Facebook, entre los amigos y la envidia

En las redes sociales, además de entablar un tipo de contacto indirecto y digital, administramos una imagen de nosotros mismos, comunicamos y difundimos, pero también miramos la vida de los demás. Esto, por cierto, tiene un dejo de voyeurismo y puede derivar en una sobre estimación de la vida del otro. Como ya hemos mencionado, en Facebook, por ejemplo, solemos parecer todos muy felices. No es nada raro que esto ocurra cuando se trata de un lenguaje principalmente visual. Si bien actualmente fotografiamos casi todo, retratamos momentos felices que queremos capturar para no olvidar.
Ya en la película «Retratos de una obsesión» (2002), protagonizada por Robin Williams, vemos a un hombre solitario cuya vida es su trabajo, que percibe a través de las imágenes fotográficas, la vida de una familia como pura felicidad y opulencia. Las apariencias engañan, pero la fuerza de la imagen es muy difícil de desterrar.
Un nuevo estudio de la Universidad de Michigan profundiza, por primera vez, sobre el estado de ánimo de los usuarios en Facebook. Advierte que usarlo compulsivamente (alrededor de 3 horas por día) puede generar depresión y malestar. Parece que, de alguna forma, este tipo de contacto mediado no ayuda. En esta investigación se analizaron 82 usuarios activos que, además, contaban con smartphones. Tuvieron que responder preguntas sobre cómo se sentían, cuánto tiempo habían estado en Facebook y si estaban acompañados en distintos momentos del día por un lapso de 2 semanas. Como resultado, se encontró una relación directa entre el mayor uso de Facebook y el malestar que sentían.

Se cree que se debe a la idealización de los otros y una especie de rivalidad subyacente y constante. ¿Será que en el fondo nunca hemos superado el pecado capital de la envidia? Si no, ¿por qué habría de suscitar malestar? Asimismo, se detectó que cuando el uso de Facebook era  mechado con encuentros cara a cara, el malestar del usuario disminuía.
Es interesante que este estudio se haya realizado con la red social Facebook ya que, además de abarcar el lenguaje audiovisual y permitir escribir sin límite de caracteres, se trata de la red donde más tiempo emplean los internautas a nivel mundial. Usamos Facebook 19 veces más que Twitter y 135 veces más que Google+. Este dato es arrojado por un análisis llevado a cabo por la empresa ComScor. Luego de Facebook, la red más usada a nivel mundial es Tumblr y, en el tercer puesto, se encuentra el incipiente Pinterest.
Algunas personas se dedican con esmero a cuidar cada detalle del mensaje que emiten en internet a sus amigos, fans, seguidores o desconocidos, pero el resultado final es el mismo: mostramos una imagen. Elegimos ciertos aspectos o atributos para comunicar y construimos un mundo alrededor de nuestra vida. Un mundo visual, asequible a quien quiera que acceda. Los perfiles pueden estar más o menos completos, pero no puede dejar de comunicar. Ante un talento, se plantea el interrogante: ¿qué se ha hecho con aquello que fue dado? Y ante nuevas tecnologías, en este caso redes que manejan sus propios códigos y tienen leyes particulares, comenzamos a encontrar y definir un uso. No pueden ser buenas o malas por sí mismas. El resultado acerca del malestar y la depresión consecuencia del uso intensivo de Facebook, deja en claro algo que ya sabíamos, la gente que es “amiga” en Facebook, no es amiga. Porque la alegría de un amigo se siente como propia.