió en Francia. El ascenso de Marta como mejor jugadora del mundo y la presencia de las históricas de Estados Unidos como Alex Morgan, Carli Lloyd, Hope Solo y Megan Rapinoe.

En Latinoamérica siempre dominó Brasil. Fue campeón de las tres Copas Américas que se disputaron desde el 2010 y 2014 en Ecuador y la última en Chile. Sus equipos ganaron ocho de las once Copa Libertadores que se disputaron. Colombia es otro de los países que fue más constante en la disciplina, con segundos puestos en dos de las Copas Américas y una de las primeras ligas profesionales de América. Todo esto sin obviar los grandes problemas que tienen en la actualidad: los casos de abuso denunciadas por jugadoras de la Selección Colombia y la casi suspensión de la Liga por falta de equipos.

Argentina empezaba la década con un cuarto puesto en la Copa América del 2010. Luego, en los Juegos Panamericanos del año siguiente, no pudo pasar de la fase de grupos. La no clasificación al Mundial se combinó con la muerte de quien las había ayudado, por ejemplo, consiguiéndole el uniforme para el Mundial de 2006, Nélida Pariani de Grondona, esposa del por entonces presidente de la AFA y, según las jugadoras, una de las personas que más las ayudó. A partir de eso, se las dejó bastante de lado. En un momento llegaron a estar dos años sin jugar e, incluso, les sacaron a su técnico (Julio Olarticochea) para que vaya a dirigir al fútbol masculino.

Lo que pasó tras la asunción de Claudio «Chiqui» Tapia en la presidencia de AFA ya es historia conocida. La autoproclamación de que quería ser «el presidente de la igualdad de género» y la elección de Carlos Borrello como entrenador (alguien que ya las había dirigido). Después, el paro de las jugadoras pidiendo mejores condiciones (entrenar en una cancha de pasto, no dormir en micros en las giras, un aumento del viático). La renuncia de Elisabeth Minnig y Florencia Quiñones. La Copa América a la que fueron con pocos entrenamientos encima. La queja de Laurina Oliveros (a la que no convocaron más) sobre la presentación de las camisetas con una modelo y Lionel Messi. El Topo Gigio en la formación antes del partido con Colombia, simplemente queriendo ser escuchadas. La victoria en el repechaje ante Panamá en un Estadio Julio Humberto Grondona repleto. Y luego la clasificación en Panamá al Mundial.

En cuanto a lo local, hubo cuatro equipos que en esta década se dividieron los campeonatos de la Primera División, que se disputa exclusivamente en Buenos Aires: UAI Urquiza cinco campeonatos, Boca seis y River dos al igual que San Lorenzo.

El año del cambio

Sin embargo, fue el 2019 el año en que el fútbol femenino en Argentina evolucionó. Fue un año de superación también en el mundo. Todo tipo de cambios que dieron a una mejor disciplina.

El 2019 empezó con un tweet de Macarena Sánchez el 21 de enero. Ella, en ese entonces jugadora de UAI Urquiza, explicaba que la habían desvinculado el 5 por teléfono y que iba a iniciar acciones legales contra el club y la AFA, una acción que influyó en todo lo que pasó en el país con esa disciplina de ahí en adelante.

Su denuncia a la Asociación del Fútbol Argentino y a su club, su militancia por un fútbol femenino feminista, disidente y profesional llevó a que reciba amenazas de muerte, pero también llevó a una reunión con Matías Lammens, que incitó a que armen un proyecto para un fútbol femenino profesional, que a su vez llevó a que el 15 de marzo el Chiqui Tapia lance el proyecto de fútbol femenino «profesional» sin mención a ninguno de ellos dos (pese a, previamente, prohibir carteles que digan «fútbol femenino profesional» en los primeros partidos del año).

Paradójicamente, el primer contrato profesional fue firmado por Macarena Sánchez que, pese a haber tenido ofertas desde el exterior, decidió quedarse acá y bancarse más de seis meses sin jugar, para volver con todo en San Lorenzo demostrando que quizás no la habían echado por algo futbolístico.

En la última temporada completamente amateur de la Primera División de fútbol femenino, UAI Urquiza se quedó con el campeonato tras una victoria por 4-1 ante River.

En el medio de todo lo que pasaba en Argentina hubo un Mundial, una Copa histórica no solo para nuestro país sino para todos los que participaron. Mil millones de personas miraron de alguna manera el Mundial de Francia 2018, según una auditoría de la FIFA. Se vio a Estados Unidos campeón con la figura de Megan Rapinoe (ganadora en el 2019 del Balón de Oro, Bota de Oro y el premio a mejor jugadora del Mundial y luego de la FIFA) y con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, criticándolas durante todo el campeonato y con una denuncia por la diferencia de pago a la asociación de fútbol de Estados Unidos. Se vio una gran actuación de la selección argentina, con un empate con el último subcampeón Japón, una derrota contra Inglaterra y una recordada remontada ante Escocia, tras ir perdiendo 3-0.

De vuelta al torneo local, la «profesionalización» de alguna manera retrasó el comienzo de la Superliga y de la Primera B y la nueva C: hubo algunos equipos que estuvieron cuatro meses sin jugar.

La adaptación costó y cuesta

UBA (ahora Defensores de Belgrano) y Villa San Carlos estuvieron a punto de no empezar. Solamente Boca contrató a todas sus jugadoras. Hay equipos que no la están pasando bien en la Primera División y que no llegan a cubrir gastos, como Excursionistas (que pide sponsors) o El Porvenir, al que recientemente sus jugadoras intimaron, al igual que a Futbolistas Argentinos Agremiados, solicitando el cobro de los sueldos y mejoras en las condiciones de trabajo (principalmente piden los mínimos materiales para entrenar). Además, podría no empezar la nueva temporada si echan a los directores técnicos.

La situación mejoró y esta semi-profesionalización es un gran primer paso, pero queda mucho por mejorar. Por el lado de la AFA: controlar que se les de lo que se le tiene que dar a las jugadoras, por lo menos, lo mínimo y necesario para poder entrenar. Tratar de que se federalice sin la necesidad de que se sume un equipo porque sí, cambiando el fixture del torneo. Buscar una mejor televisación, que no decida sus horarios en base al fútbol masculino y que trate de mostrar la mayor cantidad de partidos y, si no, la mayor cantidad de equipos para los posibles sponsors. Quizás AFA Play, la nueva plataforma de streaming propuesta por AFA, sea una solución para esto por el momento dado que, entre otras cosas, dijeron que se podría ver fútbol femenino en esta plataforma. Lo otro que hay que mejorar, del lado de los hinchas, es dejar de lado la violencia patriarcal que se ve en el fútbol masculino, tratar que no se repita acá como sucedió en Excursionistas y Defensores de Belgrano.

A su vez, hay que darle más importancia a las categorías de ascenso, la Primera B y C y a las inferiores. SAT y Gimnasia y Esgrima La Plata ascendieron en el último torneo. Real Pilar, que había perdido la final, al igual que el año anterior, dejó de lado el fútbol femenino, excluyendo a más de 20 jugadoras que habían logrado formar un gran equipo. Argentinos Juniors lidera la división en esta temporada.

La creación de la Primera C muestra que hay un mayor interés por parte de los clubes, con la suma de 17 equipos a la disciplina si contamos a Sarmiento de Junín que empezó en la B por la ausencia de Real Pilar. Tigre es puntera invicta en este primer torneo.

La creación y el comienzo, aunque bastante tardío, considerando que iba a empezar en el 2018, del Torneo de Reserva, ayuda en la preparación de inferiores, una de las principales necesidades del fútbol femenino, según lo que dicen los directores técnicos de la disciplina. 18 equipos de la Primera, Segunda y Tercera División disputan un torneo largo. En tres fechas Racing, Boca y River tienen puntaje perfecto.

Por el lado de la selección, tras el Mundial se generaron varios problemas que llevaron a que las mejores jugadoras del país no sean convocadas debido a la tozudez del entrenador Carlos Borrello. En una nota en inglés en equalizersoccer.com, Brenda Elsey y Pablo Alabarces destacan algunas de las formas que denunciaron Estefanía Banini, Belén Potassa y Florencia Bonsegundo que llevó a que no vuelvan a ser convocadas, incluso siendo tres de las mejoras futbolistas de Argentina. Itinerarios que se armaban en el mismo día (es decir, cero planeamiento) y una tecnología que solo se uso unos días antes de la Copa Mundial son ejemplos que, comparado con lo que veían en sus compatriotas europeas, les parecía poco. Y, además, creían que en lo deportivo podría haber ido mejor.

Todo esto influyó de alguna manera en la previa de los Juegos Panamericanos de Lima donde, pese a eso, las jugadoras que sí fueron pudieron conseguir una medalla de plata.

Estos días termina un gran año para el fútbol femenino, quizás el que cambió la forma de verlo y entenderlo. Nuevos medios se crearon a partir de este movimiento. Se encuentran nuevas formas de cubrir el deporte. Tres libros, por lo menos, se editaron en Argentina sobre el tema en el 2019. Todos con distintas maneras para contarlo: «¡Que jugadora! Un siglo de fútbol femenino en Argentina» de Ayelén Pujol, que cuenta la historia del fútbol femenino mediante la primera persona, contando su experiencia como periodista y la de las protagonistas, mostrando desde los distintos ángulos como el machismo influye en este deporte; «Guerreras, fútbol, mujeres y poder» es la tesis de la arquera de la selección y socióloga, Gabriela Gartón, donde muestra cómo se desarrolla un equipo de fútbol femenino, centrándose en UAI Urquiza desde un punto de vista sociológico; y «A desalambrar» de Mónica Santino y Néstor Vicente.

Todo este cambio muestra una nueva forma de llevar el deporte. Detrás de todo esto hay un movimiento feminista que genera una sororidad no vista en el fútbol masculino. Ante cada problema, las jugadoras se juntan y se apoyan entre ellas para superarlo. Así lo hicieron con Defensores de Belgrano y Villa San Carlos antes de que empiece la temporada, con todas las que piden jugar en su estadio (Independiente, Racing, Boca, Huracán y en el último mes River) o con lo que sucede en El Porvenir (casi todos los equipos salieron con el puño en alto como apoyo a ellas en el último partido). Esto llevó, luego de la violencia vivida en el partido entre Excursionistas y Defensores de Belgrano, a que se creará un movimiento que se basa en estos sentimientos, como lo es Futbolistas Unidas Argentinas.

El año termina con otra buena noticia

El gobierno de Alberto Fernández, más exclusivamente el nuevo Ministerio de Turismo y Deportes, liderado por Matías Lammens y la parte deportiva, con la ex Leona Inés Arrondo a la cabeza, puso a Macarena Sánchez a dirigir el Instituto Nacional de la Juventud.

Así, una década que comenzaba sin cobertura mediática para el fútbol femenino termina con varios medios y periodistas jóvenes y nuevos que decidieron especializarse en la disciplina y que, a la vez, se proponen darle una cobertura distinta a la que se está acostumbrado, con una perspectiva de género para diferenciarla del masculino. Y finaliza con un grupo de mujeres empoderadas que saben que, mientras más luchen, más cosas van a conseguir.