Deslucida clasificación

La selección masculina de vóley disputó sus tres partidos correspondientes a la primera fase del Campeonato Mundial con sede compartida entre Polonia y Eslovenia. Solo pudo ganar contra Egipto en el tiebreak luego de haber caído ante Irán y Países Bajos. Clasificó como uno de los mejores terceros a octavos de final y espera resultados para definir a su próximo contrincante.

El balance general no es positivo

Los dirigidos por Marcelo Méndez presentan un nivel de juego con instantes de brillo que no se consolidan como tendencia. La inestabilidad los encuentra con rachas de juego superiores a sus rivales y caídas en picada abruptas que se traducen, por ejemplo, en los 52 puntos que entregó la selección argentina a Irán en el primer partido, mientras en sus siguientes enfrentamientos tuvo 28 errores contra Países Bajos y 36 contra Egipto.

Otro de los aspectos que generan alerta son las dificultades que Argentina presenta en el servicio de saque. Ningún jugador parece dominar este tema, y lejos de referirnos a saques sofisticados que compliquen al rival, las pretensiones están en que en los saques puedan jugarse y no queden en la red o se pasen de largo de la cancha.

Lejos parece haber quedado ese partido contra Alemania en la Liga de Naciones (VNL), donde el director técnico rival le decía a su equipo que los argentinos «juegan como locos» para referirse a la energía arrolladora e infranqueable a la que se enfrentaba. Por momentos, esto se manifiesta y ahí es donde la diferencia se reduce considerablemente ante sus contrincantes, pero pareciera desvanecerse cuando no logran cerrar un set en media docena de set points seguidos.

En Eslovenia, la selección derrotó a Egipto por 3 a 2 con parciales de 27-25, 26-28, 24-26, 25-17 y 15-6, cayó frente a Países Bajos por 3 a 2 con parciales de 30-28, 25-20, 21-25, 25-27 y 9-15 y perdió frente a Irán por 3 a 2 con parciales de 25-22, 28-30, 18-25, 34-22 y 19-21. Los jugadores más incidentes fueron Facundo Conte, Agustín Loser, Bruno Lima y Luciano Vicentín.