Escuchar el material

El pasado jueves 4 de marzo se estrenó en la plataforma Puentes de Cine el documental «La cima del mundo» de la realizadora cordobesa Jazmín Carballo. Conversamos con ella acerca de cómo llegó a Anastasia Amarante y cómo fue realizar este documental.

Espectadora instantánea

Jazmín Carballo y Anastasia Amarante se conocieron por casualidad en un rodaje que compartieron en Córdoba, Jazmín trabajaba en la producción y Anastasia lo hacía como bailarina. «En el almuerzo de ese rodaje nos pusimos a charlar y ella me empezó a contar historias sobre su mamá, la religión, sus amigas y a mí me llamó mucho la atención su manera de narrar y su manera de percibir las cosas». Esa capacidad narrativa de Anastasia hizo que Jazmín se convirtiera en su espectadora y que piense en ella mucho después cuando, cursando un Seminario de Realización, le tocó elegir una persona para filmar y encontrarle el personaje.

Ese ejercicio fue la semilla de este documental que llevó más de 2 años de rodaje.

Retratar un vínculo

«La cima del mundo» es un documental de observación en el que la cámara acompaña a una Anastasia recién graduada del secundario que busca despegar en su carrera como cantante al componer, participar de eventos y conectar con músicos, acompañada en todo el proceso por Cecilia (su madre) y por la cámara.

Este registro de la intimidad y la cotidianeidad de Anastasia y Cecilia se logró gracias al compartir durante todo el proceso de creación de la película diversos momentos de la vida de las protagonistas y haciéndolas partícipes de la creación del proyecto, intercambiando hipótesis, ideas y ejercicios creativos, muchos de los cuales se encuentran en la película (como la escritura de una “carta a mi yo grande”).

Al consultarle por el proceso para llegar a la forma final del documental, teniendo tanto material filmado durante un periodo de tiempo prolongado, Jazmín destaca el trabajo realizado con la montajista Lorena Moriconi (quien trabajó en el montaje de películas como «La larga noche de Francisco Sanctis», «Niña Mamá» y «Un crimen común», entre otras). Lorena la ayudó a desprenderse de escenas que, más allá de su belleza o el valor sentimental que podían tener, «sobraban» en el film. «Este trabajo era más retirarse un poco y dejar que suceda e ir ‘a la pesca de’ o acompañando eso que estaba sucediendo, como escuchar el material».

Este proceso de depuración «escuchando el material» la fue ayudando a llegar a la esencia de la película, a contar «este vínculo entre esta madre y esta hija, entre esta mamá-manager y esta hija cantante y todas las tensiones y texturas que se entremezclan». Un vínculo que a la directora le interesa retratar desde hace tiempo, empezando por su propia madre, a quien quisiera filmar, pero eso por ahora continúa siendo una asignatura pendiente. En el caso de Cecilia y Anastasia, era imposible que los dos personajes no se entrecrucen en el film porque sus vidas están muy entrelazadas, especialmente en el desarrollo profesional de Anastasia, en donde Cecila actúa de consejera, confidente y mánager.

Tanto para la directora como para las protagonistas, la experiencia fue muy satisfactoria. Sobre la reacción de Anastasia y Cecilia al ver la película, Jazmín nos contó que lo sintieron como un regalo a su vínculo y a su historia. Y para ella, como realizadora, la acercó a una forma de producir y filmar que piensa seguir explorando: «Siento que es muy interesante el proceso de filmar así muy de cerca con alguien. Es muy cautivante, se lo recomiendo a todas las personas del mundo hacer esto, es un antes y un después. Es un viaje».

https://www.youtube.com/watch?v=wNlwI2vJmjE&t=9s