«Salir de la crítica pasiva y la observación teórica». Así cuenta la licenciada Macarena Fehleisen sobre el compromiso que tiene la Fundación Contemporánea en la formación de dirigentes políticos y formación ciudadana. En una charla amena en el aula del colegio el Buen Consejo, en el barrio de Barracas, donde la fundación ayuda a los jóvenes a formarse, informarse y comprometerse con temas actuales como la trata de personas, la prostitución, la violencia familiar, la droga y el alcohol a través de una campaña de concienciación.
Contame qué es Fundación Contemporánea
Pertenecemos a una fundación cuyo objetivo y desafío es la formación de dirigentes políticos. Nuestro análisis de la realidad es que la Argentina, nuestro país, tiene todo y un potencial enorme, pero le falta una dirigencia lúcida que pueda conducirnos a un futuro mejor. Por eso es que nos abocamos a la formación de dirigentes políticos, para dejarle a la Argentina esta nueva dirigencia que pueda ordenar sus potencialidades.
¿Qué es para vos un político lúcido?
Es un político que tiene una visión de futuro y una visión de grandeza, que comprenda las necesidades de nuestro país, que sea realista con esas necesidades y las solucione. Por eso un político lúcido no solo tiene que tener vocación de servicio, ya que tiene que entender que la política es un servicio y no una mera búsqueda de poder, sino que tiene que ser una persona que se preocupe y ocupe de los temas con estudio, con formación. De lo contrario, pasa lo que viene pasando siempre: tenemos una Cámara de Diputados y una Cámara de Senadores o gobernadores que están y no saben resolver los problemas de la gente.
¿Cómo definís vocación de servicio?
Lo defino en una palabra como entrega. Servicio es ocuparse del otro sin ocuparse de uno mismo, y en el caso de la política es usar la política como medio para ayudar a las personas y no para ayudarme a mí mismo, ese es el servicio de corazón a corazón: que mi corazón esté puesto en las necesidades de las personas y no en mis necesidades, no en mi ambición o en la búsqueda del poder, sino en llegar al poder para transformar la realidad con esta mirada de entrega.
¿La formación de dirigentes políticos está dada en lo que hacen, sabiendo de todas las realidades?
La formación debe ser integral, hay que formar la cabeza y forjar el corazón. Nosotros tenemos un trabajo fuerte en todo lo que es la formación, específicamente, y tenemos anualmente cursos, seminarios y charlas sobre una diversidad de temas: política internacional, economía, educación, historia, ética y valores. Luego, nos resulta fundamental conocer las necesidades de los más débiles. Lo hacemos a través del área de Promoción Humana. Actualmente, estamos en la Villa 21 de Barracas, trabajando en la Casa Social de la Parroquia Caacupee.
Hacemos muchos viajes para conocer la realidad de primera mano, como viajes al exterior y a distintas provincias de Argentina. Nuestros viajes fueron a China, Italia, España, México…
Finalmente, le damos un espacio importante a la formación ciudadana, porque siempre decimos que no todos tienen ni deben tener vocación política ni todos tenemos por qué meternos en la política. Pero esta sí en algún punto siempre se mete con vos, en tu vida diaria. Me refiero a las leyes, las decisiones políticas, las políticas públicas: siempre afectan nuestra vida diaria en mayor o menor medida. Por eso uno tiene que tener un mínimo compromiso. La formación ciudadana ocupa un capítulo importante en la Fundación y lo hacemos a través de los colegios.
Contame un poco de eso
Muchas veces nos convocan de colegios para dar charlas vocacionales para aquellos jóvenes que tienen vocación política y quieren estudiar o meterse en algún espacio político.
¿Y eso cómo se financia?
Somos una fundación y no tenemos mucho financiamiento, pero participamos de muchos programas de becas, participamos de redes de organizaciones y personas que están en la misma que nosotros. En ese circuito, en general, o somos becados o la Fundación como institución consigue becas para que algunos de sus miembros puedan participar de estos programas que, muchas veces, son viajes de estudio. Por ejemplo, viajamos un mes a Estados Unidos para conocer la realidad de ese país. Fuimos dos semanas a China, dos semanas a la India y esto también forma parte de la formación del dirigente, como te decía antes.
No me quiero olvidar del aporte de nuestros familiares y amigos, aporte que es monetario y de tiempo. Ellos son los que hoy están sosteniendo muchas de nuestras actividades. También, muchas veces otras instituciones o fundaciones financian proyectos puntuales que les interesa auspiciar. Es el caso del Seminario para Líderes que realizamos el año pasado en Córdoba con el auspicio de la Embajada de Estados Unidos.
¿Qué aconsejarías a aquel que quiera integrar y concientizarse en la formación de un ciudadano? No digo política porque quizá no tiene la vocación política pero sí ser un buen ciudadano
En primer lugar, le diría que no espere a los momentos decisivos, como las elecciones, para conocer a los candidatos. Lo podemos hacer básicamente leyendo el diario, escuchando la radio y, a veces, involucrándose en alguna cuestión social específica. El compromiso ciudadano, que a veces es compromiso con necesidades ajenas, viene de conocer una realidad social determinada despertando en las personas esa conciencia cívica, de compromiso. Es una tarea que lleva tiempo y es el deber de todo argentino conocer quienes los dirigen, pensando puntualmente en la relación entre la ciudadanía y sus políticos. Por más que suene pesado, la única manera de ser ciudadanos “lúcidos” es informarse. Nadie va a ir a llamar por teléfono al diputado tal, porque es muy probable que no te atienda, pero sí seguirlo a través de los diarios, ver cómo vota, ya que esa información está disponible. No existe el “no se puede conocer el accionar de los políticos y dirigentes”. Sí se puede conocer, está todo en internet, en los diarios y uno más o menos descubre quiénes son. Eso no significa que después mientan o no hagan lo que prometieron.
El primer tip sería conocer quiénes nos dirigen. En lo más cercano, como el barrio, ¿qué recomendación das?
Hay muchas organizaciones barriales que se involucran con temas concretos: son organizaciones de vecinos que, obviamente, sus temas de interés varían de acuerdo al lugar donde pertenecen. Hay organizaciones como Defensa al Consumidor, las hay más ambientalistas que protegen las plazas o zonas verdes, asambleas de vecinos que se ocupan de diversidad de asuntos más sociales. El barrio es una interesante dimensión para comenzar a involucrarnos en las cosas que son de todos.
Siempre involucrarse
Siempre, no quejarse y quejarse, sino aprovechar los canales que existen de participación ciudadana. Si están en la Ciudad de Buenos Aires, canales de denuncias, atención al ciudadano, siempre hay algún lugar donde ir.
¿Cuál es el espíritu que envuelve Fundación Contemporánea con estos cursos de concientización?
Principalmente, salir de la crítica pasiva y la observación teórica. Las cosas se transforman involucrándose, si uno no se involucra no transforma nada, por eso nuestra propuesta es alentar a los jóvenes que siempre se puede hacer algo.
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