Historia, misterios y predicciones, 3° parte

Guerras, asesinatos y el fin del mundo como ejes centrales de premoniciones
TORRES GEMELASMichel Nostradamus, “el mayor profetizador de todos los tiempos”, es un referente ineludible pero no el único sobre los presagios sobre el atentado a las Torres Gemelas en Nueva York, las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki y el “nazismo”. También fueron predichas por Benjamín Solari Parravicini, un psíquico holandés y Julio Verne, respectivamente. Abraham Lincoln y John Fitzgerald Kennedy (JFK) vaticinaron sus propios homicidios como presidentes de los Estados Unidos. “Una nueva era” podría empezar en 4006, de acuerdo con un análisis de “La Última Cena” de Leonardo Da Vinci realizado por una integrante del Archivo del Vaticano. “Creer o reventar”.
Torres Gemelas
Nostradamus y el argentino Benjamín Solari Parravicini podrían vincularse si fueran aceptadas como válidas las interpretaciones que aseguran que sus presagios acerca de Estados Unidos apuntaban al ataque terrorista de Al Qaeda, que derrumbó a las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York en diciembre de 2001. La página web “Lo inexplicable” difundió, en “La profecía de Nueva York”, el análisis que Anatole Le Pelletier hizo de las cuartetas del francés.
 TORRES GEMELAS “Desde los 45º grados, el cielo arderá. […] En un instante, se alzará una gran llamarada que les someterá a una prueba extrema.” La 97º cuarteta referiría, primero, al ángulo desde el que los habitantes de Nueva York y los televidentes vieron cómo los dos aviones impactaban contra las Torres Gemelas; y después, al incendio. George Bush, entonces presidente norteamericano, afirmaba: “Superaremos esta prueba extrema”. La 87º anticipa: “[…] el fuego del centro de la Tierra causará un terremoto alrededor de la Ciudad Nueva. Dos grandes rocas rodarán una sobre la otra como un molino, y los ríos se volverán rojos”.  Representaría la caída de las Torres Gemelas, el “sismo” que sintieron los sobrevivientes, y las víctimas y los escombros en la bahía, de acuerdo con Le Pelletier. “[…] las montañas huecas construidas por el hombre […] caerán.” Nostradamus habría nombrado así a los rascacielos derribados, en la cuarteta 49.
PARRAVICINI TORRES GEMELAS
Patricio Mendiondo difundió sus interpretaciones de los dibujos y los textos de Parravicini en “El Malvinense”. “La libertad de Norteamérica perderá su luz; su antorcha no alumbrará como ayer; y el monumento será atacado dos veces”, garabateó el pintor y escultor al lado del dibujo de la Estatua de la Libertad, en 1939. El intérprete hizo hincapié en la relación entre la pérdida de libertad de los ciudadanos norteamericanos y las hipótesis de un “autoatentado”.
Las bombas atómicas
Hiroshima y Nagasaki, ambas ciudades japonesas, fueron los blancos de las dos bombas atómicas arrojadas en 1945 por bombarderos estadounidenses, el 6 y el 9 de agosto, respectivamente, con el objetivo de forzar la rendición nipona en la Segunda Guerra Mundial. Al explotar, murieron cerca de 100 mil personas en Hiroshima y, aproximadamente, 75.000 en Nagasaki. Las dos ciudades quedaron en ruinas, y sus sobrevivientes, expuestos a los efectos radiactivos. A mediados de ese mes, Japón se rindió.
BOMBA ATOMICA“Pavorosos incendios, nubes desintegradoras, cuerpos humanos reducidos a cenizas; el infierno en la Tierra. Será el momento más triste de la historia: la inteligencia y la mano del hombre exterminando, de un solo golpe, decenas de miles de hombres. Lo sufrirá una civilización milenaria, en una isla de un vasto continente”, anunció el psíquico holandés Gerard Croiset, 10 años antes de que Estados Unidos atacara Hiroshima. Croiset confesó: “Siempre quise haberme equivocado”.
La profecía 6 de la centuria II de Nostradamus dice: “Cerca de puertos, en dos ciudades, habrá dos estallidos como jamás se han visto. (Habrá) hambre y peste. […] A gritos, (el pueblo) pedirá auxilio del gran Dios inmortal”. En medio del francés y del holandés, el escritor Julio Verne describió un arma de destrucción masiva, comparable a la bomba atómica, en “Ante la bandera” (1896).
Hitler y el nazismo
Verne y Nostradamus comparten, además, el haber “visto” por adelantado el régimen totalitario conocido como “Tercer Reich”, “Alemania Nazi”, “nazismo” o “nacionalsocialismo” (1933-1945), bajo la presidencia de Adolf Hitler.
Adolf Hitler Saluting, 1934En la novela de Verne basada en un texto de André Laurie “Los quinientos millones de la Begún” (1879), el personaje Herr Schultze, un alemán adicto al “trabajo” y belicista, pretende conquistar al mundo basado en su creencia de la superioridad de la raza germánica y su derecho de aniquilar a quienes sean diferentes. En el marco del “nazismo”; el movimiento social y político de carácter pangermanista, fascista y antisemita; millones de judíos fueron asesinados, por orden de Hitler, en diversos campos de concentración nazis.
Nostradamus predijo el nacimiento y la muerte del dictador alemán, además de su habilidad para pasar rápidamente de sus gritos exaltados en los actos políticos al gesto adusto en los funerales, por ejemplo. “La fortaleza de los sitiados sellada y hundida en la profundidad por los explosivos. El traidor será enterrado vivo. Jamás le sucedió a los sajones tan lastimosa división”, afirma la profecía 40 de la centuria IV. Cuando los ejércitos aliados invadieron Berlín, durante la Segunda Guerra Mundial, destruyeron el “búnker” subterráneo donde se refugiaba el estado mayor alemán.
Muro de Berlín
MURO DE BERLIN“En 18 meses, 24 a lo sumo, el Muro de Berlín caerá”, anticipó el pintor, escritor y vidente norteamericano Ingo Swan, el 16 de abril de 1988, mientras daba un seminario sobre metafísica en la ciudad de Dermold, en la entonces Alemania Oriental. Las autoridades de Alemania del Este, 19 meses después de la visión de Swan, decidieron levantar las barreras que impedían el camino hacia el Oeste, ante las exigencias populares de mayor libertad y de viajar a otros países sin limitaciones. “(Cuando expuse mi visión), la Unión Soviética no estaba tomando una política de apertura respecto de sus dominios”, recordó Swan para “El gran libro de las profecías”, un especial de la revista “Conozca más”. El Muro de Berlín, símbolo de la Guerra Fría, que dividió en dos a Alemania durante 25 años, cayó la medianoche del 9 de noviembre de 1989.
Napoléon Bonaparte
Uno de los videntes más polémicos de la historia universal, el italiano Giuseppe Balsamo o “conde Alessandro di Cagliostro” (1743-1795), solía predecir el futuro hipnotizando a nenes, que llamaba “pupilos”, y nenas, que denominaba “colombas”, para que hablaran “con la voz de Dios”, según aseguraba, en sesiones espiritistas realizadas en su consultorio de la ciudad francesa de París. Fue protegido de la Inquisición, que lo acusaba de “brujo”, por Madame du Barry, que fue amante de Luis XV, que reinó en Francia del 1715 al 1774.
EWATERLOOn una reunión organizada por el cardenal de Bernis en Roma, Cagliostro hizo que una “colomba” avizorara el porvenir. “Pronto, muy pronto, el pueblo, liderado por un noble, atacará a Luis XV en su palacio de Versalles. La monarquía caerá después. Pero, la corona será restaurada por un general nacido corso”, interpretó el italiano. Un mes después, unos 7 mil campesinos y pobres, encabezados por el duque de Orléans, se levantaron contra el rey en Versalles; y en 1804, Napoleón Bonaparte, nacido en la Isla de Córcega, fue coronado emperador de Francia.
La compatriota de Bonaparte y tarotista Marie Anne Adelaide Lenormand (1772-1843), consultada por la esposa del vizconde Alexandre de Beauhrnais, Josefina, le auguró: “El general morirá pronto, pero usted se volverá a casar con un oficial del ejército que alcanzará un gran poder y la elevará a los más altos rangos de Francia”. El militar del vaticinio, Napoleón, contrajo matrimonio con la viuda, Josefina, de quien se divorció en 1810 para casarse con María Luisa de Austria. Con Josefina como emperatriz, Lenormand le tiró las cartas a Bonaparte, y le advirtió que tuviera “cuidado” con “un general inglés llegado de España”. La tarotista predijo la derrota del emperador de Francia, en Waterloo, ante el conde de Wellington.
El asesinato de John Lennon
Al contrario de Cagliostro, que no solía predecir el futuro a través de la videncia, Alex Tanous la aplicó para vaticinar, tres meses antes de que ocurriera, la muerte del líder de “The Beatles”, John Lennon. El investigador de sucesos paranormales Charles Berlitz contó la predicción sobre el músico inglés en su libro “Un mundo de extraños fenómenos” (1995).
LennonEl periodista Lee Speigel le pidió a Tanous que hiciera un presagio “de especial interés” para la audiencia de su programa radial “Fenómenos inexplicados” (NBC), “amantes del rock de entre 18 y 34 años”. Ambos estaban en las oficinas de la “American Society for Psychical Research” (Sociedad Americana para la Investigación Psíquica, en inglés), ubicada en la calle 73 West de la ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, frente a los “Dakota Apartments” donde vivía Lennon. “Una famosa estrella de rock tendrá una muerte prematura. Esto puede suceder en cualquier momento. Hay algo extraño en su muerte. Afectará a mucha gente”, dijo Tanous, en setiembre de 1980, y agregó que la “famosa estrella de rock” vivía en Norteamérica, pero había nacido en otro país. Antes de fin de año, el prolífico músico de Liverpool fue asesinado a balazos delante de su vivienda neoyorkina.
Lincoln y JFK: presagios y coincidencias
En el mismo libro, Berlitz detalló los caracteres sobrenaturales de los asesinatos de Abraham Lincoln (1809-1865) y John Fitzgerald Kennedy o JFK (1917-1963), perpetrados mientras presidían Estados Unidos, y las coincidencias entre ambos.
LINCOLN“Hay hombres que me quieren quitar la vida. No dudo que podrán hacerlo. Si esto debe ocurrir, es imposible impedirlo”, le dijo Lincoln, el día en que murió, a uno de sus guardias. Un vaticinio similar les transmitió JFK a su mujer, Jacqueline Bouvier, y a su asesor personal, Ken O’Donnell: “Si alguien quiere dispararme con un rifle desde una ventana, nadie podrá pararlo; de manera que para qué preocuparme”.
Unos días previos a su homicidio, Lincoln soñó que estaba en su dormitorio de la Casa Blanca, en el primer piso, y escuchaba llantos en la planta baja. En la Sala Este, deudos y soldados rodeaban un ataúd. “El Presidente murió asesinado”, le dijo, en sueños, uno de estos guardias. Berlitz destacó que Lincoln fue velado, ¿casualmente o justamente?, en la Sala Este de la Casa Blanca.
“El gran libro de las profecías”, un número especial de la revista “Conozca más”, recuerda que la psíquica Jeane Dixon tuvo una visión sobre JFK en 1952: “Veo una Casa Blanca casi esfumada con el número 1960 detrás y un hombre cerca de la puerta. Una voz me dice que aquel hombre, integrante del Partido Demócrata, será Presidente y será asesinado”. Cuatro años después, Dixon precisó que el hombre de su visión sería elegido primer mandatario en 1960 y asesinado durante el ejercicio del poder. El 22 de noviembre de 1963, la mujer intentó advertirle a un custodia de JFK que el homicidio era “inminente”. No la escucharon.
JFKLincoln fue elegido presidente el 6 de noviembre de 1860; y Kennedy, el 8 de noviembre de 1960. También son 100 los años que separan su primera banca en el Congreso: 1846 Lincoln, y 1946 Kennedy. Los vicepresidentes de ambos, que debieron sucederlos en el poder, tenían el mismo apellido y habían nacido con 100 años de diferencia: Andrew Johnson, en 1808; y Lindon Johnson, en 1908. Los homicidas, el actor John Wilkes Booth (Lincoln) y el ex “marine” Lee Harvey Oswald (JFK), nacieron con 101 años de diferencia. Booth le disparó a Lincoln, un viernes, en el palco presidencial del Teatro Ford, en Washington, y huyó a un granero. El mismo día de la semana, Oswald le tiró a Kennedy desde el depósito donde trabajaba, y huyó a un teatro. JFK viajaba en un Lincoln descapotable, fabricado por Ford, en medio de la comitiva presidencial, en visita oficial a Dallas. Ambos presidentes fueron baleados delante de sus esposas. Los dos victimarios fueron asesinados antes de ser juzgados.
El número “Poderes parapsicológicos”, de la serie “Misterios de lo desconocido”, de la revista “Conozca Más”, suma un dato que “casi nadie recuerda” al crimen de Lincoln. En la lista de víctimas de Booth, figuraba también el general Ulysses Grant, que iba a ocupar el palco presidencial junto con su mujer, Julia, como anunciaba el programa teatral de la noche del 14 de abril de 1865. El día anterior, el general había aceptado la rendición de su par confederado Robert Lee. Ya no había Guerra Civil. Aunque el clima de festejo era evidente, el día de la función de teatro, Julia tuvo el presentimiento de que ni su marido ni ella debían ir al Ford, porque iba a haber “un levantamiento”. Julia y Grant, convencido de la veracidad de la intuición de su mujer, volvieron, esa misma tarde, a su casa en Nueva Jersey.
El final
Nostradamus terminó sus centurias en 3797, cuando, según dijo, “una lluvia de fuego devaste la Tierra”. Por el contrario, y paradójicamente si se considera la oposición de la Iglesia Católica al “Código Da Vinci” de Dan Brown, la investigadora del Archivo del Vaticano Sabrina Sforza Galitzia explicó, en 2010, que en el cuadro “La última cena”, del pintor florentino Leonardo da Vinci (1452-1519), los pliegues del mantel delinean el mapamundi de Claudio Tolomeo; cada apóstol corresponde a un signo del zodíaco; y los tres arcos de la sala son relojes que marcan fechas, como el de la izquierda, que señala al 21 de marzo de 4006. La mujer aclaró que no sería el fin del mundo, sino el comienzo de una nueva era o la llegada de un “nuevo” Mesías, y detalló que diluviará durante más de siete meses. “Solo Dios sabe la hora y la fecha del final”, afirmó el sacerdote Luis Santamaría, integrante de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), al sitio web católico “Aleteia”. ¿Cuál habrá que creer?
 LA ULTIMA CENA
El filósofo Sócrates definía como “santa locura” la capacidad premonitoria de los seres humanos. La ciencia sigue sin poder explicar porqué hombres y mujeres tienen la capacidad de predecir el futuro. Los presagios ciertos sobre el ayer y el hoy son comprobables: la “segunda visión” de Nostradamus.
Nota elaborada especialmente para .cero por Jimena López.