Después del caos, la calma llegó. Las torrenciales lágrimas se transformaron en vientos tranquilos y las desoladoras vibras sonoras que acompañaron a seres en momentos vulnerables eligieron al susurro como fuente principal de expresión.
¿Qué nos queda cuando todo el desorden emocional se desborda en cientos de falsas expectativas? ¿Qué hacemos con los desesperanzadores restos? ¿Los transformamos? ¿Los destruimos? La inercia, por supuesto, no es una opción.
Ahora, con su tercer material de larga duración, Ella Yelich O’Connor, mejor conocida como Lorde, mantiene intacto su deseo de “anhelar lo trascendental, regresar a la inocencia y desentrañar los misterios de la energía”. Sin embargo, como ella bien lo menciona, “los temas son siempre los mismos”.
Lorde estrenó «Solar Power» el pasado 20 de agosto luego de cuatro largos años de espera. Las 12 canciones que conforman al disco muestran a la cantante en un estado de paz y alegría consigo misma que se combina con cierta aura de tristeza. Un efecto que cautiva durante las tres primeras canciones del álbum: “The Path”, “Solar Power» y “California”.
La guitarra acústica es el instrumento principal de todo el álbum. Los detalles sonoros predominan de forma minuciosa y cuidadosa.
En todo su disco, Lorde se conecta intensamente con la Madre Naturaleza. La pureza del medio ambiente es la que estructura el concepto de «Solar Power».
No. No hay canciones de ritmos rápidos y sintetizadores alocados. Tampoco hay pistas que vislumbren un éxito rotundo en las estaciones de radio. Lo que sí encontrarás es un montón de historias de una joven de 24 años con los sueños desbordados y el talento infinito.
