Este sábado en diversas ciudades de Israel, miles de ciudadanas y ciudadanos salieron a las calles para protestar contra la reforma judicial impulsada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, que otorga poder al Parlamento por sobre la Corte Suprema de Justicia. Más de 650.000 personas se manifestaron en la capital, Tel Aviv, en Haifa, Jerusalén, Netanya, Sderot y Beer Sheva, entre otras.
Coincidentemente con las manifestaciones, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, solicitó públicamente poner fin a la decisión del gobierno israelí, del cual forma parte. «Debemos detener el proceso legislativo», advirtió. «Los cambios mayores a nivel nacional deben hacerse por la vía de la consulta y el diálogo», expresión que apoyó Yair Lapid, líder opositor. «Es un paso valiente para la seguridad» de Israel, manifestó, porque el país «enfrenta la mayor crisis de su historia». Cabe mencionar que el proyecto limita el accionar del Poder Judicial y le posibilita al Poder Ejecutivo derogar y vetar cualquier decisión del primero.
«No queremos controlar a la Justicia, queremos equilibrarla. No es el fin de la democracia, es el reforzamiento de la democracia», argumentó Netanyahu, tras las 12 semanas consecutivas de protestas. Además, en la madrugada de este jueves se aprobó una ley que blinda al mandatario de ser recusado o ser declarado no apto para el cargo. «Mi intención es garantizar los derechos civiles, los derechos fundamentales de todos los ciudadanos israelíes, judíos, no judíos, religiosos, seculares, hombres, mujeres, miembros de la comunidad LGBTQ+», aseguró Netanyahu, quien enfrenta múltiples cargos por corrupción.
