Eclipse total de Luna

Este 27 de septiembre acudiremos al 4° eclipse lunar pronosticado por los astrónomos en el período de abril del 2014 hasta el corriente. Será un eclipse total de luna que podremos apreciar en Buenos Aires a partir de las 21:12 pm y que tendrá el añadido de que la Luna se tornará roja, pues los rayos del Sol pasarán a través de la atmósfera de la Tierra para generar esta tonalidad cobriza.

Ya los astrónomos nos están ofreciendo más información sobre el fenómeno en las redes sociales, por lo cual nos abocaremos a buscar un significado psicológico desde el mito, el cuento y el análisis junguiano.

Me parece importante señalar que este fenómeno de cuatro eclipses que los astrónomos llaman tétrada podría asociarse perfectamente al concepto junguiano de cuaternidad. La cuaternidad es la verdadera fórmula del inconsciente colectivo. Cada vez que se quiere expresar algún juicio de totalidad aparece el número cuatro. Por ello Jung hasta se puso contento cuando el Concilio del Vaticano confirmaba la santidad de la Virgen María, ya que allí se completaba la trinidad católica formando una verdadera cuaternidad: Padre, Hijo, Espíritu y Madre. Para Jung la trinidad siempre es una cuaternidad incompleta y así lo trabajó en una enorme casuística de sueños desde el año 1914, que confirma que el inconsciente se expresa a través del concepto de cuaternidad al intentar darnos pistas de alguna integración inminente. Para Jung los símbolos cuaternarios expresan la totalidad, sos arquetipos asociados a Dios.

Esta cuaternidad es una doble paridad que nos permite, a través de símbolos, integrar los opuestos. Este proceso de integración es crucial para la evolución psíquica y Jung lo llamó Individuación. El concepto es complejo y profundo, aquí solo lo delineamos a los fines de trabajar la idea de cuaternidad enlazada con este 4° eclipse lunar que viviremos.

Si consideramos esto, la tétrada de eclipses puede proponernos a nivel psíquico la integración de un ciclo que supone un fuerte trabajo sobre la matriz emocional. Justamente, en este último eclipse la luna ingresará a Aries luego de haber transitado el signo de Piscis. Este es el último signo del zodíaco, que supone el cierre de ciclos y el regreso a la fuente misma del Todo para dar a luz a un nuevo renacimiento en Aries.

Me parece importante que destaquemos el proceso que se viene dando desde abril del 2014 y que no tomemos este eclipse como un fenómeno aislado, sino como el cuarto elemento que completa la trinidad para generar un símbolo de totalidad. Nada es casual en el universo, en todo caso es sincronicidad que no sabemos leer o interpretar. Barriendo entonces con la idea de que estamos separados del cosmos podemos comprender que este fenómeno cuaternario ha de tener grandes implicancias para los humanos, muchas de ellas quizás desconocidas o inconscientes.

Qué dicen los Lenguajes Simbólicos respecto del símbolo de la Luna

Las redes sociales nos están trayendo a colación de esta luna roja el Apocalipsis bíblico. Joel dice que «El sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, antes de la venida del Día de Yavhé, grande y terrible». Si tomamos la etimología de la palabra Apocalipsis veremos que en realidad significa «revelación»: «quitar los velos».

Justamente, ese es el significado central que puede aportar algo clave al análisis: la Luna en Piscis se caracteriza por la ilusión y la fantasía, la Luna misma como arquetipo es la tramposa, la que nos tiende encrucijadas y nos confunde el camino. Esto se ve en el Arcano de La Luna del Tarot, donde se abren caminos bajo una luna que confunde y aterra. Se ven dos paridades, dos perros ladrando y dos torres. En el medio, un cangrejo en el agua que representa, según Sally Nichols, «la atracción regresiva de la Madre Naturaleza».

En el mito griego encontramos figuras como Circe, una poderosa hechicera relacionada con la Luna que confundió y atrasó el camino de Odiseo de regreso a Ítaca. Este costado traicionero y escurridizo de la Luna tiene que ver con lo indefinido, impreciso y desbordante de nuestras emociones. El trabajo sobre nuestra matriz emocional es de suma importancia para nuestra evolución. Sentir es fundamental pero también es importante integrar esa función con otras y no dejarse arrastrar por la fantasía, el desborde y la inmersión en el inconsciente.

La Luna es un símbolo del complejo materno, complejo que todos tenemos inscripto en la psiqué y que va mucho más allá de nuestra madre carnal. Básicamente, este complejo es parte de la fuerza de arrastre hacia el inconsciente, que nos lleva (en su costado sombrío) a no desarrollarnos y quedarnos indiscriminados.

Este «Apocalipsis» próximo que teñirá la Luna de rojo nos traerá a Yavhé, el dios relacionado con Saturno, Cronos, las leyes y la guadaña que corta la ilusión, la posibilidad de abrir velos y tener verdaderas revelaciones sobre nuestro mundo interno. Es posible que se complete un proceso arduo a nivel emocional que venimos experimentando de manera colectiva desde abril del 2014 y que genere cambios que tendrán el alcance de la consciencia que nos permitamos experimentar. ¿Cuán capaces somos de abrir los velos de nuestras confusiones y «ver»?

Podemos agregar desde otro lenguaje simbólico, el Calendario Maya, que el Kin de la Luna representa el agua universal y trabaja mucho la energía del perdón, la purificación y la limpieza. Para los mayas era el sello que trabaja el pago de las deudas kármicas, la ley de causa y efecto y la limpieza y reparación de nuestros errores. Los mayas amaban la lluvia y los intensos aguaceros eran momentos de limpieza, igual que en el mito bíblico el diluvio fue una regeneración de la especie. Curiosamente, en el sistema maya la Luna pertenece a la Raza Roja y parte de su función es limpiar las emociones de ira, enojo, resentimiento, fastidio, etcétera. Es el agua que lava nuestras heridas llenas de sangre, tiñéndose de rojo y absorbiendo el dolor.

Esto nos lleva a pensar que este eclipse próximo nos trae la posibilidad de trabajar con la aceptación de nuestros propios errores y la purificación interna. Esta luna roja nos acerca un apocalipsis interno, un estado de revelación donde podremos ver nuestra matriz emocional, su estado, las heridas sin curar, las rabias profundas, la necesidad de limpiar y lavar nuestro interior. Incluso es posible que ya estemos resonando con estos temas y sintiendo con más profundidad nuestra ira, el enojo, los fastidios internos y la consciencia de los dolores no sanados.

En general, para Jung el cuarto elemento que se suma a la trinidad suele traer algo del orden de la Sombra, algún aspecto reprimido que no habíamos podido integrar antes. Así fue con la Virgen María, que devolvió al catolicismo la posibilidad de re-incorporar lo femenino que había sido demonizado durante tantos siglos.

La Luna Roja

Al tomar esto podemos decir que esta Luna Roja nos traerá aspectos que necesitamos sacar de la exclusión, rasgos intensos de nosotros mismos que quizás durante mucho tiempo estuvieron en sombra: nuestra ira, nuestra imposibilidad de cerrar algún ciclo, nuestro estancamiento en actitudes que nos demoran la evolución, nuestra propia dificultad para ver el camino, las trampas que solos nos tendemos.

Para ver estos aspectos y no volver a caer en la exclusión necesitamos tener una gran cuota de aceptación y apertura. De lo contrario, con nuestro juicio interno perderemos la oportunidad de que el material inconsciente acceda a la consciencia. Es necesaria la actitud de compasión de la Luna Maya, llamada también Muluc.

Por último, esta imagen del Apocalipsis como despertar y revelación se ve en otra carta del Tarot: El Juicio. Justamente este arcano es posterior a la Luna y al Sol. Luego de la alineación entre las dos luminarias viene El Juicio, que presenta un Ángel que toca una trompeta que resucita a tres sujetos de sus tumbas y los vuelve a traer a la vida. Nuevamente una cuaternidad que nos trae Consciencia y Despertar.

El Tarot tiene su propio eclipse atemporal mostrado en su recorrido: luego de la Luna viene el Sol y luego del encuentro de estos dos arquetipos viene el Ángel del Apocalipsis interno a traernos revelación y despertarnos. ¿Casualidad o Sabiduría Inconsciente?

Estamos a un paso de la integración final con el arcano del Mundo, estamos en la etapa de salir de la tumba o la grava, de ese útero oscuro que también es el costado oscuro de nuestro complejo materno y que nos lleva a quedar estancados en nuestros aspectos más regresivos. Solo el Ángel con su agudo sonido podrá despertarnos. La Consciencia a veces duele, como el penetrante retumbar de la trompeta en nuestro oído perezoso, pero luego de eso podemos vivir una profunda liberación y renacer. Si el Juicio puede ser vivido como un despertar y no como una destructiva autocrítica que nos sabotee la consciencia podremos abrirnos a nuestra Luna Roja.