Fuego en el cielo

Este jueves en horas del mediodía de nuestro país, la compañía aeronáutica SpaceX lanzó al espacio el cohete más grande de la historia con 120 metros de largo que, a pocos minutos de surcar los cielos, explotó.

De todas maneras, el proyecto del multimillonario Elon Musk que tiene como objetivo enviar humanos a la Luna y Marte arroja un saldo positivo en esta primera prueba, según sus científicos, ya que sirvió para avanzar en la iniciativa y descubrir por qué el propulsor Super Heavy (de 70 metros) no se separó con éxito -a los 3 minutos, tal cual lo planificado- de la cápsula Starship. Precisamente, este lanzamiento desde Starbase en Boca Chica, Texas, pretendía recopilar información para futuros testeos. «Si nos alejamos lo suficiente de la plataforma antes de que algo salga mal, entonces creo que podría considerarlo como un éxito», había tuiteado Musk durante la semana.

Al respecto de la misión, el lunes pasado se pospuso porque una válvula de presión parecía estar congelada y se preparó para este jueves, con unos minutos de demora y llevado a cabo sin mayores inconvenientes. «Anticipamos un mínimo de 48 horas antes de que podamos intentar este vuelo de prueba nuevamente», habían asegurado públicamente desde SpaceX.

«¡Felicitaciones al equipo de SpaceX por un emocionante lanzamiento de prueba de Starship! Hemos aprendido mucho para el próximo lanzamiento de prueba en unos meses», expresó el magnate sudafricano mediante Twitter, red social que adquirió el año pasado. «Estamos en ese breve momento de la civilización en el que es posible convertirnos en una especie multi planetaria», adelantó Elon Musk. «Ese es nuestro objetivo. Creo que tenemos una oportunidad».

De todas maneras, el proyecto tiene como plazo 2025 para lograr enviar personas al espacio, en una misión denominada Artemis III, que reflota una meta puesta en suspenso en 1972 cuando se cancelaron los programas espaciales Apolo desde la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).