«Hay malos manejos del personal de salud»

Este viernes en el Noticero conversamos con Luján Arcidiácono, coordinadora de la campaña «Mi Parto, Mi Decisión» por la Semana Mundial del Parto Respetado.

«La campaña nació hace poco menos de un año de una manera muy espontánea a partir de redes sociales, en donde una serie de personas nos agrupamos en un proyecto que no es ni más ni menos que instalar este tema de qué es la violencia gineco obstétrica en la agenda pública y hablarlo, poder explicar de qué hablamos cuando hablamos de esta forma de violencia de género, y lanzamos un instrumento que es el pañuelo rojo con el lema ‘Mi parto, mi decisión’ como uno que nos identifica y que nos aúna a muchas personas y organizaciones en todo el país», explica Arcidiácono.

Además, la campaña impulsa tres proyectos de ley, uno referido a la capacitación obligatoria al personal obstétrico, otro de ley casas de parto y uno de ejercicio profesional de las licencias. «Lo que sucede es que la campaña trabaja en la visibilización de esta problemática, tenemos que entender que cuando hablamos de violencia gineco obstétrica estamos hablando de algo que está definido en nuestra ley. El marco normativo define a la violencia obstétrica como aquella que ejerce el personal de salud sobre los procesos sexuales y reproductivos, entendida o manifestada en un maltrato deshumanizado en intervenciones innecesarias y en la patologización de procesos saludables», tenemos que entender que cuando hablamos especialmente de la escena de los partos parto nacimiento no hablo parto cesárea, además en nuestro país las estimaciones dan cuenta de que alrededor de 9″.

Asimismo, la coordinadora comparte que «9 cada 10 mujeres o personas gestantes sufren algunas formas de violencia obstétrica durante la atención de sus embarazos, el parto y/o puerperio. Esto es alarmante pero es así, y entendemos por violencia el maltrato físico: ‘Cállate’. ‘Lo estás haciendo mal’, ‘ bien que te gustó’, ‘no te quejes’, ‘no sabés pujar’ o ‘tu bebé se va a morir por tu culpa’ son cosas que se dicen todos los días, en este momento mientras nosotros estamos hablando. Esto está pasando porque es moneda corriente, pero no es solamente el maltrato verbal, también hay maltrato físico. El no dejar comer a una persona durante su trabajo de parto, no dejarla tomar agua, no dejar moverla, obligarla a estar acostada boca arriba, muchas veces con las piernas atadas. Esto afecta a la dignidad y afecta, por supuesto, a la salud psicoemocional, además del buen desarrollo del parto, es decir, lo que nosotros reclamamos como un trato digno», revela y agrega que «la evidencia científica dice cómo deberían asistirse los partos, pero esto no está sucediendo en la práctica, en la gran mayoría de las instituciones, por supuesto que hay excepciones, pero son las excepciones».

Al respecto, Arcidiácono asegura que «las prácticas asistenciales están basadas más en costumbres que en evidencia científicas, por ejemplo, con acelerar los tiempos de los partos: una mujer ingresa a una institución en trabajo de parto y se le niega el acceso a estar acompañada. Todo esto que yo estoy diciendo nosotros lo tenemos establecido por ley, que habla de estos derechos, no nos dejan estar acompañadas y la ley pareciera que no existe o que no le importa a nadie.

Finalmente, nos cuenta que «Argentina tiene índices altísimos (estimaciones) de violencia gineco obstétrica, porque acá también tenemos un problema, hay un Estado que no está relevando adecuadamente los datos. Las estimaciones que tenemos son a partir de datos recortados y de relevamientos de la sociedad civil, pero sabemos que el promedio de cesáreas en muchas provincias de nuestro país es del 50% y que en instituciones privadas llevamos llegamos a índices del 80%. Estamos diciendo que 8 de cada 10 mujeres no pueden parir, que tienen complicaciones en los partos que ameritan una cirugía mayor como una cesárea o que 8 de cada 10 mujeres eligen libremente una cesárea, y no es eso lo que está pasando. La Organización Mundial de la Salud (OMS) hace 40 años dijo que más de un 15% de cesáreas no puede ser explicado por motivos de salud. Nosotros manejamos promedio del 50% y este número nos da la pauta de que hay una mala calidad asistencial y que hay malos manejos del personal de salud.

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